Suelos sódicos: alfalfa o sorgo, entre las opciones



Elena Bonadeo, en la Universidad de Villa María, trabaja en la caracterización local de la problemática, que afecta a 2,8 millones de hectáreas en la provincia de Córdoba.

En la provincia de Córdoba hay 2.803.000 hectáreas de suelos sódicos. Esta limitante se manifiesta a distintas profundidades. En la zona centro y este de Córdoba, en el área de Villa María y Villa Nueva, los suelos sódicos –que presentan esta problemática a partir de los 25 centímetros– son los que mayor superficie ocupan.
Los datos son aportados por la investigadora del Instituto de Ciencias Básicas y Aplicadas de la Universidad Nacional de Villa María (UNVM), Elena Bonadeo, encargada de coordinar un proyecto que, además de caracterizar este tipo de suelos, analiza cómo se da la exploración de raíces en estas tierras. Esta temática es indagada en distintos lugares del mundo (Australia, países de la ex Unión Soviética y Estados Unidos, entre otros), pero Bonadeo y su equipo pretenden generar información netamente local, que servirá para la toma decisiones del sector productivo.
Qué son los suelos sódicos
Se sabe que los suelos sódicos ocupan millones de hectáreas en la provincia pero, ¿qué son y cómo impactan en la producción? Estos son los primeros interrogantes que atiende Bonadeo. Según explicó, los suelos en general tienen determinadas características, y hay algunos que tienen exceso de sales o de sodio. "Hay que distinguir entre los suelos salinos y los sódicos. Los primeros tienen en su solución exceso de sales y producen mucho daño porque afectan la disponibilidad de agua; puede haber toxicidad, o también una alteración del ciclo de nutrientes.
En tanto, los suelos sódicos son aquellos que tuvieron un exceso de sal y a través de un proceso de génesis fueron perdiéndolas. Las sales –con gran cantidad de sodio, cloruro de sodio–, al estar disueltas en el suelo, son arrastradas por el agua, pero el coloide del suelo –la arcilla, la materia orgánica–, que tiene la capacidad de retener a los nutrientes, retuvo el sodio en ciertos sectores del suelo. En un suelo ‘normal’ el sodio no llega al uno por ciento. Cuando supera el 15 por ciento, estamos en presencia de un suelo sódico –no salino porque la sal ya no está–. Eso tiene un gran impacto en el comportamiento del suelo, ya que el sodio tiene la capacidad de hidratarse y hace que se altere toda la estructura formando microporos, explica Bonadeo.
Baja porosidad
La investigadora indicó que algunos de los efectos de estos microporos es que el agua penetra muy despacio y el suelo se anega. Los campos de esta zona se inundan porque, de por sí, los suelos tienen esta característica de la baja porosidad. Son suelos mal drenados. Además de que el suelo se anega, el agua se evapora en vez de servir para los  cultivos. En los años secos, lo que sucede es que el suelo se pone excesivamente duro y restringe la exploración de raíces.
Bonadeo afirmó que este tipo de suelos no son aptos para ciertos cultivos y son de bajo rendimiento. No son adecuados para la producción de granos –como la soja o el maíz–, pero sí para producir pasturas, como alfalfa o sorgo para silo, que sirven para la producción lechera.
Los suelos sódicos están mezclados con los "normales" o más cultivables. La región donde se ubican Villa María y Villa Nueva presenta en muchos sectores con características de suelo sódico. En efecto, en el Departamento General San Martín hay alrededor de 90 mil hectáreas con esta situación. Desde Villa María hacia el este hay mayor abundancia de este tipo de suelos.
Información local
Bonadeo comentó que en otros lugares del mundo hay suelos con estas características y hay mucha información sobre el tema, pero la extrapolación de información no siempre se puede hacer tal cual se hizo en el lugar de origen. "Para solucionar nuestros problemas debemos estudiar nuestros suelos con sus climas, sus cultivos y los sistemas de producción. De ahí surge la necesidad de generar información local. Esta investigación busca comprender cómo funcionan estos suelos, y aconsejar el uso más correcto", aseguró.
La información y los resultados que propone esta investigación suponen una ayuda para quienes deben tomar decisiones sobre la producción y el uso adecuado del suelo, en ambientes agropecuarios, ganaderos, municipios e incluso gobierno provincial.
Perfil de la investigadora
Bonadeo es oriunda y egresada de Río Cuarto. Desde el 2000 vive en Villa María y da clases en ambas ciudades. Su investigación sobre este tipo de suelos comenzó por esa fecha. El proyecto específico en el que está trabajando es sobre el problema de la profundización de raíces, ya sea por el exceso de agua o la dureza del suelo. Se pretende identificar las variables que afectan la exploración de raíces.
Lidera un equipo de trabajo de docentes en ingeniería agronómica y de estadística en Villa María y Río Cuarto. También hay interacción con el Inta Bell Ville, lo que le permite estar cerca de los productores. Además, hay estudiantes en su etapa de tesis y profesionales haciendo estudios de postgrado en el equipo de investigación.
Bonadeo es madre de dos hijas. En los próximos años se jubilará,  pero pretende dejar escritos los resultados de sus investigaciones para que quienes la siguen cuenten con material para trabajar y seguir profundizando el conocimiento.
Fuente: Instituto de Ciencias Básicas y Aplicadas de la Universidad Nacional de Villa María.