En dos años las cerealeras invertirán más que durante la gestión de Cristina Kirchner. Fernando Bertello

Entre desembolsos del año pasado y el actual suman US$ 1700 millones, contra US$ 1230 millones del gobierno anterior
Rodríguez, presidente de Ciara-CEC, en el anuncio de ayer

La cámara que agrupa a las empresas que integran el complejo oleaginoso-cerealero anunció ayer que entre las inversiones realizadas el año pasado y las en curso en 2017, el sector sumará un desembolso de US$ 1700 millones.


Ese monto, dado a conocer por la Cámara de la Industria Aceitera (Ciara) y el Centro de Exportadores de Cereales (CEC), supera todo lo invertido por las empresas del rubro en los ocho años que gobernó Cristina Kirchner. En rigor, entre 2007 y 2015 desembolsaron US$ 1230 millones. "En los últimos dos a tres años del gobierno anterior las inversiones bajaron sustancialmente", recordó Alberto Rodríguez, presidente de Ciara-CEC.

Como ocurre con otros sectores empresarios, los exportadores hoy también tienen el foco de atención en el resultado de las próximas elecciones legislativas de octubre, aunque el ejecutivo buscó restarle dramatismo.


"Hay preocupación en cuál puede ser el resultado", dijo, y luego precisó que esa preocupación es "de ciudadano, de cómo va a seguir la política hacia adelante". Aclaró que se trata de "una elección de medio término" y que "distinto sería si es una elección presidencial".

Para los exportadores, el punto clave es si un gobierno interviene o no en el mercado, como lo hizo el entonces secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, que "se atribuyó y manejó las exportaciones de trigo y maíz". En esta cámara no esperan una intervención del actual gobierno como hizo su antecesor.


Además de un factor "político", en Ciara-CEC sostienen que las inversiones tienen que ver con "las posibilidades" del país, como la cosecha, que se prevé récord.

Las inversiones de 2016 y 2017 se destinarán a originación y almacenamiento de granos, en plantas en los puertos, en facilitar la carga y descarga por barcazas por la Hidrovía (en 2016 se abrió la importación temporaria de países vecinos, que estuvo en menos de un millón de toneladas de soja, pero podría superar los dos millones) y en playas de camiones para agilizar la logística. Vale recordar que en plena cosecha entran en las terminales portuarias de Rosario de 8000 a 10.000 camiones por día.

Entre enero y noviembre de 2016, de los diez productos más vendidos por la Argentina al mundo seis fueron del complejo cerealero-oleaginoso. El primer lugar fue para la harina de soja con US$ 9244 millones, el 17,4% del total en ese lapso.

En tanto, en todo 2016 sobre exportaciones totales del país por US$ 57.700 millones, el sector cerealero-oleaginoso representó el 44,6% de ese monto. Ese porcentaje sube al 46,7%, o unos US$ 27.000 millones, al incluir también el biodiésel. Dentro del complejo oleaginoso, el 95,3% de lo vendido es del complejo sojero.

Contra el 44,6% del complejo cerealero-oleaginoso, la industria automotriz se ubicó en un lejano segundo lugar, con el 9,6% del total exportado.

Entre los productos exportados es interesante el cambio que muestra el país con la harina de soja, el producto de mayor valor. Hace ocho años, más del 60% iba a la Unión Europea. Ahora el sudeste asiático se lleva casi el 50%, con compradores clave como Vietnam e Indonesia, entre otros.

En tanto, en el caso del aceite de soja, China dejó de comprar el año pasado en medio de rumores referidos a supuestas represalias políticas por el presunto mayor valor del producto argentino respecto del brasileño, pero su lugar lo ocupó India.