De terror: Abril va por más y se encamina a ser el más lluvioso en 50 años

Son varias las localidades que ya se superaron por amplio margen los promedios históricos de lluvia para todo el mes.

Desde fines de marzo y en lo que va de abril, se registraron precipitaciones superiores a lo normal en el noreste argentino, principalmente al norte de Entre Ríos y centro-norte de Santa Fe, como así también en Córdoba y parte de Buenos Aires, con consecuentes anegamientos, tanto en el continente como en la zona ribereña, por la crecida de ríos y arroyos.

"Son varias las localidades que ya se superaron con exceso los promedios históricos de lluvia para todo abril", aseguró Carlos Di Bella, director del Instituto de Clima y Agua del INTA Castelar. "Nos encontramos frente al cuarto abril más lluvioso desde 1970 y que, de seguir las lluvias, podríamos destacarlo como el más lluvioso de los últimos casi 50 años", agregó.

Sólo a modo de ejemplo, el especialista citó el caso de la localidad de Reconquista, Santa Fe, donde cada abril desde 1970 hasta 2015 llovió un promedio de 156,8 milímetros. Y, en lo que va del mismo mes en este año se registraron 372,4 milímetros, un 240 % más que la media mensual.

Si bien se trata de un mes que se caracteriza por las precipitaciones, los registros hasta el momento son excepcionales y muy por encima de la media, lo que complica el normal desempeño de las actividades en las localidades anegadas.

En esta línea, un informe del INTA subrayó que por un largo tiempo estarán obstaculizadas las labores a campo como la cosecha y siembra de verdeos y pasturas. Asimismo, el organismo indicó que existe una gran cantidad de caminos rurales intransitables, lo que complica la logística.

"Si bien venimos observando un gradual debilitamiento desde diciembre, el fenómeno climático de El Niño se extendería durante el otoño, hacia una posible transición a una fase neutral durante el invierno", observó Di Bella.

Un abril de terror

De acuerdo con el Instituto de Clima y Agua, la región norte del noreste argentino presentó en las últimas semanas tiempo inestable con lluvias torrenciales que anegaron zonas rurales y ciudades como Concordia, Rafaela, Reconquista y Sunchales.

Hacia el oeste de la región, las precipitaciones y la humedad ambiental imperante frenaron las tareas de trilla de grano grueso que se venía haciendo en su tramo inicial.

El sur de la provicna de Córdoba también registró copiosas precipitaciones en los departamentos de Juárez Celman, Unión y Marcos Juárez. En consecuencia, también se frenó la trilla de grano grueso, cuando se había avanzado en soja y maíz, con rindes de entre los 40 y 50 quintales por hectárea para el primero y 90-120 para el segundo.

Para las localidades de Río Cuarto y General Pico, si bien las precipitaciones fueron menores que en el resto de la región, tampoco se pudo avanzar con las labores a campo para la cosecha de granos estivales. Sólo se concretaron algunas siembras de verdeos y arrancó algún lote de maní.

El problema más agudo se vive hacia General Villegas y localidades aledañas que reciben una gran cantidad de agua transportada por el río Quinto, lo que sumado a las condiciones climáticas reinantes, generan anegamientos de importantes superficies sembradas con granos y pasturas.

Hacia el sur regional, en los últimos días la lluvia fue escasa y los milímetros acumulados en lo que va de abril conforman un escenario que, por ahora, torna óptima la humedad de suelo. Aun así, existen zonas bajas que colectan agua de escurrimientos, como Sierra de la Ventana, que presentan algunos excesos.

En la zona persisten los problemas de logística por el mal estado de los caminos rurales. La permanente inestabilidad y la excesiva humedad ambiental también dificultan las siembras programadas y muy demoradas de avena, cebada y otros verdeos.

Por su parte, el girasol se terminó de recolectar con buenos rindes, mientras que el maíz promete también buenos rendimientos, al igual que los sorgos, que presentan ahora panojas muy bien conformadas.

La soja espera que se normalice el clima para secarse adecuadamente, lo que permitirá encarar su trilla. El campo natural de pastoreo sigue muy bien empastado, gracias a las lluvias y a los niveles térmicos moderados.