La agenda con Estados Unidos: inversiones, comercio y apoyo político Dante Sica

Tras una década de cortocircuitos, la próxima semana el presidente de Estados Unidos, Barack Obama visitará Argentina, dando inicio a una nueva etapa entre ambos países. El acercamiento contribuye a la estrategia del gobierno de Mauricio Macri de reinsertarse en la economía global, como paso indispensable para apalancar un nuevo ciclo de crecimiento –o más ambiciosamente desde la óptica oficial, de desarrollo- con eje en la inversión. Hay que tener en cuenta que ese país constituye el mayor inversor extranjero en Argentina, con la presencia de más de 300 empresas en la economía local.

Así, la nueva administración pretende restablecer las relaciones con la primera economía del mundo con tres objetivos prioritarios: lograr apoyo político en temas clave, atraer inversiones y acceder a nuevos mercados.

El apoyo político fue la primera señal y habría contribuido a destrabar dos aspectos relevantes: el proceso judicial y de negociación con los holdouts, y el crédito de organismos internacionales como el BID y el Banco Mundial para el financiamiento de obras de infraestructura, que estuvo paralizado durante años.

Por su parte, acelerar el ingreso de inversiones aparece en el centro de la estrategia oficial de acercamiento a la primera economía del mundo, dado que se entiende que constituye la llave para recuperar el crecimiento y el empleo de manera sustentable. En los últimos años, el cepo cambiario y los elevados niveles de discrecionalidad ahuyentaron la inversión, especialmente la extranjera. Prueba de ello es la alarmante pérdida de posiciones en materia de IED (Inversión Extranjera Directa) de nuestro país en la región: mientras en 2004-2007 recibíamos un cuarto de lo que ingresaba en Brasil, en 2014 fue sólo un décimo. Pero Argentina podría mejorar su performance, con nuevas reglas de juego claras y de largo plazo, dado que las oportunidades abundan.

Nuestro país posee la ventaja de contar con valiosos recursos naturales, algunos con grandes perspectivas de desarrollo en el mediano plazo (como la energía y la minería), y con encadenamientos relevantes sobre diversas ramas industriales. También existe potencial en los sectores en los que es referencia regional (como el automotriz, la metalurgia y la química), y en la industria del conocimiento (energías renovables, industria farmacéutica, biotecnología, software, tecnología nuclear y satelital, etc.). Además, el fuerte atraso existente en materia de infraestructura demandará ingentes inversiones en áreas clave como la energía, la red vial ferroviaria, fluvial y las telecomunicaciones, si es que se pretende impulsar la competitividad de manera sostenible. En este marco, revisar los mecanismos de financiamiento para empresas americanas que deseen invertir en el país, destrabar inversiones pendientes y lograr fondos para infraestructura, figuran en la agenda de prioridades planteadas en orden de comenzar a definir cuanto antes el nuevo mapa de relación bilateral.

Finalmente, Argentina va en camino de buscar una mayor integración comercial con EEUU, de la misma manera que apunta a la Unión Europea y la Alianza del Pacífico, tratando de configurar una estrategia que permita recuperar tiempo perdido en el marco de la inserción en las cadenas internacionales de valor, y también dada la necesidad de suplir parte de la demanda brasileña ante la fuerte crisis que atraviesa el país vecino. En este punto, considerando la complejidad que implica avanzar hacia un acuerdo de libre comercio, incluso en el mediano plazo, los principales esfuerzos están centrados en la necesidad de facilitar el comercio, evitar la doble tributación, avanzar en acuerdos de normativas técnicas y sanitarias, así como reducir las barreras para-arancelarias que actualmente dificultan la operatoria de las empresas en el plano bilateral. En particular, Argentina debería apuntar a la inclusión del país en el Sistema Generalizado de Preferencias (actualmente suspendido), y la reactivación de los procesos de apertura de exportación de productos locales (como limones y carnes).

Así, la visita del presidente Obama ya es un logro de la estrategia oficial que aspira a una rápida reinserción internacional del país en el mundo en términos políticos, productivos y comerciales como paso ineludible para recuperar el crecimiento y el desarrollo del país.