Si el clima sigue mejorando en EEUU, la soja no se salva de otra baja. Pablo Adreani



Con un mejor clima en Estados Unidos, no habría que descartar para septiembre que el Usda eleve a más de 120 millones de toneladas el pronóstico de cosecha en ese país.

Ya  anticipamos la baja que finalmente se produjo en la soja. Fue en esta misma columna y antes de conocido el informe del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (Usda) del pasado 10 de agosto. El “fatídico” número de casi 120 millones de toneladas de soja estadounidense anunciado produjo un brusco cambio de tendencia en las cotizaciones. Sumado al giro en la tendencia de los pronósticos climáticos a partir de comienzos de mes.

De pronósticos de clima caluroso y pocas lluvias durante junio y julio, ahora pasamos a pronósticos de más lluvias y temperaturas normales. En las primeras dos semanas de agosto, la soja en Chicago acumulo pérdidas de 30 dólares por tonelada; mientras que en la Argentina la baja fue menor: 12 dólares. El dato central es que el informe del Usda se sustenta en el análisis a campo realizado hasta fines de julio. Y el cambio de patrón climático durante agosto y los pronósticos de más lluvias en el corto plazo, implican grandes probabilidades de tener rindes mayores a los estimados y una producción mucho mayor.

Para ponerlo en blanco sobre negro, si con los datos de fines de julio el Usda está proyectando casi 120 millones de toneladas de soja, con las buenas lluvias del mes de agosto, es muy probable que en su informe de septiembre proyecte una cosecha muy por arriba de los 120 millones. Si esto sucede el mercado no se salva de otra baja, y en este caso Chicago puede llegar a perder otros 20 dólares.

Cálculos

El impacto en el mercado de soja en Argentina podrá llevar el nivel de la soja nueva (mayo 2018) al rango de 220/230 dólares. Hoy la soja mayo 2018 en el Matba está cotizando a 247 dólares, con una baja de 17 dólares que no es improbable en base al escenario actual. Ya estamos en la ventana de los 230 dólares. Por este motivo hay que volver a analizar más en profundidad el portfolio de siembras para 2018 y el nivel de tecnología a aplicar. Pues se requiere un aumento de la productividad bastante significativo para mejorar los márgenes de los cultivos.

Un dato a tener en cuenta: el tema de las malezas resistentes le cuesta al productor un mínimo de 2.000 millones de dólares anuales, cifra equivalente al 10 por ciento de las retenciones a la soja. Creo que es momento de evaluar más seriamente la posibilidad de utilizar variedades de soja que den respuesta al tema de malezas resistentes. Por lo pronto las dos empresas que disponían de estas variedades, Dow y Monsanto, decidieron postergar los trámite ante los organismos regulatorios correspondientes.

Es que no tienen las garantías de poder cobrar las regalías por los derechos de propiedad intelectual. Mientras seguimos discutiendo la cuadratura del círculo, los productores de Brasil y Estados Unidos aprietan a fondo el desarrollo y utilización de nuevas variedades. Esta semana se conoció en Estados Unidos la aprobación por parte de la FDA del gen HB4 con resistencia a sequía. Un gen que fue desarrollado por la argentina Bioceres, fundada por los propios productores miembros de Aapresid, en un joint venture con Arcadia. Ambos formaron la empresa multinacional biotecnológica Verdeca. La pregunta que debemos hacernos es qué hará Verdeca si logra desarrollar una nueva variedad de soja resistencia a sequía, o trigo, maíz o girasol, ¿la inscribirá en la Argentina para poder venderla en nuestro mercado?

Mientras las empresas no tengan un marco legal claro y preciso no van a ingresar este ni otros tipos nuevos eventos. No mejorar la competitividad por voluntad propia es un dato para analizar más con nuestro psicólogo que con un experto en malezas resistentes.