EL IVA AGRÍCOLA. UN IMPUESTO PEOR QUE LAS RETENCIONES Alberto G. Cerini

Argentina es un país que no analiza seriamente los efectos económicos de los impuestos, y muchos de ellos producen consecuencias que atentan contra la producción y contra la inversión, y por ende atentan contra el desarrollo económico, y en especial contra el desarrollo del interior del país.  Un ejemplo de estos malos impuestos es el impuesto a las exportaciones y el IVA agrícola. 
 
Las retenciones, o sea el impuesto a las exportaciones de granos tienen dos efectos principales:

a)      reduce los precios internos de los granos, constituyendo  un subsidio del sector agropecuario  a otros sectores (pollos, cerdos, etc.) y a la población del país, y

b)      esos bajos precios imposibilitan la producción de granos en zonas alejadas de los puertos, y en consecuencia limita el potencial exportador del país. En esencia es un impuesto a la producción de granos que castiga fuertemente al interior y a las zonas agrícolas que tienen  menor potencial productivo.
 
Pero hay  un impuesto que además de profundizar los efectos de las retenciones, genera consecuencias  peores. Este impuesto es el IVA agrícola. Por la diferencia de tasas del IVA Compras (21%) y del IVA Ventas (10,5%) genera saldos a favor del contribuyente, transformando el gravamen en un impuesto a la inversión productiva, que además  produce un castigo para las zonas del país más alejadas de los puertos y para los suelos de menor productividad que la zona núcleo.
 
Es peor que las retenciones porque éstas gravan la producción obtenida, mientras que el IVA agrícola no grava el agregado de valor, sino que al generar permanentes saldos a favor del contribuyente se  constituye en un impuesto a las inversiones en las sementeras y en maquinarias y equipos para producir.
 
Al hacer un balance del  IVA de la actividad agrícola surge con claridad los efectos negativos  del  IVA Agrícola. Comparando en balance de IVA de los cultivos en  la  zona núcleo  con los de suelos de la provincia de Entre Rios, se comprueba que en la primera genera saldos a favor de la AFIP, mientras que en la segunda los saldos son a favor del contribuyente, y se vuelven irrecuperables.  En el cuadro siguiente se muestran los saldos de esos balances, que para su confección  se compararon   los rindes promedio de la Provincia de las últimas 18 campañas agrícolas de Entre Rios (soja 2.278 kg./ha, maíz 5.872 kg./ha, y trigo 2.582 kg./ha. - fuente Bolsa de Cereales de E. Rios)  con los rindes obtenibles en la zona núcleo (soja 4.400 kg./ha, maíz 11.500 kg./ha, trigo 4.500kg/ha.), teniendo en cuenta costos en función de esos rendimientos, la misma distancia al puerto y arrendamientos de 6 y 16 quintales de soja por hectárea  respectivamente, en ambos casos con maquinaria contratada.
 
RESULTADO DEL BALANCE DE IVA. 

                                                                                  ENTRE RIOS              ZONA NUCLEO

Trigo                                                                          -13,15  U$S/ha                 + 7,05 U$S/ha                

Trigo- soja de 2º                                                      -  4,86  U$S/ha                +38,89 U$S/ha

Maíz                                                                           -28,74 U$S/ha                 +11,15 U$S/ha                

Soja de  1º                                                                 + 2,15  U$S/ha                +47,56 U$S/ha                

 
Del cuadro surgen varias conclusiones:

1.       Los productores agrícolas de Entre Rios,  los de otras  zonas con suelos menos productivos que los de la zona núcleo, y los que tengan mayor distancia a los puertos acumularán saldos técnicos de IVA a favor  (42% de los miembros CREA tienen saldos técnicos a favor - encuesta CREA de setiembre de 2017) que serán irrecuperables;

2.       Si los productores de Entre Rios obtienen una  cosecha menor a los promedios  los saldos de IVA Técnico a favor se agigantarán;

3.       Si los productores de Entre Rios adquieren maquinaria o realizan cualquier tipo de inversión verán  que sus saldos de IVA a favor se incrementan significativamente.

 Estas situaciones no impactarán en la zona núcleo de la misma forma.
 
Cabe ahora, considerar la política del  IVA agrícola, por sus efectos:

1.       Constituye una política que agudiza el atraso del interior del país, no sólo por los suelos, sino también por la distancia a los puertos, impidiendo el desarrollo de la agricultura.

2.       Quita incentivo a las inversiones.

3.       Estimula la sojización de los planteos productivos por la menor inversión del cultivo, con efectos devastadores para los suelos.

4.       Desincentiva la utilización de la mejor tecnología de procesos y equipos.

5.       Promueve los pool de siembra, en contra de los productores arraigados

6.       Quita capital de trabajo a los productores.

7.       Obstaculiza el agregado de valor.

8.       Se desnaturaliza el IVA y produce graves distorsiones  al generar  los saldos técnicos de IVA  a favor del contribuyente  que  no son otra cosa que impuestos que no se deben.

9.       La distorsión hace que los saldos a favor del contribuyente constituyan  impuestos que gravan la inversión y no el agregado de valor.
 
Muchos productores agrícolas, en especial los de zonas alejadas de los puertos, para hacer vible la agricultura agregando valor a sus granos  y recuperar los saldos técnicos de IVA, entre los que se encuentra quién escribe esta nota, han realizado inversiones en rubros que tienen IVA Ventas del 21%, y hoy ven amenazadas sus inversiones por estar instalada la reducción del IVA al 10,5% para la producción porcina, aviar y lechera.
 
Esta reducción ha sido instalada por la industria y el comercio que quieren obtener una trasferencia de ingresos a su favor desde el sector productivo. Es claro que si la reducción es decretada los precios al público no bajarán, sino que sólo mejorará la rentabilidad de esos sectores.
 
PARANA, 05  de diciembre de 2017.
Dr. Alberto G. Cerini