La soja siempre estuvo en primer plano en este año. Productores, corredores e industriales fueron siguiendo con atención su desarrollo en un problemático y extenso período de cosecha. Las labores sufrieron demoras por un abril caracterizado por un bloqueo húmedo sin precedentes en Argentina. En vistas a la nueva siembra, los temores por la calidad de la semilla a implantar y sus consecuencias para la campaña 2016/17 no permiten bajar la guardia. Ariel Noguera, Mariela Ferranti y Cristian Russo, tres ingenieros agrónomos de esta BCR, aclaran algunas dudas sobre calidad: ¿qué pasó y qué podemos hacer? |
Este
año la soja nunca pasó a segundo plano en la tapa de las noticias de
los diarios agropecuarios. Productores, corredores e industriales fueron
siguieron cada paso de su evolución en una problemática y extensa
cosecha que sufrió una gran demora por un abril caracterizado por un
bloqueo húmedo sin precedentes en Argentina. Ahora, en vistas a la nueva
siembra, los temores por la calidad de la semilla a implantar y sus
consecuencias para la campaña 2016/17 tampoco permite bajar la guardia.
Ariel Noguera, Mariela Ferranti y Cristian Russo, tres ingenieros
agrónomos de la Bolsa de Comercio de Rosario, esclarecen el panorama
sobre la calidad de la semilla: ¿qué pasó y qué podemos hacer?
1) El
otoño que pasó se caracterizó por abundantes precipitaciones que
interrumpieron y demoraron la recolección de la campaña 2015/16 ¿Qué
impacto tuvo ello sobre el cultivo de soja?
Las
copiosas lluvias, que ocasionaron graves excesos hídricos, se
tradujeron en campos inundados y anegados, ocasionando diversos
inconvenientes. Entre ellos, que las vainas y semillas se cubriesen de
patógenos, así como también la germinación de semillas en vainas. De
esta manera, la calidad de la semilla cosechada y destinada a la nueva
siembra sufrió importantes mermas.
Por calidad nos referimos a
los diversos atributos que determinarán el comportamiento de la semilla
a campo: potencial germinativo (PG), vigor, viabilidad por tetrazolio,
pureza botánica, peso y sanidad.
2) Ante estas condiciones climáticas, ¿Que parámetros de la calidad de la semilla se vieron más afectados?
Las
demoras en la cosecha y el contacto directo con el agua aumentaron la
presencia de hongos, tales como Phomopsis, Fusarium y Cercóspora
Kicuchii que afectaron los principales índices de calidad: su potencial
germinativo (la capacidad que tiene la semilla de germinar y producir
una plántula normal bajo condiciones favorables de temperatura, humedad y
sustrato), su vigor (es la suma de las propiedades que determinan la
actividad y el comportamiento de lotes de semilla, en un amplio rango de
condiciones ambientales) y su sanidad (presencia de patógenos).
3) El Complejo de Laboratorios de la BCR realizó análisis y tratamiento de semillas, ¿Cuáles fueron los resultados?
Observamos
una respuesta muy favorable a la aplicación de fungicida en el ensayo
de potencial germinativo y en el vigor, principalmente debido al control
que realiza el fungicida sobre los patógenos. Vimos casos, a modo de
ejemplo, en los que valores de PG al natural en el orden del 20%, se
elevaron a valores de alrededor del 80% con fungicida.
4) Si
el productor elige sembrar su propia semilla, aquella que guardó de la
campaña 2015/16 ¿Cuál sería el primer paso frente a este escenario?
En
un año con las particularidades del presente, se acentúa la necesidad
de realizar la mayor cantidad de ensayos posibles para determinar la
calidad de la semilla y, de esta manera, tener un panorama más certero
para evitar problemas en la próxima siembra, controlando la mercadería
periódicamente.
5) ¿Cuáles son las recomendaciones para el productor en vistas de la Campaña 2016/2017?
Comenzaremos
la campaña sabiendo que no contamos con la mejor semilla, y que
seguimos paliando las repercusiones del temporal de abril. Aquellos
productores que tengan la posibilidad, seguramente opten por cambiar de
materiales, pero muchos tendrán que mitigar la problemática de la
calidad. Por eso, se aumentarán los kilos a la siembra y se dejarán las
semillas más perjudicadas para siembras tardías. Destacamos la
utilización de curasemilla. Se recomienda evitar siembras con valores de
vigor por debajo del 70% y tratar la semilla con fungicida para
realizar los análisis de germinación y de vigor.
MARIELA FERRANTI, ARIEL NOGUERA Y CRISTIAN RUSSO
|