Nuevo rally de la soja tras dos semanas de baja GUILLERMO ROSSI

El informe de siembras del USDA le dio otro empujón alcista a la soja, tanto en Chicago como en la plaza Rosario. La reciente debilidad del peso frente al dólar también contribuyó a sostener los precios del mercado local. Las condiciones climáticas volvieron a empeorar en la zona central del país, afectando a la siembra de trigo y la cosecha de maíz. Esta última muestra un fuertísimo retraso respecto de su ritmo de avance habitual. Esta situación le dio firmeza a los precios domésticos, que volvieron a $ 3.000/ton pese a las bajas externas. Se esperan nuevas lluvias para los próximos días.
La soja alcanzó nuevos máximos en el mercado local, apoyada en las subas de Chicago y la debilidad del peso. Los valores en dólares volvieron a quebrar los u$s 300/ton en posiciones de entrega cercana, manteniendo un premio de entre u$s 8 y 12/ton para el mes de noviembre. El flujo comercial se aceleró, tanto de nuevas operaciones como de fijaciones de mercadería ya entregada, especialmente en la rueda del jueves. El primer trimestre del ciclo de comercialización finalizó con una fuerte recuperación de los precios: el precio de pizarra de la oleaginosa avanzó casi un 50% entre abril y junio.

El mercado local de maíz también logró sostenerse en los últimos días, incluso pese a las caídas externas. Las cotizaciones en la zona de Rosario repitieron los $ 3.000/ton ante la llegada de malas condiciones climáticas a la zona central del país, que impidieron un mayor avance de la recolección. Según datos del Ministerio de Agroindustria, la colecta asciende al 51% de la superficie proyectada, con un magro progreso en los últimos días y 15 p.p de retraso respecto del año pasado. Siguen acumulándose los barcos a la espera de cumplir una holgada carga programada para las próximas semanas, que supera las 3 Mt según datos de agencias marítimas.

 

Las cifras de exportación del cereal en junio volvieron a decepcionar, resaltando la gravedad de los problemas logísticos. Se estiman embarques de maíz por apenas 1,6 Mt a lo largo del mes, mucho menos que las previsiones iniciales. El acumulado desde marzo llega a 8 Mt, apenas por debajo de los registros del año 2015. Las DJVE ingresadas para la campaña actual totalizan unas 17 Mt y buena parte de las mismas tiene plazo límite de salida entre septiembre y octubre.

En soja, en tanto, las exportaciones de junio totalizaron unas 2,1 Mt mientras que el crushing habría superado las 4 Mt. Ambos números señalan un buen nivel de utilización, aunque inferior al observado en el mismo período de la campaña 2014/15. De todos modos, cabe recordar que la actividad de las plantas y puertos se aceleró en junio de 2015 en respuesta a los conflictos que habían impedido trabajar con normalidad a lo largo de mayo.

Las condiciones climáticas en la zona central del país volvieron a empeorar en los últimos días, afectando también a la siembra de trigo y cereales de invierno. Las labores se encuentran prácticamente detenidas. Según GEA – Guía Estratégica para el Agro de la Bolsa de Comercio de Rosario, en la zona núcleo hay unas 150.000 ha –algo más del 20% del área de intención original- que corren riesgo ante la dificultad para ingresar a los campos. El estado de los caminos rurales es realmente problemático. El temor es que muchos lotes sembrados antes de las lluvias podrían perderse si persisten los problemas.

El precio del trigo Cámara en la zona de Rosario se mantiene en el rango de $ 2.500 a 2.600 por tonelada, con mejoras de parte de aquellos molinos que exigen parámetros de calidad. Las referencias para la próxima campaña continuaron debilitándose, cayendo por debajo de u$s 165/ton sobre el final de la semana. Esto obedece principalmente al fuerte deterioro del mercado internacional, pese a que las puntas FOB en puertos argentinos para la nueva cosecha intentaron mantenerse firmes. Valores FOB comparables en el Golfo de México y el Mar Negro sufrieron a lo largo de la semana una profunda corrección, a medida que progresa la cosecha en el hemisferio norte.

 

A nivel nacional, la siembra de trigo alcanza al 59% de la superficie proyectada, mostrando un ligero retraso frente al mismo período del año pasado. De todos modos, en términos de área cubierta este año se advierte un adelanto cercano a 400.000 ha, ante el mayor entusiasmo que caracteriza a la campaña del cereal. En cebada, en cambio, el retraso es mucho más significativo. El Ministerio de Agroindustria estima la siembra en sólo el 25% de la superficie frente a 64% a la misma altura del año pasado. Las zonas más rezagadas corresponden al extremo sudeste de la provincia de Buenos Aires.


Sentimientos dispares en la campaña norteamericana

El mes de julio suele marcar el período crítico para la determinación de los rindes del maíz en Estados Unidos, al tiempo que empieza a perfilar las perspectivas para la soja, cuya productividad se define más adelante. Los suelos de los principales distritos productivos están perdiendo reservas de humedad, aunque los pronósticos anticipan nuevas lluvias llegando al cinturón maicero desde el noreste a partir de la próxima semana. De concretarse, calmarían sólo parcialmente las necesidades de agua de corto plazo.

La condición de los cultivos se mantiene por encima de los guarismos reportados a la misma altura del año pasado, campaña en la que los rendimientos de la soja y el maíz superaron los promedios de cinco años. Sin embargo, los registros a la última semana de junio muestran una débil correlación con la productividad obtenida al cierre del ciclo. El USDA indicó que hasta el fin de semana pasado el 75% del maíz y el 72% de la soja se encontraban condiciones buenas o excelentes en el país del norte.

 

Si bien las condiciones climáticas están algo más secas de lo que se considera ideal, no hay temperaturas extremas estresando el potencial de rinde. De todos modos, las plantas están desarrollándose en forma acelerada, estimándose que más de la mitad del maíz habrá ingresado en polinización en los próximos 10 a 15 días. La condición de los cultivos comenzará a declinar en las próximas semanas a menos que lluvias contundentes recarguen los perfiles.

La zona que aparece como más comprometida se ubica hacia el sur y oeste del área agrícola norteamericana, donde las temperaturas han sido algo más altas que el promedio. Allí podría haber siembras de soja sobre rastrojos de trigo, que tendrán bajas perspectivas de rinde. La situación es diferente en la región lindante con Canadá, en los estados de Minnesota y Dakota del Norte. Estos distritos han recibido buen caudal de precipitaciones en los últimos meses y el problema son las zonas anegadas y con problemas de escurrimiento. 


El USDA marcó el pulso de los mercados

El Departamento de Agricultura norteamericano concentró la atención de la semana con dos informes que marcarán el rumbo de corto plazo de la operatoria. Los precios respondieron con alta volatilidad, activando subas para la soja y mayores caídas en los cereales. La participación de los fondos especulativos fue crucial para explicar los vaivenes.

En su informe de siembras el organismo corrigió positivamente sus estimaciones de superficie de soja y maíz respecto de las proyecciones formuladas a finales de marzo. En maíz el ajuste positivo fue a contramano de las previsiones privadas, que en promedio especulaban con un ligero abandono en favor de la oleaginosa. Asimismo, se informó que la soja cubrirá una superficie récord de 33,9 M ha, aunque un número todavía más alto habría calmado la voracidad de los especuladores. Estados Unidos necesita una gran producción de soja para salir a abastecer al mercado internacional a partir de noviembre, cuando los inventarios sudamericanos se encuentren en niveles históricamente bajos.

 

Ante la incertidumbre que genera la llegada del mercado climático en el hemisferio norte los precios respondieron fuertemente a la suba, aunque el viernes llegó una toma de ganancias. El sentimiento predominante es que una cosecha similar a la obtenida el año pasado no alcanzará para estabilizar la oferta mundial, teniendo en cuenta la disminución en la superficie de intención que se espera en Argentina y el sur de Brasil. La demanda externa se mantiene firme, con China absorbiendo el 63% de las importaciones mundiales en lo que va de la campaña actual.

Por el lado de los stocks hubo menos sorpresas, ya que los números mostraron una suba interanual y quedaron a grandes rasgos dentro de las expectativas. Estados Unidos tiene buena disponibilidad de soja y maíz para empalmar la campaña en curso con la próxima. Los 23,7 Mt de la oleaginosa que quedaban al 1 de junio eran 39% más elevados que un año atrás y 58% más altos que el promedio de los últimos cinco años. Sin duda la escalada de los precios busca anticiparse a un escenario de menor disponibilidad en el futuro, ya que de corto plazo no se advierten mayores restricciones que sigan pesando sobre la oferta.

 

Lo último a destacar en cuanto a informes del USDA es el crushing de soja en Estados Unidos en el mes de mayo, que se conoció el viernes. El mismo resultó de 4,83 Mt, un 3% por encima del nivel registrado a la misma altura del año pasado. Esto indica que las fábricas de Estados Unidos están respondiendo con mayor industrialización ante la menor oferta de harina procedente del hemisferio sur. Un resultado que trae ello es el incremento en el stock de aceite, que se expandió por sexto mes consecutivo. A finales de mayo las fábricas disponían de 935.869 tn de aceite de soja, un 53% más que a la misma altura del año 2015.