Víctor Villalobos: "Hay que fomentar políticas públicas sobre trazabilidad, que muestren el origen de los alimentos". Cristian Mira

El director general del Instituto Interamericano de Cooperación Agrícola (IICA) advierte que la sociedad ignora cómo se produce lo que consume; apoyo a la agricultura familiar


Las políticas públicas para fomentar la producción agropecuaria siguen siendo claves en un mundo que demanda más cantidad de alimentos, pero al mismo tiempo exige calidad, seguridad y respeto por el medio ambiente. Esa es la visión que dio Víctor Villalobos, director general del Instituto Interamericano de Cooperación Agrícola (IICA), Víctor Villalobos, en una entrevista con LA NACION. El funcionario, de origen mexicano, recientemente estuvo en el país para reunirse con autoridades del Ministerio de Agroindustria y del INTA, entre otros organismos.
El IICA, que agrupa a 34 países del continente americano, fue creado en 1942, antes que la FAO, para fomentar el desarrollo agrícola y el bienestar rural en la región. Fue impulsado, entre otros, por Henry Wallace, uno de los padres del mejoramiento genético del maíz y creador de la primera empresa de maíces híbridos, que llegó a ser secretario de Agricultura y vicepresidente de Estados Unidos.
-¿Cómo evalúa el papel de América latina como región productora de alimentos?
-Nos tenemos que preguntar si vamos a ser capaces de alimentar a una población de 8900 millones de personas en un futuro cercano. Tenemos el desafío de producir más sin aumentar los costos ambientales, con igual superficie y agua. Vamos a una agricultura más eficiente por unidad de producto. A grandes rasgos, el mundo se divide entre países exportadores netos de alimentos, como los de América del Sur, América del Norte y Australia, e importadores netos, como Asia, Africa y Europa.
Hay un ascenso de las clases medias que demandan alimentos de más calidad como carnes, café o frutas tropicales. Al mismo tiempo, se presentan problemas como el de la obesidad, que hoy alcanza a 1000 millones de personas. México, por ejemplo, ocupa el primer puesto en el ránking de países con mayor obesidad infantil.
-¿Y qué deberían hacer los estados frente a esa realidad?
-Fomentar políticas para el consumo de frutas y vegetales. No se tiene preocupación por lo que se consume. La sociedad ignora el origen de los alimentos. No obstante, hay tendencias que fomentan la vida sana. Se ve en los jóvenes que se preocupan por conocer la huella de carbono de los alimentos o cuantos litros de agua son necesarios para producir.
-Pero muchas veces se difunden datos falsos sobre cómo se producen los alimentos.
-Hay que fomentar políticas públicas sobre trazabilidad, que muestren el origen de la producción. Desarrollar sellos de calidad, por ejemplo. También hay que garantizar la inocuidad, como niveles mínimos de residuos tóxicos en granos. La Argentina tiene experiencia y conocimiento en su sistema de comercialización de granos.
-Además de los problemas de obesidad, en la región persiste la pobreza, ¿cómo se enfrenta?
-La pobreza no sólo es un problema de los centros urbanos sino de las zonas rurales. En el IICA creemos que hay que enfrentarla con un enfoque de desarrollo, holístico. No es sólo responsabilidad del ministro de Agricultura sino que deben fomentarse políticas de Estado en salud, educación e infraestructura. No se trata sólo de darle de comer a la gente. En nuestros países el campo expulsa a los jóvenes, debemos atraerlos. En este sentido es esencial el papel de la agricultura familiar, apoyarla con tecnologías para que pueda tener excedentes. Hay experiencias en las que con simples transformaciones los resultados son positivos. .
-En materia de innovación agrícola hoy los estados tienen restricciones presupuestarias para invertir en investigación y desarrollo. Hay compañías privadas que tienen más presupuesto que ellos, ¿Qué se debería hacer?
-Más que rivalizar hay que fortalecer las alianzas con el sector privado, pero desarrollando políticas que faciliten la incorporación de tecnología y fijando las prioridades. Con los transgénicos, por ejemplo, estableciendo normas de bioseguridad.