Señales mixtas desde la Balanza de Pagos NICOLÁS FERRER - EMILCE TERRÉ

Por un lado, la balanza de pagos del tercer trimestre de 2016 muestra una mejora en la cuenta corriente, aunque persiste su déficit. Por el otro, la inversión extranjera en Argentina no exhibe aún el repunte esperado, y caen las reservas internacionales por primera vez desde fines de 2015.
En la semana que cerró el INDEC dio a conocer la Balanza de Pagos argentina para el tercer trimestre del año. Como es sabido, ésta resume la totalidad de transacciones entre los residentes de un país y el resto del mundo durante un determinado periodo de tiempo, y su análisis es de gran relevancia para saber cómo evoluciona la posición externa de la economía argentina.

La Balanza de Pagos, a grandes rasgos, se compone de una cuenta corriente, que refleja el resultado del movimiento de bienes, servicios y rentas entre el país y el mundo, y una cuenta capital y financiera, donde se asienta todo movimiento de capitales (inversiones, colocaciones de deuda, etc.) durante el período bajo análisis. Si como resultado neto de ambas cuentas entran más dólares de los que salen, el Banco Central estará acumulando reservas internacionales. De lo contrario, se registrará una pérdida de las mismas. 

Para el tercer trimestre del 2016 específicamente, como resultado neto de un déficit por cuenta corriente que no llega a ser completamente compensado con un superávit de la cuenta capital y financiera de la balanza de pagos, el movimiento de divisas de nuestro país registra una caída neta por u$s 563 millones. Éste es el primer trimestre en el que el país pierde reservas internacionales desde finales del año pasado. 

De cualquier modo, debe destacarse que la variación acumulada de las reservas internacionales para lo que va del año aún resulta positiva en u$s 3.986 millones, por encima de los u$s 2.447 registrados entre enero y septiembre del año anterior, aunque insuficiente para paliar el derrumbe de u$s 7.380 millones sufrido a lo largo del último trimestre de 2015. 


Respecto de la cuenta corriente, podemos ver que con un déficit por casi 3 millones de dólares, si bien ésta aún no logra generar más divisas de las que gasta, la dicha brecha negativa ha tendido a achicarse siendo el déficit más bajo en más de un año. 

Desglosando sus principales componentes, se puede evidenciar que la mejora proviene de un sustancial fortalecimiento de la balanza de mercancías que no obstante no llega a compensar el saldo negativo de la cuenta servicios. Sin embargo, este resultado ha ido de la mano de una caída del valor de nuestras importaciones, con un nivel relativamente estable de exportaciones. 

En efecto, mientras que en el tercer trimestre del 2015 se exportaron bienes por u$s 15.895 millones y se exportaron u$s 15.866 millones, entre julio y septiembre de 2016 las importaciones sumaron u$s 13.741 millones (un 14% menos) y las exportaciones u$s 15.757 millones (con una caída del 1%).


Como anticipásemos anteriormente, hasta este trimestre el balance negativo de la cuenta corriente fue compensado con flujos suficientes de la cuenta capital y financiera, pero ese ya no es el caso. El sector público recortó el uso de fuentes de endeudamiento externo con respecto al segundo semestre, hecho que sólo fue compensado parcialmente por una menor formación de activos externos por parte del sector privado no financiero, al tiempo que las inversiones extranjeras en Argentina no muestran aún el impulso que se esperaba ver para esta altura del año.

Específicamente, durante el tercer trimestre de 2016 el sector público no financiero ingresó al país u$s 4.158 millones por encima de lo que erogó en el exterior. Si bien ello es la mitad del saldo de la subcuenta en el segundo trimestre del 2016, aún resulta un 600% superior al del neto para el mismo trimestre del año 2015.

Una nota especial merece la evolución de la inversión extranjera directa en Argentina, rubro que se venía siguiendo con gran atención todo este año, entre julio y septiembre de este año la misma suma alrededor de u$s 1.230 millones. Ello resulta un 10% menos que en el segundo trimestre del año y un 44% menos que el primero, a la vez que acumula casi la mitad de los dólares que a tal efecto ingresaron a la economía argentina en el tercer trimestre de 2015.