La noticia de la
autorización judicial por parte de la Cámara de Apelaciones de Nueva
York con respecto a la posibilidad de que Argentina emita y pague deuda
externa sirvió como puntapié a la acción compradora de activos
argentinos, permitiendo recortar las pérdidas registradas en las últimas
semanas.
En
la jornada del miércoles, la Cámara de Apelaciones de Nueva York retiró
las restricciones que impedían que Argentina finalice su proceso de
liquidación de deuda con los holdouts a través de la emisión de nuevos
títulos públicos. Con ello, el plan del Ministerio de Hacienda es
iniciar la colocación de estos bonos – por hasta u$s 15.000 millones - a
partir del próximo lunes, de manera de poder efectivizar el pago a los
acreedores el día viernes 22. De acuerdo a Fitch Ratings, el vencimiento
de estos nuevos títulos correspondería a los años 2021, 2026 y 2046.
Como
consecuencia de ello, la calificadora de riesgo Moody’s decidió elevar
la nota crediticia de Argentina desde “Caa1” a “B3”, citando como razón
para ello mejoras en política económica, a su vez declarando que ve un
panorama estable dadas expectativas de una continuación del proceso de
reformas económicas y estabilización de reservas, sin dejar de
considerar los formidables desafíos de controlar una inflación de dos
dígitos y cerrar la brecha fiscal. Si bien dicha calificación aún
representa un alto grado de riesgo y los flujos de capitales hacia
países emergentes se tornaron negativos durante el año pasado, es un
paso adelante hacia la posibilidad de atraer inversiones desde el
exterior.
Esta circunstancia renovó el interés
por los papeles listados en el mercado accionario local, con todos los
componentes del Índice Merval mostrando saldos positivos en los últimos
siete días. La plaza logró sostenerse por encima de los niveles
registrados a fines del mes pasado, evadiendo así una toma de ganancias
considerable. La performance relativa de los diferentes sectores no está
fuera del libreto general evidenciado para 2016, con las petroleras (a
excepción de Tenaris) y los bancos liderando el panel principal. Otra
característica particular de la semana fue la divergencia establecida
entre la evolución de dólar y aquella de Índice Merval, propia de un
escenario donde se percibe a corto plazo una mayor oferta de divisas y
demanda de activos de riesgo.
En lo que hace a
renta fija, la posibilidad de que las nuevas colocaciones de deuda
marquen una pauta de rendimiento por debajo de la alcanzable entre
títulos vigentes llevó a una mayor demanda de estos últimos.
Coincidentemente, la prima de riesgo de la deuda argentina (el “Riesgo
País”) ha caído a su guarismo más bajo en casi una década (Ver gráfico).
No obstante, los resultados de las colocaciones de la semana próxima
resultarán indicativos de cuál es la percepción de riesgo existente en
el mercado internacional con respecto a la solvencia del Tesoro de la
Nación para afrontar la deuda soberana, la cual sólo mejorará en la
medida en que los nuevos fondos permitan solucionar las deficiencias
estructurales existentes en el presente.
En
el plano de las colocaciones a corto plazo, el Banco Central ha
decidido mantener la curva de tasas de Lebacs prácticamente sin cambios
por cuarta semana consecutiva, sosteniendo así a raya la evolución del
dólar. De resultar exitosa, la colocación de deuda podría finalmente
marcar el punto de inflexión hacia un relajamiento de dicha política de
succión monetaria. Las cauciones operadas a 7 días en el mercado de
Rosario, por su parte, se mostraron como una alternativa muy atractiva,
llegando a rendir en ocasiones más del 38%.
A
nivel internacional, los índices globales postearon ganancias para la
semana de manera generalizada. Los mercados norteamericanos se hicieron
eco de nuevos máximos para el petróleo en lo que va del año, aunque el
leve retroceso del mismo hacia el viernes y reportes de que Apple
continuaría con un ritmo de producción reducida de sus teléfonos móviles
durante el próximo trimestre pesaron sobre las acciones. El Índice
Bovespa, ante el avance del proceso político que pretende destituir a su
actual presidente, marcó nuevos máximos para el 2016, aunque sufrió un
pequeño recorte ante tomas de ganancias.