Un informe del Ieral muestra que el poder de compra de los principales productos agropecuarios exportables mejoró desde noviembre pero está por debajo de 2006.
La combinación de quita de retenciones, eliminación
de ROEs y –fundamentalmente– suba del tipo de cambio, mejoraron la
ecuación de las empresas exportadoras de granos y productos de economías
regionales en los últimos meses.
Sin embargo, la película a
mediano y largo plazo muestra una perspectiva estable tirando hacia
negativa: el poder de compra está aproximadamente al mismo nivel que en
2010 y muy por debajo de hace diez años.Así lo refleja un artículo titulado “Competitividad regional, luego de la unificación del mercado de cambios”, difundido por el Ieral de Fundación Mediterránea dentro de su último Informe de Coyuntura.
“El poder de compra de los exportadores regionales mejoró en forma significativa respecto de noviembre del año pasado, aunque el resultado no es tan favorable si se compara con 2010, y mucho menos si se lo hace con 2006”, resume el análisis elaborado por el investigador Jorge Day.
Datos
El
estudio contempla los números desde la perspectiva de un exportador,
aunque supone que, si mejoran los precios de éste, los productores
eventualmente también deberían recibir mejoras.El primer dato que releva es el tipo de cambio real y la conclusión es que está mejor que hace cuatro meses (si no se hubiera actualizado, hoy equivaldría a 11 pesos), a un nivel similar al de 2010 y peor que hace una década.
Luego, al analizar el poder de compra, exhibe un gráfico que muestra la evolución a corto, mediano y largo plazo, con resultados absolutamente diferentes.
Respecto a mediados de 2010. Algunos productos mejoraron su competitividad y otros la empeoraron. Las diferencias están dadas por la diferente dinámica de sus precios de exportación y las retenciones. “Un punto llamativo es que, con la excepción del maíz, la zona pampeana no se muestra ahora tan competitiva con respecto al 2010, y eso que sus retenciones fueron eliminadas o reducidas. Obviamente, ha pesado una caída proporcionalmente mayor en sus precios, en comparación con otros productos regionales”, comenta el artículo.
Respecto a 2006. El dólar de ese periodo fue mucho más competitivo que el actual y eso se hace notar cuando se desagrega por productos regionales. Todos muestran valores negativos y son menos competitivos que hace diez años atrás. La excepción se observa en el ajo, que tuvo precios muy bajos en aquel año, y por eso, aparece mejor posicionado.
Productores, a la espera
El
economista completa que “desde la perspectiva del productor, si el
exportador cobra más, también debería reflejarse en los precios pagados a
los productores”. Acorde a los primeros datos de este año todavía no se
observa esa mejoría en el caso del trigo y de la soja. En vinos,
comienza a notarse mayores en precios para los productores, pero
principalmente por las expectativas de una importante disminución de la
cosecha de uvas. “Lo más probable que este efecto derrame no demore
tanto, porque en algún momento habrá mayor demanda de productos
agrícolas, que son la materia prima de los bienes a exportar”, afirma
Day.Pero el punto esencial es que, pensando en la rentabilidad del productor regional, debe tenerse en cuenta la mano de obra, su principal costo. “Varios productos no pampeanos son muy intensivos en mano de obra (especialmente en aquellos cuya cosecha no se puede mecanizar). En los últimos años, el costo laboral se había incrementado muy por encima de los precios de aquellos productos. Consideremos el caso emblemático de la pera. En diez años, su precio de exportación ha aumentado un 30 por ciento en dólares (con tendencia decreciente), mientras que el salario agrícola (en Río Negro) se ha duplicado en dicha moneda”, ejemplifica el informe.