Y empieza el segundo semestre... Héctor Huergo

Varios hechos de enorme relevancia jalonaron la semana que cerró el primer semestre de la era M. Unos de por aquí, otros de afuera. Repasemos.

1.- El Presidente, Mauricio Macri, volvió a Pergamino seis meses después de haber concretado allí su primer acto de gobierno relacionado con el sector agroindustrial. A pocas horas de asumir, el lunes 14 de diciembre anunció la eliminación de las retenciones para el trigo y el maíz y la reducción de las de soja. Días después derogaba el cepo cambiario y restablecía el principio de “un solo dólar”. Las dos medidas más necesarias para retomar la Segunda Revolución de las Pampas.

Por sus frutos lo reconoceréis. El martes, Macri, acompañado por su ministro de Agroindustria Ricardo Buryaile, el de Producción, Francisco Cabrera, la gobernadora de la provincia de Buenos Aires María Eugenia Vidal, más una pléyade de altos funcionarios nacionales y provinciales, inauguraron la planta de fertilizantes Synentech. Una inversión de 30 millones de dólares realizada en partes iguales entre la pujante Rizobacter (nacida y criada en Pergamino) y la potente DeSangosse, una empresa de Toulouse (Francia). Va a producir el fertilizante Microstar, una especialidad de alta tecnología que implica un cambio de paradigma en la nutrición de los cultivos.

Con esto, Rizobacter se convierte en la mayor empleadora de Pergamino. Sumará un centenar de nuevos puestos de trabajo a los 400 actuales, todos de alta calificación porque en las múltiples plantas y empresas que controla en el parque industrial de la ciudad se generan productos y servicios tecnología intensivos.


2.- Un artículo de La Nación dio cuenta de la fuerte reactivación de las inversiones en equipamiento agrícola. Prácticamente todos los rubros revelaron ventas muy superiores a las de los últimos años, destacándose en particular las sembradoras y las emblemáticas camionetas. Como en el 2002, la reactivación de la industria automotriz arranca por el campo.

3.- De afuera: el miércoles se conoció un documento, firmado por 109 Premios Nobel, que exigía a Greenpeace a cesar en su campaña contra los cultivos modificados genéticamente. En términos muy duros, los firmantes, en su mayoría científicos de gran renombre (entre ellos James Watson, descubridor de la estructura del ADN) remarcaron los beneficios que los OGM han brindado a la humanidad, desde su lanzamiento hace 20 años. También acusan a Greenpeace de tergiversar los riesgos, beneficios e impacto de los transgénicos, además de apoyar la destrucción de parcelas de cultivos y centros de investigación en distintos países. En particular, mencionan el caso del “Golden Rice”, el arroz enriquecido con vitamina A, que ayuda a combatir la ceguera provocada, precisamente, por esta carencia.

Mark Lynas, el periodista inglés que iniciara la campaña anti transgénicos, y que hace tres años se arrepintió sonoramente, tomó de inmediato la posta de los Nobel. “Uno de los valores más importantes es la defensa de la ciencia. Ahora, más que nunca, imploro una reconsideración de esta campaña, antes que se haga más daño, no sólo a Greenpeace, sino a la amplia comunidad progresista, y al ambiente global”.

Hace pocos meses, Lynas estuvo en la Argentina, uno de los países que más tempranamente adoptó los transgénicos. Dijo entonces: “Lamento haber iniciado el movimiento anti-transgénico a mediados de los 90, ya que con ello ayudé a demonizar una importante opción tecnológica que puede utilizarse en beneficio del medio ambiente”, indicó Lynas. El activista confesó que hasta 2008 no había realizado ningún tipo de investigación académica ni tampoco revisado documentación sobre biotecnología. Solo tenía lo que describió como un “entendimiento personal muy limitado” respecto del tema, asegurando que sus creencias acabaron siendo sólo mitos urbanos.

Vamos mejor. Y ahora empezó el segundo semestre...