Cebada. Una rápida
visión sobre lo que está pasando en el mercado de este cultivo de
cosecha fina; cómo termina la temporada comercial y qué puede esperarse
para la temporada 2016/2017. Con un final de campaña de existencias más
que holgadas aquí en la Argentina, la cebada confronta sus márgenes con
el trigo -en algunas regiones se ven mejor. Por otra parte, tiene por
delante un ciclo internacional con stocks recuperados.
¿Cómo se viene desarrollando la campaña comercial?
La producción del último año superó las expectativas iniciales,
obteniéndose un volumen cercano a 4,9 Mt según fuentes locales y del
exterior. Se estima que alrededor de la tercera parte ya lo adquirió la
exportación, a lo que hay que sumarle las compras de la industria que
por lo general absorbe alrededor de un millón de toneladas anuales para
producción de malta. Luego hay otros usos no industriales,
principalmente para alimentación animal, semillas, etc. Si bien se ha
estado vendiendo a buen ritmo, se espera que este año quede un amplio
remanente para el próximo ciclo. Un dato: el Ministerio de Agroindustria
apuntó en su hoja de balance, exportaciones para todo el año por 1,90
Mt, pero a sólo tres meses del inicio de la campaña las DJVE ya acumulan
1,72 Mt, es decir, el 90% de esa proyección. Esto implica que es
probable que las ventas externas sean finalmente más altas, lo que
dejaría menos stock final del que anticipan los números oficiales.
¿Desde dónde salen las exportaciones y hacia dónde van?
Cerca de dos tercios de la producción nacional de este año proviene
del sudeste de la provincia de Buenos Aires, es decir, del área de
influencia de la zona portuaria Necochea-Quequén. Por este motivo,
alrededor del 60% de los embarques efectuados hasta el momento
-totalizaron 1,3 Mt entre diciembre y febrero- salió por Necochea y un
35% por Bahía Blanca, quedando el resto para los puertos del sur de
Rosario (Arroyo Seco y Villa Constitución). Esa proporción no debería
cambiar sustancialmente en los próximos meses. Del total embarcado, la
proporción entre forrajero y cervecero fue de 80-20%. Por lejos, el
principal destino de las exportaciones cerradas hasta el momento –con
más del 60%- fue Arabia Saudita, que adquiere regularmente grandes
cantidades para alimentación animal. Poco más del 10% de los buques que
zarparon este verano se dirigió a Brasil, con estándar cervecero.
Interesante: en el mes de enero se vio en ACA Terminal Quequén un buque
cargando 66.000 tn con destino a China.
¿Hay posibilidad de que mejoren los precios?
Las alternativas comerciales dependen en forma crucial de la
calidad que detenta el que busca colocar el grano en el mercado. La
última cosecha mostró bajos niveles de proteína, forzando el ingreso de
buena parte de la producción al estándar forrajero. Este segmento está
muy deprimido, ya que la demanda es puntual y no llega a absorber la
totalidad de la oferta disponible. En los puertos del sur los valores
escuchados se ubican en torno a u$s 135/ton y son todavía más bajos en
la zona de Rosario. Distinto es el caso de la cebada cervecera, producto
que se está comercializando en el rango de u$s 165 a 170 por tonelada
con proteína mínima 10% y buen calibre. Aquí las posibilidades de mejora
son mayores, aunque la demanda externa es limitada. Complica el hecho
de que Brasil, el principal comprador, está visiblemente retraído. Hay
que tener en cuenta que el mercado tiene un tamaño limitado: a nivel
mundial se exporta una tonelada de cebada cada seis de trigo.
¿Cuál es el panorama internacional de este cereal?
La producción mundial del último año fue la más elevada desde 2009,
lo que permitió fortalecer los niveles de stocks de los países
exportadores. La disponibilidad de oferta en el hemisferio norte es
razonablemente buena, pero en el sur tanto Argentina como Australia
muestran parámetros de calidad inferiores al promedio usual. Los saldos
exportables son amplios, sobre todo en Francia, pero China y algunos
países de cercano oriente (afectados por la caída del petróleo) han
reducido su ritmo de compras. En el segmento forrajero hay buena
disponibilidad de sustitutos, ya que los inventarios globales de
cereales son los más abultados en tres décadas. Sin embargo, el mercado
cervecero puede mantenerse firme. Las expectativas de cara a la nueva
campaña son realmente buenas, aunque es difícil que la superficie
aumente demasiado y los rendimientos podrían caer a niveles más cercanos
a los de tendencia.
Finalmente, ¿que se vislumbra en Argentina para la campaña 2016/17?
Preliminarmente, se advierte que la intención de los productores es
aumentar la superficie de campaña fina, aunque seguramente el trigo
liderará la ecuación. En cebada habrá que mirar, entre otras cosas, el
programa comercial que definan las malterías, es decir, en qué nivel se
encuentren los convenios en comparación con otras alternativas. En las
próximas semanas debería haber más novedades. A priori, es probable que
los márgenes de la cebada cervecera se ubiquen por encima del trigo, lo
que debería dar sostén a la superficie. Sin embargo, a pesar de la
eliminación de los derechos de exportación y la suba del tipo de cambio,
los precios de este cereal se muestran algo retrasados en comparación
con otros granos, como el maíz o los trigos de buena calidad. La
impresión general que queda es que, al menos a corto plazo, este cultivo
se ha ganado un lugar y no retrocederá hasta los niveles previos a la
intervención de los mercados que comenzó en 2006. En la planificación de
la campaña influirá también la experiencia de los últimos años, las
condiciones agroecológicas y la disponibilidad de capital y tecnología
para apuntar al segmento cervecero, que es el más rentable.