Rotación y fertilización premian con hasta 20 qq a los trigos en La Carlota

Los ensayos observados en una jornada del INTA reflejaron el buen comportamiento de distintas variedades comerciales que darían unos 5.000 kilos de grano por hectárea
Mientras el país se encamina hacia una importante cosecha de trigo, que superará en un 26% a la de la campaña anterior, en el INTA La Carlota muestran con orgullo ensayos de cultivares comerciales que, ayudados por el sistema de rotaciones y las fertilizaciones que llevan adelante los responsables del campo, están expresando un excelente potencial de rendimiento: mientras a nivel país se esperan unos 30 quintales por hectárea (qq/ha), las variedades mejor adaptadas al ambiente zonal darían alrededor de 50 qq/ha. Presentaron también un buen comportamiento a los ataques de enfermedades como la Roya del Tallo, que suele provocar importantes pérdidas de rendimiento.
El ingeniero Jorge Fraschina, reconocido especialista en trigo del INTA Marcos Juárez, manifestó que si bien no hubo un crecimiento parejo en toda el área de la experimental, fundamentalmente como consecuencia de los excesos hídricos que en muchos casos impidieron sembrar, la superficie triguera tendrá un considerable aumento en esta campaña. “Y en los lugares donde se pudo hacer una siembra temprana, hay una muy buena expresión del cultivo de trigo”.
“Creo que fue una muy buena decisión de los productores aprovechar los excesos hídricos en la mitad sur de la provincia, que además estuvo acompañada por el uso de fertilizantes. Ahora, con la cosecha, vamos a ver si la cantidad de fertilizante aplicado fue suficiente, porque cuando tiene buenas condiciones de humedad, el trigo expresa su potencial de rendimiento”, afirmó, para advertir que si el trigo no tiene suficiente fertilizante, sobre todo nitrogenado, lo primero que ocurre es que baja la proteína. “Puede mantener el rendimiento pero con bajo porcentaje de proteína”, puntualizó, para añadir que el nivel de proteína guarda una relación directa con el porcentaje de gluten, que es el que determina la calidad panadera de la harina.
Fraschina formuló estas apreciaciones al participar de una jornada sobre variedades de trigo organizada por la agencia del INTA en La Carlota, en colaboración con el ingeniero Enrique Alberione, fitopatólogo de la experimental de Marcos Juárez. La jornada se realizó en el campo de los hermanos Oscar y Marcelo Picco, a unos 8 km al sur de La Carlota, y fue coordinada por el ingeniero Henry Anselmi, jefe de la agencia INTA.

Pérdidas por calidad

Recordó Fraschina que en la campaña pasada, los productores sufrieron importantes quitas en el precio debido a problemas de calidad. A su juicio, esto se debió fundamentalmente a la escasa inversión en fertilizantes ante el desánimo que tenían los productores por la existencia de las retenciones, que llevó a que además se fuera sembrando cada vez menos trigo.
Y como se hizo la mayor parte del trigo sin aplicar fertilizantes, a la cosecha se encontraron muchísimos lotes con bajos niveles de proteína. “Eso llevó también a que la molinería pagara mucho mejor a aquellos productores que tuvieran mercadería con buen porcentaje de proteína”, destacó.
En esta campaña, en cambio, estamos viendo que habrá mejores rendimientos y calidad y que la mejora en los precios no sólo vendría por la molinería sino también por la exportación. Esto generaría una puja por la mercadería que derivaría en mayores precios, dijo Fraschina.

Los ensayos

Al referirse concretamente a cómo se están expresando las variedades de trigo en la zona de La Carlota, el ingeniero Fraschina recordó que la agencia local viene realizando ensayos desde hace varios años con los productores dueños del campo y utilizando su maquinaria. “Esto es muy importante porque al conocimiento y la metodología del INTA se suma el hecho de que estos productores tienen incorporado al trigo en su rotación y la hacen aplicando tecnología. De esta manera, lo que se busca con estos ensayos es ir ajustando las variedades y la tecnología de fertilización, por ejemplo, para mejorar los rendimientos”.
“En las últimas tres campañas, nos sumamos desde la experimental de Marcos Juárez con ensayos de todas las variedades que están en el mercado. Hacemos una mezcla de investigación y experimentación, porque trabajamos con sembradoras y luego con cosechadoras chicas, de tamaño experimental, para tener pequeñas parcelas de cada variedad. Y los hacemos con la tecnología propia del productor, que en este caso está convencido de la importancia de la rotación, donde hacen trigo en el 33% de la rotación y además fertilizan adecuadamente. Estamos hablando de un campo donde se aplican 200 kg de urea antes de la siembra y después otros 80 kg de arrancador. Se trata de una oferta de nutrientes interesante para que el cultivo se exprese bien”, precisó.
Dijo entonces que los ensayos de La Carlota son muy interesantes, porque se puede observar que muchas variedades están haciendo su aporte en materia de rendimiento y de sanidad, y “también vemos materiales que no producen un exceso de biomasa que después pueda dificultar la siembra del próximo cultivo”.
Todo esto, concluyó, genera información muy valiosa para los productores que participaron de la reunión, que pueden elegir las variedades que mejor se expresan en esta región.

Una década de trabajo

Al respecto, el ingeniero Henry Anselmi destacó que su agencia lleva ya 10 años haciendo ensayos de variedades de trigo con la maquinaria y la tecnología propia del productor. En este momento, en un sector vecino al de los ensayos de la Red de Ensayos de Trigo (RET INTA), tienen parcelas de 11 variedades que se replicaron por tres, ajustando tecnología, variedades y fecha de siembra, además de ensayos de distintos niveles de fertilización y control químico de enfermedades.
Explicó el profesional que para la zona el trigo es un cultivo muy importante, sobre todo en años húmedos, por su capacidad de absorber agua y contribuir al descenso de las napas. “Es agua del suelo que se aprovecha para producir materia seca que deja un rastrojo de alta densidad para el cultivo siguiente. Y si encima te rinde 5.000 a 6.000 kilos (50 a 60 quintales por hectárea) genera una cobertura impresionante que deja un ambiente más sustentable para las actividades agrícolas. Se trata de ubicar al trigo en un lugar estratégico de las rotaciones, pensando en el aporte que hace al suelo”, enfatizó.
En cuanto a rendimientos, destacó que el año pasado rondaron los 62 quintales por hectárea, con un invierno más benigno, y para estos ensayos estiman cosechar algo más de 50 quintales, rendimientos que reflejan los beneficios de la incorporación de tecnología, ya que la media esperada a nivel país para esta campaña es de 30 qq/ha.

 
Los números del trigo

4A pesar de la pérdida de casi 200 mil hectáreas por las inundaciones, se espera una cosecha de 13,4 millones de toneladas (26% más que la campaña anterior).

4 El rendimiento promedio a nivel país rondaría los 3.000 Kg/ha y en la zona núcleo llegarán a los 3.500 Kg/ha.

4 En los ensayos de La Carlota, con rotaciones y fertilización, se obtendrían alrededor de 5.000 Kg/ha.

Fuerte apuesta por la sustentabilidad

Oscar Picco, uno de los propietarios del campo donde se hacen los ensayos
del INTA, destacó que desde hace años vienen manteniendo un planteo de producción sustentable, con un buen sistema de rotaciones, a pesar de que recién en esta campaña los números empiezan a acompañar un sistema productivo de esta naturaleza.
“Notamos que haciendo las cosas bien, con rotaciones e incorporación de nutrientes al suelo, la mejora en los rendimientos de todo el planteo se van notando con los años. Pasamos por momentos en que se hacía muy difícil recuperar la inversión por el bajo precio de los granos, pero ahora –afortunadamente- la situación está cambiando y esperamos seguir apostando a la mejora permanente de nuestra producción”, enfatizó, para añadir que el campo donde se hacen los ensayos lo alquilan desde el 2008 y que con las rotaciones soja – trigo – soja de segunda - maíz, van notando un sustancial incremento en los rindes.
“Nunca hacemos soja sobre soja. Después de la soja siempre va el maíz o el trigo. No hacemos maní. Antes sembrábamos algo de sorgo pero después volvimos al planteo actual”, precisó.
En cuanto a los orígenes de la empresa agrícola que llevan adelante con Marcelo, su hermano, Oscar Picco recordó que se “largaron solos” hace unos 20 años, cambiando la actividad que llevaba adelante su padre, que siempre se dedicó al tambo.