Con más nutrientes, el trigo sube su piso de rendimiento en Córdoba. Favio Ré



La cosecha en la provincia superaría las 4 millones de toneladas, por segunda vez en la historia. La fertilización fue la clave para que los rendimientos volvieran a ubicarse encima del promedio.

Casi una década de políticas que le embarraron la cancha habían relegado al trigo a ser un equipo de segunda en el campeonato, que cada año se juega en la agricultura argentina.
La llegada de Mauricio Macri a la presidencia tuvo en el cultivo un efecto similar al que generan los magnates petroleros cuando adquieren un club de fútbol. Con nuevas medidas que impulsaron su desarrollo, su ecuación mejoró y se cristalizó en “refuerzos”, como es la mayor aplicación de tecnología, que lo volvieron a ubicar con el protagonismo de antaño.
La campaña 2017/18 en la provincia se encamina a ratificar esta tendencia iniciada durante el ciclo anterior, cuando se logró la cosecha récord con más de 5 millones de toneladas, según la Bolsa de Cereales de Córdoba.
Con más de la mitad de la superficie ya recolectada, la entidad bursátil aguarda ahora una producción de 4,15 millones de toneladas, 18,5 por ciento inferior a la última temporada; pero a su vez, la segunda mejor de la historia, 84 por ciento por encima del promedio 2007/16.
En pocas palabras: Córdoba hilvanará dos campañas consecutivas con más de cuatro millones de toneladas, una barrera que nunca antes se había superado.
Rendimientos nutridos
El sostén de esta buena racha no es otro que el salto que lograron los rendimientos desde que los vientos cambiaron para el trigo: la estimación de la Bolsa es que durante esta campaña se sitúen en 33,7 quintales por hectárea, cerca del récord de 35 quintales de la anterior.
Es decir, un promedio de 34,3 quintales en los últimos dos ejercicios, cifra que supera por un 28 por ciento a los 26,8 quintales que promediaron los trigos cordobeses entre 2007/08 y 2015/16.
Hay dos factores que explican este nuevo piso de rendimiento que busca consolidar el cereal en la provincia
El primero es ajeno a los productores: el buen desempeño a cosecha coincide con dos años que, en general, tuvieron condiciones climáticas favorables: buen aporte de agua y temperaturas normales.
El segundo, sí tiene que ver con decisiones propias, vinculadas directamente con los incentivos: la eliminación de las trabas comerciales le devolvió rentabilidad al cultivo y eso derramó en el uso de mejores paquetes tecnológicos, que engordaron más a las espigas.
Datos
Un informe elaborado por el Departamento de Información Agroeconómica (DIA) de la Bolsa de Cereales, a pedido de Agrovoz, lo muestra claramente: sobre 1,3 millones de hectáreas implantadas este año, unas 900 mil se fertilizaron a la siembra y casi 450 mil se refertilizaron.
Es decir, siete de cada 10 hectáreas fueron nutridas con nitrógeno, mayoritariamente, o fósforo, y la mitad recibió una segunda aplicación. En total, un tercio de las hectáreas trigueras fue alimentada, al menos, dos veces.
El reporte especial del DIA desagrega la información de siembra, área perdida, rindes, fertilización, avance de cosecha y perspectiva de producción en seis zonas de Córdoba: norte (departamentos Colón, Río Primero, Río Seco, Totoral y Tulumba); noreste (San Justo); sureste (Marcos Juárez y Unión); sur (General Roca, Juárez Celman, Presidente Roque Sáenz Peña y Río Cuarto); centro (General San Martín, Río Segundo y Tercero Arriba) y oeste (Calamuchita, San Alberto, San Javier y Santa María).
Estos datos, complementados con consultas realizadas a técnicos y asesores de toda la provincia, permiten trazar una radiografía de cómo ha transcurrido la campaña triguera en las diferentes regiones de Córdoba.
El reporte especial del DIA desagrega la información de siembra, área perdida, rindes, fertilización, avance de cosecha y perspectiva de producción en seis zonas de Córdoba: norte (departamentos Colón, Río Primero, Río Seco, Totoral y Tulumba); noreste (San Justo); sureste (Marcos Juárez y Unión); sur (General Roca, Juárez Celman, Presidente Roque Sáenz Peña y Río Cuarto); centro (General San Martín, Río Segundo y Tercero Arriba) y oeste (Calamuchita, San Alberto, San Javier y Santa María).
Zona núcleo
Según la Bolsa de Cereales, en la zona sureste se sembraron 308.397 hectáreas y, en la sur, 341.251; es decir, la mitad de toda la superficie implantada en Córdoba con trigo se concentró en estas regiones, en las que se espera una cosecha total de 2,4 millones de toneladas.
El rinde en Marcos Juárez y Unión vuelve a ser el techo: 46,4 quintales por hectárea; mientras que en los otros departamentos de la mitad más austral, la media es de 33,75 quintales.
Según Jorge Fraschina, experto en trigo del Inta Marcos Juárez, “en general los resultados son muy buenos”.
Para el especialista, el factor clave fue “el ajuste de manejo del cultivo, vía fertilización nitrogenada”, porque “desde el punto de vista agroclimático, la campaña fue similar a la pasada”.
También destacó la rápida reacción de los productores a los ataques de roya amarilla: “Se hicieron hasta tres aplicaciones de fungicidas”, indicó.
ESPIGAS. Un lote en excelente estado en Laboulaye (Bolsa de Cereales)
“El cultivo aprovechó muy bien los excesos hídricos del último ciclo, las condiciones agroclimáticas no fueron negativas, y hubo buen uso de fertilizantes, y monitoreo y control hídrico de enfermedades”, resumió.
Del mismo modo, Juan Pablo Ioele, técnico de la Agencia de Extensión Rural (AER) Corral de Bustos, calificó a la campaña como “muy buena, para poner en un marquito”.
En un video difundido por el Inta, afirmó que se alcanzaron “picos excepcionales, impresionantes”, de más de 70 quintales por hectárea.
“Las claves fueron una muy buena fertilización, con buena provisión de fósforo y ajuste de nitrógeno por curva de respuesta. Y estuvimos acompañados por el agua”, indicó Ioele.
Los datos de la Bolsa de Cereales lo ratifican: en la zona sureste, 90 por ciento de los lotes fueron fertilizados a la siembra y 41 por ciento, refertilizados; en el sur, los porcentajes fueron 70 y 50 por ciento, respectivamente.
Centro y norte
El panorama hacia el centro-oeste y norte de la provincia difiere, ya que si bien los números que están arrojando las cosechadoras no son malos, el área sembrada fue menor debido a que las lluvias no alcanzaron a cubrir los requerimientos mínimos. .
Daniela Pérez, ingeniera agrónoma de la cooperativa La Vencedora, de Hernando, comentó que “se hizo mucho menos trigo, no porque faltara agua, sino porque en la última campaña los cultivos de verano que vinieron después del cereal rindieron menos de lo normal”.
En cuanto a los rindes, dijo que son “muy dispares”: de Hernando hacia el sudeste, se llegó a más de 30 quintales, un dato excelente para la zona; hacia el noroeste, apenas entre 12 y 18 quintales.
Por su parte, el asesor del Crea Córdoba Norte, Diego López, comentó que el trigo encontró una barrera en la ruta 19: “Hacia arriba se hicieron muy pocos lotes”.
Los productores Crea de esta región sembraron unas ocho mil hectáreas, apenas un tercio de las 24 mil del último ciclo. La limitante fue el agua: “Se necesitan unos 200 milímetros de agua en el perfil para sembrar, y no se alcanzó. Por eso, la mayoría hizo garbanzo”.
De todos modos, los rindes no vienen mal: alrededor de la mitad de los lotes está entre 20 y 25 quintales por hectárea; y un 20 por ciento, arriba de ese valor. El promedio de las últimas tres campañas fue 23 quintales.