El principal alimento de los argentinos.
La empinada suba que tuvo el precio de
la carne vacuna precipitó el cambio que muchos presagiaban: el pollo y
el cerdo empezarán a copar las parrillas de los consumidores en
detrimento de la carne vacuna.
Sólo en enero, el consumo de carne de
vaca por habitante cayó un 7,2% respecto de igual mes de 2015, según la
Cámara de la Industria y el Comercio de Carnes (Ciccra).
Si se compara la cantidad de kilos
consumidos por año, los 60 kilos de enero de 2015 cayeron a 55,7 kilos,
el mes pasado, como producto de una suba del 40% en los precios desde
diciembre.
David Miazzo, economista de la Fundación
Agropecuaria para el Desarrollo Argentino (FADA) explicó las
diferencias en los precios de cada una de las carnes.
“Para producir un kilo de carne vacuna
se necesitan 7 kilos de alimentos y 30 meses desde el nacimiento del
animal hasta la faena. En el caso del cerdo, esa relación es de 3 kilos y
6 meses y en el de pollo, 2 kilos y dos meses. Por eso, en el mundo,
salvo en la Argentina el mayor consumo es el de cerdo, luego el pollo y
por último el vacuno”, dice. Pero “cuando el precio de la carne vacuna
se dispara aún más (dado que responde mas rápido “al sobresalto de
precios” tras la devaluación conocido como overshooting), la gente va
cambiando su consumo porque no convalida los precios”.
Según el analista, éste fue el panorama
de las últimas tres semanas. Sin embargo, “los precios se van a ir
acomodando”, asegura. “No van a ser los anteriores a las subas pero algo
van a bajar. Sobretodo, se va a producir un distanciamiento entre los
precios de los distintos cortes. Por ejemplo, entre el lomo y la
costilla”, señaló.
En este sentido, ayer, la Asociación de
Propietarios de Carnicerías salió a aclarar que “no puede haber un solo
precio para el asado”, como sugirió al ministro de Agroindustria,
Ricardo Buryaile, sino que precisó que el valor del producto al público
depende de la calidad de la carne.
Buryaile declaró el lunes último que el
asado debería costar $ 90 en las carnicerías, porque tiene un precio de
salida del frigorífico de $ 65.
Carlos Urzi, de la asociación, explicó
en declaraciones radiales, que “se puede conseguir asado por menos de
$90, pero hay que hervirla porque no se puede comer ni a la parrilla ni
al horno”. “Yo tengo a $ 110 el kilo de asado en mi carnicería, es de
vaquillona liviana, de muy buena calidad”, precisó Urzi, quien sostuvo
que “todos los que venden novillo deberían vender el kilo de asado a $
90 o menos”.
Más allá de la tensión por la suba de
los precios, la tendencia a un mayor consumo de cerdo y de pollo va a
continuar en los próximos años. Según un estudio de FADA, hoy la carne
vacuna representa más de la mitad de lo que consume cada persona en
relación a otras carnes, pero en cuatro años bajaría a menos de la
mitad. “Hoy consumimos 60 kilos por habitante, para el 2019 bajaríamos a
55 kilos”. En tanto el pollo, avanza fuerte en la dieta: en el mismo
lapso el consumo de 40 kilos anuales pasaría a 45. Y el de carne porcina
podría aumentar en un 50%: los actuales 10 kilos que cada habitante
consume al año, pasarían a ser 13 kilos.
Fuente: Diario Clarín.