Cada vez consumen más carne: por qué China está “invadiendo” Argentina

Favio Ré.- Hablar de producción de granos y carnes, en gran importa hablar también de China. Es que el Gigante asiático es hoy en día la gran aspiradora de proteínas a nivel mundial, de la mano de su crecimiento demográfico y del aumento de la calidad de vida de su población, en lo que constituye una gran oportunidad para Argentina, uno de los países con mejores condiciones en el mundo para producir alimentos.

China, entre otras cosas, es el principal destino de las exportaciones argentinas de harina de soja y de carnes vacunas, a través de la compra de cortes gongelados, a los que se sumarán en breve los enfriados y con hueso.

En este contexto, durante la Jornada Más Maíz organizada por LaVoz-Agrovoz y Agroverdad, los analistas de economía y mercados, Enrique Erize y Salvador Di Stéfano, mencionaron esta tendencia como un aspecto clave que debe mirarse hacia futuro.

“China ya es la primera potencia mundial y en 2030 no sólo lo seguirá siendo, si no que duplicará el PBI de Estados Unidos”, enfatizó Erize.

Y agregó: “Ellos necesitan soja, porque la soja es proteína. Por eso nos están invadiendo, económicamente hablando. El sistema alimenticio argentino va a estar en manos de ellos durante los próximos diez años”.

Di Stéfano, por su parte, llamó a prestar atención a otro dato clave: a partir de 2020, China incorporará bioetanol en sus naftas, por lo que demandará también más maíz.

Importaciones sin freno

En paralelo, el Ieral de Fundación Mediterránea emitió un informe en el que desglosa la evolución del consumo y las importaciones de China, y que reforza lo expresado por Erize y Di Stéfano.

Según el análisis del economista Juan Manuel Garzón, “China es probablemente el muro de contención para los precios internacionales”; se refiere a que dichas cotizaciones no han caído todo lo que podrían haberlo hecho en función de las súper cosechas proyectadas.

Este año, por caso, China ya importó 17 por ciento más de soja que en 2016, y terminaría comprando 93 millones de toneladas, 10 millones más que en el ciclo previo.

La demanda de la oleaginosa va en directa relación con la necesidad de harina de soja, que a su vez deriva de la demanda de carnes y demás proteínas animales, como leche y huevos.

Debe recordarse que la demanda de soja deriva de la demanda de su harina; y esta última, a su vez, de la demanda de carnes y demás proteínas animales (leche, huevos). Los derivados sojeros se utilizan fundamentalmente para alimentación de cerdos, aves y peces, que son las tres carnes cuyo consumo viene creciendo a tasa más alta a nivel mundial.


Camino a ser EE.UU.

En el caso de China, la oportunidad de seguir abasteciéndolos es grande ya que no se observa por el momento que haya llegado a un techo de consumo.

A mediados de los ’90, demandaba 51 kilos por habitante al año, menos de la mitad del consumo medio en Estados Unidos (114 kilos). Veinte años después, a mediados de la década actual, el consumo en China ha subido a los 92 kilos, ubicándose en un nivel que es el 77 por ciento del consumo norteamericano.

“Si la referencia es ese país, hay recorrido todavía para que siga creciendo el consumo de carnes en China. De mantenerse las tasas de crecimiento observadas en las últimas dos décadas, en uno y otro país, China alcanzará el consumo estadounidense en el 2026, es decir dentro de nueve años, una fecha no muy lejana”, destacó Garzón.

Fuente:
AgroVoz (Córdoba)