Desde la Confederación de
Asociaciones Rurales de la Tercera Zona, CARTEZ, manifestamos, una vez más,
nuestro rechazo categórico a las políticas que propician la continuidad de los
Derechos de Exportación que pesan sobre productos que el país vende al mundo y
que tienen su máxima incidencia en aquellos que provienen del rubro
agropecuario. Conocidos comúnmente como retenciones a las exportaciones,
constituyen el peor impuesto distorsivo que asfixia a las producciones
generadoras de las divisas que nuestro país necesita de manera imperiosa. En la
práctica, y contrariamente a lo que se pregona, las retenciones a las
exportaciones han demostrado ser completamente ineficientes como herramienta para remediar la pobreza estructural que agobia ya a un 40% de los argentinos.
Se debe migrar a un sistema
impositivo progresivo y equitativo, que contemple el resultado económico de las
diferentes actividades, al tiempo que posibilite una reducción gradual de la
presión fiscal que actualmente condiciona la actividad de las economías
regionales, limita la máxima expresión de la capacidad productiva argentina y
pone un freno a la generación de fuentes y puestos de trabajo imprescindibles
para superar la situación de pobreza de quienes estén dispuestos a salir de la
realidad indigna del subsidio sin contraprestaciones, ayuda coyuntural que
termina convirtiéndose en un certificado condenatorio a la dependencia de un
favor político.
Al mismo tiempo, los
productores agropecuarios adheridos a CARTEZ advertimos nuestra oposición al
eventual regreso de viejas y fracasadas prácticas de intervenciones y
regulaciones caprichosas de los mercados, ya que dañaron severamente a todo el
interior productivo de nuestro país.
Desde CARTEZ, siempre
propiciamos el diálogo como camino de construcción de consensos que posibiliten
acuerdos sólidos y perdurables, pero no estamos dispuestos a ceder a presiones
que busquen hacernos renunciar a nuestros más elementales principios y convicciones.