El consumo interno no tiene rival. Ignacio Iriarte

Mientras la retención parece afianzarse semana a semana, y la oferta ganadera se mantiene desde hace cinco meses un cinco por ciento por debajo del año anterior, el buen estado de los campos permite al ganadero vender escalonadamente.

De esta manera se retroalimenta así este incipiente proceso de optimismo y buenos valores. Las intensas lluvias de los últimos días en el centro-norte del país no hacen otra cosa más que profundizar la reducción de la faena.

Por ahora los protagonistas de esta situación son, por un lado, el cambio de expectativas, que induce a miles de criadores a vender menos, y por el otro un consumo que en marzo se habría recuperado y ubicado cerca de los 59 kilos.

Con datos provisorios, y a favor de una faena más alta que en los meses anteriores, en marzo se habría consumido 92 por ciento de la producción y exportado ocho por ciento. Los efectos positivos de la devaluación sobre el mercado ganadero son hasta ahora muy moderados, siendo el protagonista excluyente de la situación actual el consumo interno, pese a que la mayoría de la población asalariada enfrente hoy “precios nuevos con salarios viejos”.

Muchos operadores esperan que con los aumentos de sueldos que se concretarán en el trimestre abril-junio, el mercado ganadero se tonifique a partir de mediados de año. La retención en curso, si se la compara con la del período 2010-2012, es todavía moderada: el stock estaría creciendo más por una parición 2015 muy superior a la esperada, que por la acumulación de vientres en el campo.

Los primeros tactos estarían revelando porcentajes de preñez excelentes, en algunas zonas iguales a los del año pasado y en otras incluso superiores. Si para este año se está estimando un destete a nivel nacional del orden de los 14,2-14,3 millones de terneros, para el año próximo ese registro se podría incrementar, al combinarse un número creciente de vientres en servicio con una preñez nuevamente entre cuatro y cinco puntos superior a la media histórica.

Con un destete que en 2017 será de no menos de 14,5-14,8 millones de terneros, una mortandad de ganado adulto del orden de las 800 mil cabezas y un crecimiento del stock de un millón de cabezas (que se sustraerá de la faena), la oferta de carne sería en el 2017 de alrededor de 2,9 millones de toneladas, lo que alcanzaría para consumir 60 kilos y exportar 300 mil toneladas, un balance no muy diferente al del año en curso.

Mientras el stock crezca como ahora, o sea mientras se mantenga la fase de retención del ciclo ganadero, la oferta de carne será inferior en unas 200-250 mil toneladas anuales a la potencial, porque parte de la producción anual se “estoqueará” en el campo bajo la forma del aumento de animales en el rodeo de cría.

La retención actual es moderada, si se la compara con otros períodos de recomposición del rodeo; si las perspectivas mejoraran –la retención es un acto de fe– y la recomposición se acentuara, también caería adicionalmente la faena.

Hace menos de cinco años, la faena en la Argentina cayó abruptamente a sólo 11,2 millones de cabezas, y el consumo se tuvo que reducir inevitablemente a sólo 52 kilos per capita , con precios para la hacienda muy altos en términos reales, sostenidos exclusivamente por el consumo interno.

*Analista del mercado