El pionero de la Siembra Directa fue homenajeado en Marcos Juárez el pasado jueves 13 de abril con el nombramiento de una rotonda de acceso a su localidad. Un merecido reconocimiento.
“Una persona que dejó huellas profundas”. Las palabras del Ing. Marcelo Tolchinsky no pueden ser más precisas. Cada una de las personas que esa mañana gris y ventosa del 13 de abril de 2016 se reunieron en la rotonda ubicada en Av. Las Colonias y acceso a la autopista Rosario-Córdoba tenían una buena razón para estar ahí.
Y nadie quiso estar ausente para homenajear al hombre, al padre, al abuelo, al maestro, al colega, al referente, al pionero, al amigo, al trabajador incansable, al estudioso, al innovador y al revolucionario en la producción de alimentos. Rogelio Fogante sin duda había dejado algo en la historia de los presentes. Más bien en la historia de la agricultura argentina y del mundo.
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El trabajo de Rogelio como pionero de la Siembra Directa en nuestro país dio sus frutos, ya que no sólo en aquellos primeros años experimentó y perfeccionó la técnica, sino que la compartió con sus colegas y el mundo.
La presidente honorario de Aapresid (Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa) quien reconoció todavía “no acostumbrarse a su ausencia” dijo que el trabajo de Fogante, quien fue discípulo del Premio Nobel Norman Borlaug, es un orgullo para todos los argentinos.
“No sólo Argentina, sino el mundo entero le merece gratitud por haber buscado soluciones a la demanda de la humanidad de generar alimentos, fibras y energías cuidando el medio ambiente” expresó la ex-titular de Aapresid.
El INTA recopiló testimonios de los presentes en el homenaje. Lo compartimos.
“Una persona que dejó huellas profundas”. Las palabras del Ing. Marcelo Tolchinsky no pueden ser más precisas. Cada una de las personas que esa mañana gris y ventosa del 13 de abril de 2016 se reunieron en la rotonda ubicada en Av. Las Colonias y acceso a la autopista Rosario-Córdoba tenían una buena razón para estar ahí.
Y nadie quiso estar ausente para homenajear al hombre, al padre, al abuelo, al maestro, al colega, al referente, al pionero, al amigo, al trabajador incansable, al estudioso, al innovador y al revolucionario en la producción de alimentos. Rogelio Fogante sin duda había dejado algo en la historia de los presentes. Más bien en la historia de la agricultura argentina y del mundo.
Desde el 13 de abril de 2016, hay un lugar en el mundo que se llama Rogelio Fogante.
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El trabajo de Rogelio como pionero de la Siembra Directa en nuestro país dio sus frutos, ya que no sólo en aquellos primeros años experimentó y perfeccionó la técnica, sino que la compartió con sus colegas y el mundo.
La presidente honorario de Aapresid (Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa) quien reconoció todavía “no acostumbrarse a su ausencia” dijo que el trabajo de Fogante, quien fue discípulo del Premio Nobel Norman Borlaug, es un orgullo para todos los argentinos.
“No sólo Argentina, sino el mundo entero le merece gratitud por haber buscado soluciones a la demanda de la humanidad de generar alimentos, fibras y energías cuidando el medio ambiente” expresó la ex-titular de Aapresid.
El INTA recopiló testimonios de los presentes en el homenaje. Lo compartimos.