El garbanzo suma logística a la cadena

Legumbres// Dos productores del norte de Córdoba abrieron en Sinsacate una planta de selección. Además de comercializar su propia producción, brindarán el servicio a terceros.

Alejandro Rollán

La capacidad del garbanzo para fijar nitrógeno convierte al cultivo invernal en un buen antecesor para el maíz, una secuencia que los productores tienen muy arraigada en el centro norte de la provincia.

Desde hace cinco años, el cultivo requiere en esta región del cuidado sanitario, debido a la aparición de rabia ( Ascochyta ). “En 2012 se había sembrado mucha superficie; las fuertes lluvias durante la primavera hicieron que apareciera la enfermedad, con muchas pérdidas en la producción”, recordó Siciliano.

Un buen momento

Las referencias actuales muestran a los importadores con capacidad para pagar 650 dólares por el garbanzo con granulometría seis; 750 dólares, por el grano de siete milímetros y 850 dólares por el grano de calibre ocho. Las magnitudes que hoy ofrece el mercado son alrededor de 100 dólares más que hace 12 meses.

Mientras las cosechadoras avanzan en la recolección, el interés de los importadores por el garbanzo argentino se mantiene.

“La producción nacional sale al mercado en un momento en que no hay oferta mundial. Es una ventaja estar en el mercado en contraestación”, explicó José Bacigalupo, gerente comercial de Dassa.


Hasta el momento, la empresa ya tiene acordada por contrato la entrega hasta febrero de 2.700 toneladas. Durante su viaje al Salón Internacional de la Alimentación (Sial), realizado en París a fines de octubre, Bacigalupo pudo comprobar la firmeza que muestra la demanda.

“Hay mucha necesidad, que se va a mantener hasta que salga la producción de India, que es el mayor productor mundial, allá por marzo”, explicó el gerente.

Los contratos que Dassa ya tiene formalizados fueron cerrados en junio, en plena siembra.

“El movimiento comercial hay que aprovecharlo hasta febrero, ya que los precios son muy buenos. Después se hace más difícil cerrar operaciones, porque el cliente espera qué puede pesar con India”, admitió Siciliano.

Cerrar el círculo

Con tecnología nacional, fabricada en Villa Nueva, la planta seleccionadora de Dassa apunta a la calidad del proceso.

Sus instalaciones cuentan con un área de prelimpieza, calibradoras, y mesa densimétrica, no solo para el garbanzo sino también para poroto y otro tipo de legumbres.


Si bien por ahora comercializa la producción a través de un importador, la empresa tiene en carpeta hacerlo con marca propia y en diferentes productos. La mayoría de los contratos acordados por Dassa son para proveer garbanzo a enlatadoras de Italia y España, cuyo tamaño varía entre siete y ocho milímetros. También tiene acuerdos comerciales para entregar con una granulometría de nueve milímetros.

“Estamos enviando en bolsas de 25 y 50 kilos, pero aspiramos a poder hacerlo en un futuro en lata o en envases de 500 gramos. Sería una forma de cerrar el círculo de valor agregado y llegar directamente a la góndola”, destacó Pablo Martínez.

La estrategia comercial apuntaría a manejar de forma más eficiente las diferentes calidades y a diversificar los mercados.