Las inundaciones afectan de manera dispar a los contratistas agrícolas. Josefina Pagani

Afirman que el impacto sobre su actividad depende según la zona con problemas hídricos
Los contratistas rurales sienten el impacto de las inundaciones en Buenos Aires, La Pampa y Córdoba, aunque los perjuicios afectan de diferente forma, según la zona, explicaron a LA NACION.

Mientras que en los sectores más afectados por el agua los productores aún no pueden levantar la cosecha, otros ya planifican la siembra de maíz.

"No es fácil generalizar. Hay contratistas que están comprando maquinaria y otros que tienen el campo inundado y se están endeudando. El clima es así: cuando te toca, te toca. Al contratista no le queda un peso en el bolsillo. Lo que gana lo invierte y al que no le quedó nada se endeuda e intenta que le financien con créditos o le den ventajas o prórrogas", dijo Jorge Scoppa, presidente de la Federación Argentina de Contratistas de Máquinas Agrícolas (Facma), entidad que reúne a las diferentes asociaciones y cámaras de contratistas de maquinaria agrícola de la Argentina.

"Nunca se llegó a una instancia de que en septiembre se esté cosechando maíz. Si evaluamos lo que va del año a nivel nacional, a lo mejor esperábamos condiciones más favorables para el sector porque los costos se han encarecido en insumos como autopartes, repuestos, cubiertas, personal y viáticos. Ha sido una cosecha con poco margen, pero hay buena predisposición para seguir", explicó Scoppa.

Fuentes del sector coinciden en que en Buenos Aires la situación de los contratistas es diversa según la zona de la provincia. Mientras que en la región del centro, en localidades como Chivilcoy, Chacabuco y Bragado, por ejemplo, comenzarán con la siembra el 25 de este mes y las perspectivas son buenas, en el oeste bonaerense el panorama es "más que complicado".


"Si nos vamos hasta el límite de La Pampa, un 50% por ciento aún no pudo cosechar el maíz, lo que genera muchas pérdidas que el contratista no sabe cómo subsanar. La zona de Bolívar, Trenque Lauquen y Salliqueló, por ejemplo, es muy crítica. Vamos a depender mucho de cómo siga el clima", dijo a LA NACION Fredy Simone, presidente de la Cámara Bonaerense de Contratistas Rurales, asociación integrante de Facma.

Desde el sector señalaron que los contratistas aprovechan los créditos dolarizados para maquinaria pero afirmaron que necesitan que se estabilice el precio de la maquinaria. Además, piden que se baje el arancel para la adquisición de orugas que deben comprar importadas, ya que no se fabrican en el país. "No tenemos equipamiento para trabajar en el agua. Además, la oruga es maquinaria que también podemos utilizar para compactar el suelo en períodos secos", aclaró Scoppa.

En el sector quieren que el Gobierno declare la emergencia para los contratistas afectados así como se hizo con los productores agropecuarios. "Hay un cambio mental de la gente, porque ven que las políticas son beneficiosas para el sector pero hay pedidos que no podemos dejar de realizarle al Gobierno como la eximición de impuestos y prórrogas", disparó.

Fertilización
Con respecto al trigo, Simone explicó que en la provincia de Buenos Aires muchos productores están empezando a fertilizar. "En las zonas donde el piso se encuentra en condiciones se está fertilizando. Hay mucha inversión en agroinsumos, sobre todo en la cantidad de dosis, porque hay más perspectivas en los años venideros. Pero también hay que pensar que los gastos en fungicidas son muy grandes. Ahora anuncian lluvia para este miércoles y jueves y siempre el productor especula con el clima", señaló una fuente del sector.