La retención de hacienda para incrementar el rodeo asegura un mercado firme. Carlos Marin Moreno

Comienza el segundo semestre del año, época en que los productores mixtos toman decisiones sobre el área por asignar a cultivos y a ganadería. Con reglas de juego claras para la agricultura, el interrogante por develar es la potencial evolución de los precios de la hacienda vacuna. En ese sentido, el panorama para la actividad se presenta alentador para 2016 y 2017, según la visión de varios analistas.

"La oferta de todas la categoría está afectada por la retención, un fenómeno que provoca escasez de hacienda gorda en la actualidad y de invernada a partir de julio-agosto", observa el consultor Victor Tonelli. "Se calcula que la producción de carne de 2016 caerá 150.000 toneladas respecto de 2015. Si a eso se le suma un aumento de 50.000 toneladas en el volumen exportado este año, la oferta para el consumo interno no permitirá superar los 54 kilos por habitante y por año", calcula el analista.

"Con ese nivel de oferta, a pesar de la caída de poder adquisitivo del consumo interno, el mercado seguirá con precios rentables para el ganadero en el corto plazo", adelanta. Y vaticina que en la medida en que la exportación supere las limitantes actuales, "a fines de 2016 puede empezar a liderar los precios, un comportamiento que puede continuar en 2017.

En ese marco, el año que viene continuaría la retención de hacienda, con oferta aún más escasa en los mercados y precios firmes para todas la categorías", conjetura.

Contribuiría a ese panorama halagüeño el probable ingreso de carnes argentinas en EE.UU. y en Canadá, lo que permitiría crea un nuevo "piso" de precios para la exportación. Los embarques hacia EE.UU. podrían ser de 20.000 toneladas sin aranceles y volúmenes adicionales con 36% de derechos de importación; se podrían incluir cortes del cuarto trasero y delantero", proyecta Tonelli.

Mientras tanto, el mercado de hacienda para invernada muestra un comportamiento atípico. "Los precios de la hacienda para engorde cayeron como por un tobogán, al pasar de $ 36 por kilo a principios de año a $ 33/34 en la actualidad", compara Javier Lafuente, de la consignataria Melicurá SA.


"Hubo un mercado enrarecido, con muchas diferencias de precios entre ventas particulares y en remates o entre terneros pesados y livianos", distingue. Uno de las causas del comportamiento anormal fue la alteración de la modalidad de ventas por la inflación. "En años anteriores, las operaciones se concentraban en la época de zafra, pero en 2016 se vende de a poco, sólo lo que se necesita para cubrir compromisos", diferencia Lafuente.

"En 2016, cargarle más kilos a los terneros es buen negocio para el criador, porque agrega valor y porque muchos feedlots están demandado terneros más pesados -de 200/230 kilos- en vez de los livianos de 160 kg que compraban en años anteriores", añade.

Por su parte, Juan Pedro Colombo, de la consignataria Colombo y Magliano, observa que la oferta de terneros va disminuyendo con el avance del almanaque, excepto en zonas con problemas climáticos. Simultáneamente, en la región pampeana los verdeos de invierno están en plena producción y permiten que el invernador pastoril reponga el gordo que va vendiendo. "El invernador que tiene una cadena forrajera bien armada debe comprar terneros para mantener alta carga y alcanzar elevada producción; no puede especular con la fecha de compra como puede hacerlo el titular de un feedlot", diferencia.

Según el operador, el macho liviano de 160 kilos se cotiza hasta $ 34 por kilo, mientras que el más pesado, de 180-200, vale $ 1 menos. Las hembras para engorde están en $ 32/33, mientras que las elegidas para reproducción, de buena calidad genética, suben hasta $ 35-37.