FEDERICO DI YENNO Y EMILCE TERRÉ
La llegada de los primeros lotes de una cosecha récord en EEUU arrastró los precios del maíz y la soja en CBOT. En el mercado local, la exportación sigue siendo el principal sostén para el maíz mientras que la actividad en el mercado sojero sufre por el elevado contramargen que deja el procesamiento de la soja. |
Chicago, bajo la presión del ingreso de la nueva cosecha estadounidense
Comenzaron
a ingresar los primeros lotes de la cosecha maicera estadounidense
mientras que los de soja estarían por llegar, y con ello los precios en
Chicago se movieron en baja. A la presión estacional que normalmente se
sucede por estas fechas, el hecho que este año deje al mercado la
producción más alta de la historia de Estados Unidos trae un condimento
adicional.
Lo interesante ha sido que cuando
los precios se dejan caer demasiado, la demanda no tarda en aparecer
para aprovechar la oportunidad de hacerse de mercadería, y ello viene
limitando la caída de los precios, especialmente en soja.
En
relación a lo que puede esperarse del ciclo comercial estadounidense,
esta semana el USDA dio a conocer la actualización de sus estimaciones
de oferta y demanda, proyectando una producción de maíz en EE.UU. de
383,38 millones de toneladas (Mt). Si bien ello se encuentra por debajo
de los 384,90 Mt del reporte de agosto, el mercado venía descontando una
reducción aún más drástica con lo que el dato resultó bajista para los
precios.
En el caso de la soja, la estimación
de la cosecha estadounidense 2016/17 fue corregida a la suba respecto al
informe del mes pasado en base a rindes por encima de lo que se venía
descontando, para dejarla ahora en 114,33 Mt. Como referencia, el
anterior récord norteamericano había sido en la campaña 2012/2013 EE.UU.
con 82,8 Mt.
Incluso a pesar que el stock
inicial de soja fue ajustado en baja frente al fuerte ritmo de
exportaciones con el que cerró el ciclo 2015/16, la demanda si bien
repuntaría no lograría absorberla completamente, dando lugar a un nivel
de stocks finales más holgado de lo que se esperaba. Esto arrastró a la
baja los precios del commodity apenas difundido el informe.
Maíz argentino, ¿quién da más?
Esta
semana se han conocido una diversidad de proyecciones para la campaña
maicera argentina 2016/17 y, si bien todas parecen diferir en escala,
hay un denominador común: se descuenta un gran avance de la siembra en
la nueva campaña.
Desde GEA se publicó el
Informe Mensual de Estimaciones previendo que en la nueva campaña
2016/17 se sembrarán 850.000 hectáreas adicionales con el cereal,
alcanzando las 5,7 millones de hectáreas. Ello representaría un 18% más
que los 4,85 millones de hectáreas sembradas en el ciclo 2015/16, y
podría dejar la producción total del año próximo entre los 33 y 35
millones de toneladas. Simultáneamente, se revisó el dato de producción
de la campaña 2015/16, para dejarlo en 29,5 millones de toneladas.
La
Bolsa de Cereales de Buenos Aires, por su parte, que estima
exclusivamente el maíz con destino comercial (no incluye el que luego se
pica) asume que la cobertura de la nueva campaña alcanzará los 4,5
millones de hectáreas, un 25% (o 1 millón de hectáreas) por encima de
los 3,46 millones que se implantaron en la campaña actual. (2015/16 28
millones de toneladas). Al mismo tiempo, se dio por finalizada la
cosecha del ciclo 2015/16 con un retraso muy notable, y se dejó
invariable la estimación de producción en 28 millones de toneladas.
El
INTA, por su parte, sorprendió en la semana estimando que la superficie
a cubrir con maíz en la nueva campaña avanzaría un 30% respecto del
ciclo anterior y que, gracias a la aplicación de paquetes de tecnología
adaptados a los ambientes de siembra, la producción 2016/17 podría
alcanzar el récord histórico de 40 millones de toneladas. Estos números
que parecieran exorbitantes se acercan sí a las estimaciones del
Ministerio de Agricultura para la campaña actual 2015/16, que en base
una superficie sembrada de 6,9 millones de hectáreas y una cosechada de
5,7 millones (la diferencia entre ambas corresponde a maíces para
silaje, diferidos y pérdidas) estima una producción de 39,8 millones de
toneladas.
Este potencial salto productivo
deberá encontrar un espacio en la demanda. Cuando uno se extiende más
allá del corto plazo, vemos que la demanda de maíz para producción de
etanol se encuentra sostenida, que el ciclo ganadero en plena etapa de
retención de vientres puede demandar alimento, aunque el consumo de
carne está sufriendo mucho actualmente y hay que ver qué sucede con eso a
futuro. La demanda externa, en principio, se va a encontrar esquiva en
el sentido que Argentina no es el único país que está aumentando su
producción, y esta mayor oferta global de maíz deberá competir para
poder ser absorbida.
En tanto se largan las
primeras siembras del maíz, el mercado local, si bien mucho menos activo
que hace algunas semanas atrás, sigue demandado para el cereal. Si uno
observa la actividad del recinto de nuestra Bolsa, el maíz es el
producto que más interesa a los exportadores, quienes se muestran muy
activos en este segmento resultando más nutrida la cantidad de
compradores que participan activamente intentando originar mercadería.
La
justificación la podemos ver en el cuadro de Indicadores Comerciales
para la exportación que seguimos periódicamente. En el mismo puede
observarse que mientras el sector exportador ya tiene comprometidas
ventas al exterior por un total de 19,8 millones de toneladas según
surge de las declaraciones juradas de ventas al exterior, sólo tenía
comprados al 07 de septiembre 16,6 millones. Es decir, aún le resta
comprar otras 3,4 millones de toneladas para cumplir los compromisos de
embarque de la actual campaña comercial asumidos hasta este momento.
Simultáneamente,
los embarques que efectivamente se realizaron a la fecha suman 12,5
millones de toneladas, por lo que aún resta exportar 7,4 millones, o el
40%. De ellos, ya a la fecha se encuentran programados embarques en la
zona del Up River Paraná por 813.780 toneladas, más otras 251.730 que
saldrían desde el resto de los puertos del país, sumando en total 1,07
millones de toneladas que dejarían las terminales nacionales antes del
05 de octubre.
En
cuanto a precios, el maíz no resultó ileso de la presión bajista que
sufrió el commodity en el mercado externo de referencia, frente al
ingreso de los primeros lotes de una cosecha estadounidense récord. De
cualquier modo, si bien los ofrecimientos quedaron por debajo de lo que
se pagaba la semana pasada aún fue notable la variedad de modalidades de
contratación que se escuchaban.
Por la
mercadería disponible con o sin descarga los ofrecimientos abiertos en
la semana rondaron los $ 2.350/ton, algo por debajo de los $ 2.370 de la
semana anterior, pero por la entrega a partir del 19 de septiembre
hacia el cierre de la semana se conseguían $ 2.380/ton y para el maíz
contratado sin descarga los valores aumentaban a $ 2.400/ton.
Por
su parte, para el maíz a entregar más adelante en el año entre los
meses de octubre y diciembre se ofrecían abiertamente u$s 160/ton. A un
tipo de cambio de alrededor de $ 16/dólar que se espera entonces, ello
arroja un valor de $ 2.560/ton, bastante atractivo en las condiciones de
mercado actual, al que algunos debían considerar fijar coberturas.
Ya
por el maíz de la nueva cosecha se están ofreciendo abiertamente u$s
140/ton para la entrega en marzo, o u$s 136/ton por maíz tardío y de
segunda a descargar entre los meses de mayo y julio.
Para la soja, una de cal y una de arena
En
una campaña donde el debilitamiento de los precios internacionales y la
merma en el procesamiento de poroto vienen volcando al mercado, muchos
tenían puestas todas sus fichas en que el gobierno cumpla con la rebaja
adicional del 5% en las alícuotas de derechos de exportación, y ello de
aire a los precios. Sin embargo, a la fecha, no ha habido novedades y
corren rumores que –con mayor o menor aceptación por parte de algunos
actores de la cadena- la misma sea demorada hasta el año próximo.
Del
otro lado, el día viernes se supo que la Corte General de la Unión
Europea (una de las dos Cortes del bloque) anuló los aranceles por
dumping para las exportaciones de biodiesel de la Argentina y de
Indonesia. En el año 2013, cuando se implementaron los aranceles, el
argumento fue que la política de retenciones a la exportación de poroto
generaba un incentivo artificial a la producción doméstica de
biocombustible, y ello hacía que el producto se colocase a precios
injustamente bajos en el mercado de la UE. Esta controversia ya había
sido dirimida en favor de la Argentina en el ámbito de la OMC, pero el
fallo de la comunidad europea permite pensar que el flujo de ventas de
biodiesel a Europa se restablezca en condiciones normales en los
próximos meses.
Antes del conflicto con la
Unión Europea, éste era nuestro principal cliente para las ventas de
biodiesel al exterior por lo que de reabrirse el mercado en igualdad de
condiciones respecto a otros orígenes alternativos, el impacto sobre
nuestra producción podría ser muy notable. En el año 2012, más del 80%
de nuestras exportaciones se destinaron a la UE, fundamentalmente
España.
Márgenes de procesamiento negativos resienten la comercialización de soja
Esto
no podría llegar en mejor momento, dado que el procesamiento de soja en
Argentina viene mostrando claros signos de desaceleración respecto a la
campaña pasada. Sucede que a la escala de precios actual los márgenes
de la industria se han contraído en extremo.
El
FAS Teórico que informa el Ministerio de Agricultura se ubica
actualmente en torno a los $ 3.624/ton. Este valor debe interpretarse
como la “capacidad de pago” de la molienda, ya que deduce al valor FOB
al que pueden venderse los subproductos obtenidos del procesamiento
(aceite y harina, principalmente) el costo de industrialización y
embarque, y pondera por el rendimiento de cada uno. El FAS de mercado,
en tanto, se encuentra entre los $ 3.800 a $ 4.000/ton. Es decir, por
cada tonelada que los industriales muelen, están perdiendo entre $ 175 a
unos $ 375.
En este contexto, de más está
decir que la industria no tiene ningún apuro en salir a comprar grano,
notándose además un nivel de stock alto en la mayoría de las fábricas.
Ello redunda en un mercado con muy bajo nivel de actividad, que
privilegia el negocio de otros productos (mayormente el maíz).
Con
la mayoría de los compradores del recinto no ofreciendo más de $
3.800/tonelada, $ 3.850 si el lote era lo suficientemente voluminoso,
los vendedores prefirieron esperar a un potencial repunte aspirando a
obtener nuevamente los $ 4.000 que se escuchaban hasta hace poco. Sólo
se notó un volumen interesante de fijaciones, cuando éste valor se
otorgó el día miércoles a tales fines.
Según
muestra el cuadro de indicadores comerciales para la campaña actual, el
volumen de compras de la industria y el sector exportador por poroto
2015/16 muestra un retraso de 6 puntos porcentuales respecto al ciclo
comercial anterior, y de 12 puntos en relación al promedio de los
últimos cinco años.
De
cualquier modo, cualquier recuperación notable en los precios deberá
aguardar posiblemente que baje la presión estacional por la entrada de
la cosecha estadunidense en una campaña que, como ya hemos indicado,
batiría todos los récords.
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