Los números de 2017: Cómo le fue al campo este año



El ciclo 2016/2017 terminó cerrando con un balance positivo para los granos.

A pesar de los problemas climáticos que afectaron importantes zonas productivas, el ciclo 2016/2017 terminó cerrando con un balance positivo, con un volumen de granos récord en el país (entre la cosecha fina y gruesa en siete cultivos) y con un protagonismo destacado de los cereales. También las carnes registraron un buen volumen de faena (la mayor desde 2009) y producción, con expansión del consumo interno y un nivel de exportaciones récord en los últimos siete años.

Los datos, según detalló La Nación, son parte del reporte de los economistas Juan Manuel Garzón, Valentina Rossetti, Nicolás Torre y Federico Wyss del Ieral, que destacaron que en lo que hace a la rentabilidad del negocio de los granos, el ciclo 2016/2017 es peor que el anterior.

Estimaron que en campo alquilado (pagando alquileres de mercado y logrando rindes medios zonales) habría quedado muy cerca o por detrás de la tasa de inflación.

Explicaron que el problema de fondo no tiene tanto que ver con la baja de los precios internacionales sino con impuestos internos elevados y la depreciación del dólar. La tonelada de soja, a nivel de un productor perdió 13% de su valor en relación al costo de una canasta básica de bienes y servicios en el 2017, y su poder de compra está en los niveles más bajos de los últimos 16 años, con excepción del 2015.

Carnes

Destacan que la dinámica productiva tiene bases sustentables en el tiempo, en el sentido que se está logrando sin afectar (como sí sucediera en otros momentos) la capacidad futura de provisión de animales y por ende de carne.

El consumo interno per cápita apunta a los 58 kilos por habitante por año, 4% más que en 2016 y las exportaciones se encaminan a alcanzar las 200 mil toneladas producto (+32%), volumen que implica (en su equivalente res con hueso) que el 11% de la producción total de carne bovina tendrá destino externo este año.

La producción de carne de cerdo crece al 8,4% interanual y el consumo interno también se expande fuerte, apuntando a los 14 kilos por habitante año, casi el doble que en 2006. La producción no llega a abastecer toda la demanda interna, por lo que las importaciones suben en especial de carne congelada desde Brasil.

"Si bien las importaciones no representan una amenaza tan fuerte como lo eran antes, sí son una preocupación para la producción local", señalan los economistas y agregan la intención de los Estados Unidos de ser otro proveedor de Argentina. Además, los costos producción subieron más que los ingresos con el consecuente deterioro de los márgenes de la actividad, aunque siguen en terreno positivo.

Lácteos

En el análisis del sector de leche cruda y lácteos, el reporte plantea que después de la crisis 2015/16, la cadena transita un reacomodamiento interno. Los tambos tuvieron un mejor contexto climático que en 2016, y una mejor relación entre precio de insumos y leche cruda, pero la producción volvería a caer entre 0,5% y 2,2 por ciento.



Pese a que el mercado internacional está un poco más firme que un año atrás, las exportaciones bajaron 31%, en litros de leche equivalente y absorberían el equivalente al 13,8% de la producción total de leche cruda del país (prácticamente la mitad de lo que significaban 3 o 4 años atrás). Un mayor consumo interno de lácteos (entre +1,5% y 2,9%) habría ayudado a la reducción de stocks excedentes.


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