Se respira un ambiente alcista. Dante Romano

La fuerte demanda internacional influyó en el alza de precios durante la última semana. Localmente todos miran el desarrollo del clima. 
 
La operatoria de las últimas semanas ha sido claramente alcista. Esto nos llama la atención, siendo que la oferta norteamericana de maíz y soja es enorme, y en trigo más allá de lo que ocurre en EE.UU., las existencias internacionales son muy grandes. Evidentemente la demanda tiene lo suyo, y esta semana tuvimos recordatorios de ello, pero este movimiento no deja de ser llamativo.
La cosecha de maíz ya supera el 75% y la de soja la mitad del avance en EE.UU. Ya nadie discute los elevados rindes que el USDA proyecta, e incluso en soja podrían ser mayores. Pero toda esta información ya está "gastada". Soplan nuevos vientos en el mercado de granos. 
Por otro lado, como los granos están entrando en la etapa final de recolección, la presión de éstos sobre los precios por cuestiones logísticas ya declina, y se espera que esto permita descomprimir la presión de precios disponibles, que siempre influyen sobre los futuros. 
El primer factor a mirar es la demanda externa. Las exportaciones semanales norteamericanas de la semana pasada superaron los 2 millones de toneladas de soja y el millón de toneladas en maíz, superando las expectativas. En el caso del trigo fueron firmes con algo más de 500.000 toneladas en el máximo esperado por los analistas. China, en tanto, sigue demandando activamente, y vemos esto en sus estadísticas de importación.
Además, la mejora de precios del petróleo es una buena noticia porque asegura un ritmo activo de demanda para etanol y biodiésel. Los datos de esta semana mostraron mayor producción de etanol y menores stocks que los esperados. 
En lo que hace al trigo, también el mercado internacional está más activo. Las licitaciones de compra de Egipto se suceden activamente, y si bien el origen preferido sigue siendo el Mar Negro, EE.UU. logró participar también de algunos negocios grandes para otros destinos. Adicionalmente, en medio de un mar de trigo, aparecen algunos problemas puntuales con seca en el oeste de las planicies trigueras, excesos de agua para la cosecha en Canadá y Brasil, y también algunos otros problemas en Australia y los ya conocidos de Europa. 
En tanto, el foco empieza a pasar también a Sudamérica. En Brasil la siembra de soja viene rápido, y los productores son optimistas en lo productivo. Sin embargo, donde les tiemble un poco el pulso es a la hora de la venta: con la revaluación del real los precios están más debilitados. Lo que el año pasado favoreció a los productores, ahora los complica.
Localmente comenzaron a circular números más concretos de área sembrada para nuestro país. Se habla de un incremento de unas 800.000 toneladas de maíz, aproximadamente un 29% de incremento, con una merma de soja de unas 600.000 toneladas que en proporción significarían sólo 5% del área.
Pero a estos números luego hay que llevarlos a producción. Con la superficie de soja que se espera en nuestro país, aplicando un rinde promedio de las últimas campañas, quitando el mejor y peor año, vemos que a duras penas llegaríamos a 54 millones de toneladas cuando el USDA está en 57 millones de toneladas. Brasil también muestra una cifra relativamente alta, 102 millones de toneladas cuando viene apuntando a superar los 100 millones de toneladas sin éxito en las últimas tres campañas.
En el caso del maíz, los números de Sudamérica apuntan a recomposición, pero hacemos entre todos sintonía fina en un mercado dominado por EE.UU. Igualmente esto borrará el efecto de la mala campaña 2015/2016 de Brasil. Con una buena producción, los valores no lograrán conservar el premio que vemos sobre EE.UU.
En trigo, en tanto, vimos una recuperación interesante en las últimas semanas. Ésta llevó los valores a la zona de los 155 u$s/t que parecen una oportunidad muy interesante para los valores que tuvimos hasta aquí. Especialmente si tenemos en cuenta que en cosecha podríamos ver fuerte presión vendedora, teniendo que salir a competir fuera del Mercosur contra Rusia y Ucrania, que tienen mucho trigo. 
El precio pagado sólo se justifica para negocios con alta proteína. Pero la pregunta es cuánta proteína tendremos? Parece difícil de responder, sobre todo porque si bien se fertilizó mucho más, la última palabra siempre la tiene el clima.