LOS BROTES VERDES O LAS PIÑAS DE LA CALLE. Félix Sammartino LA NACION

Los brotes verdes en acción o el show decadente de las piñas en la calle. Dos vías, una que lleva inevitablemente al caos y la otra que ofrece un futuro. Estos contrastes fueron lo más comentado y analizado por los productores durante los días que duró la muestra. Siempre teñidos de una fuerte preocupación. "La política se puede llevar puesta todas las ilusiones", razonaban. "Apostar a largo plazo sigue siendo una operación riesgosa en este país", añadían.

El contraste de situaciones tuvo sus efectos tranqueras adentro y afuera.

Para los protagonistas del sector fue una experiencia didáctica que dejó al desnudo un contexto muy complejo. Reducir la alta presión fiscal, admitida por el jefe de Gabinete, Marcos Peña, es por ahora una operación atada a fuertes costos políticos. En un año electoral donde el oficialismo se juega buena parte de su destino no habría que hacerse muchas ilusiones que se resignen ingresos fiscales.

Para la ciudadanía, y para los que miran desde afuera, fue una oportunidad perdida. La imagen de la patota violenta empañó y no les dejó ver en toda su dimensión una expresión de vitalidad económica. Al fin y al cabo, Expoagro no deja de ser la frutilla del postre de una cosecha de granos que superará los 120 millones de toneladas y será récord. Esto se tradujo en los números que se movieron tanto en expositores, lanzamientos, operaciones concretadas y por concretar que avalan nuevamente la idea del campo como motor de la economía. Según la gente de Techint, el despacho de chapa para la agroindustria pasó de un promedio de 70.000 toneladas anuales de los últimos años a duplicarse el año pasado. Muchos semilleros y empresas de herbicidas que venían de un fuerte ajuste de personal se animaron ahora a contratar entre un 10 a 20% más de vendedores. Y todo este brote verde regado por un financiamiento pocas veces visto. La guerra de tasas entre las entidades financieras, que llegó hasta el 0% en dólares que ofreció el Banco Provincia, generó una ola de compras en Expoagro.

Pero además, el agro se revela como el nuevo big bang del que salen novedades en forma continua debido a que dinamiza sectores que tradicionalmente se mostraron muy alejados. Como los nuevos servicios que tienen ahora oportunidades de negocios con el campo. Imágenes satelitales, manejo de información, apps para el control de malezas y plagas o para la contratación de fletes o contratistas, en manos de jóvenes emprendedores que quieren posicionar sus productos. "Juntamos programadores con técnicos del agro para desarrollar soluciones informáticas", cuenta Rodrigo Bunge, subsecretario de Información del Ministerio de Agroindustria, que impulsa el concurso Hackaton Agro. Herramientas que se multiplican tanto en las aulas universitarias como en las start up de ciudades del interior y que aún tienen un largo trecho para transitar.

De este big bang no sólo salen conejos informáticos, sino también a los que facilitan que la generación de energía y biocombustibles sea más accesible para los productores como la mini destilería que se presentó en Expoagro.

Además de los contrastes vividos entre el centro porteño y San Nicolás hay que agregar la fuerte preocupación que esta generando la situación de SanCor, que se agudiza día tras día. Por la desconfianza que genera enfrenta una verdadera corrida de tamberos y leche. Se estima que a principio de mes dejaron de entregarle entre 400.000 y 650.000 litros diarios. Hoy estaría elaborando alrededor de 1.600.000 litros de leche. Obligada por esta situación más que por un plan estratégico terminará cerrando seis plantas. Se quedará, por ahora, con nueve plantas en funcionamiento. Y enfrenta a duras penas los cheques emitidos, de los cuales muchos volvieron rebotados a los productores. Con el muerto impago que le dejó Venezuela de 40 millones de dólares, una insostenible relación litro de leche por empleado que provoca una millonaria pérdida y la fracasada gestión por obtener un préstamo salvador por parte del Estado y los bancos privados, queda la venta como la alternativa más viable.

Por suerte, los directivos de la cooperativa vienen escuchando a varios interesados en la operación. Que van desde la cooperativa francesa Lactalis, la empresa láctea más grande del mundo, hasta el grupo Vicentín.

La vuelta al ruedo de ua SanCor competitiva y sustentable sería la mejor noticia para la lechería.