El consumo de pollo “vuela”: casi 49 kilos por habitante al año. Ignacio Iriarte



El consumo aparente de carne aviar se ubica hoy en torno a 180 mil toneladas mensuales, contra unas 190-220 mil de carne vacuna.

Pese a que la faena es mucho más alta que el año pasado (12 por ciento en julio) y que la oferta de sustitutos es récord histórico –48 kilos de pollo y 17 kilos de cerdo–, los continuos episodios de lluvias mantienen al mercado tenso. Con subas circunstanciales, pero subas al fin.

A esta altura del año, de no haberse registrado las lluvias acumuladas de los últimos meses, la oferta ganadera debería ser más alta y los precios deberían haber bajado. No se da, especialmente en la zona pampeana, una ventana de 10-15 días de tiempo firme y seco, que permita que la oferta se exprese con todo su potencial.

Los feedlots están llenos como nunca en los últimos nueve años, pero los engordes están atrasados por las lluvias y el barro. Y los animales tienden a recriarse y a demorar la terminación. Si bien los corrales han comenzado a vaciarse, muy lentamente, a partir de la escasez física de invernada, la entrada a los feedlots de junio-julio resultan un 23 por ciento más altas que en igual bimestre del año pasado. El engorde a corral y el engorde pastoril suplementado están atrasados por las lluvias, el barro, la falta de sol, los caminos cortados y las dificultades para dar de comer a la hacienda.

Cada vez son más los partidos de la provincia de Buenos Aires complicados por inundación o encharcamiento, y gran parte del rodeo de cría ha comenzado la parición en condiciones muy adversas. La invernada se mantiene firme, porque la oferta es muy reducida –mucha no se puede sacar de los campos– y porque muchos “feedloteros” reponen automáticamente conforme venden el gordo. Es el caso de los corrales de propiedad de matarifes o frigoríficos, de los corrales alejados de los puertos, que pagan el maíz más barato, o de muchos productores que tienen maíz propio. Los feedloteros confían en que el pico de oferta de gordo liviano proveniente de los corrales se distribuirá a lo largo del cuatrimestre septiembre-diciembre, y que la baja de precios, de producirse, no será importante.

El pollo vuela

Según datos oficiales, el consumo de pollo en julio se ubicó en los 48,7 kilos per cápita equivalente anual. El consumo aparente de carne aviar se ubica hoy en las 170-180 mil toneladas mensuales, contra unas 190-220 mil de carne vacuna.

Hasta hace unos años, la comercialización del pollo se hacía a través de los supermercados en general, las carnicerías tradicionales y las granjas especializadas.

En los últimos cinco años, la venta de pollo se ha extendido enormemente a través de granjas o pollerías, que venden diariamente por boca volúmenes de carne aviar superiores a los que vende una carnicería tradicional. Hay barrios humildes del Gran Buenos Aires, que es donde más se expandió el consumo de pollo, donde ya hay más granjas o pollerías (y más grandes) que carnicerías tradicionales.

En estos barrios carenciados, el pollo, tanto el entero como en presas, está desplazando, por su bajísimo precio, a la carne de vaca, que vale –el corte más económico– dos o tres veces lo que vale el kilo de pollo entero. Un kilo de pata/muslo puede valer la mitad que un asado de vaca inferior, y un kilo de pollo entero puede valer la tercera o cuarta parte que un kilo de milanesa.

El pollo ha entrado masivamente en los comedores populares, en los comedores escolares y en las obras en construcción, donde en una gran parte de los casos ha desplazado al tradicional asado (vacuno) de obra.