Con el crecimiento del área de maíz se viene una extracción masiva de micronutrientes: nueva hipoteca agrícola en potencia

Especialmente de zinc y boro.
Con el crecimiento del área de maíz se viene una extracción masiva de micronutrientes: nueva hipoteca agrícola en potencia
En el nuevo escenario argentino los resultados económicos del maíz en los sectores más productivos de la región pampeana son mucho mayores que los de la soja. El cereal –luego de estar relegado durante una década con respecto a la oleaginosa– seguramente registrará este año un importante crecimiento del área de siembra.
El incremento del área de maíz vendrá de la mano de un aumento del consumo de fertilizantes básicos como la urea granulada o el fosfato monoamónico. Pero también será necesario comenzar a planificar el aporte de micronutrientes para evitar de una depredación del patrimonio suelo.
Una hectárea de 100 qq/ha de maíz –por ejemplo– extrae en promedio 0,20 y 0,53 kilogramo de boro y zinc respectivamente versus 0,12 y 0,30 kilo una hectárea de 50 qq/ha de soja. Es decir: con esa relación de rindes una hectárea de maíz extrae un 60% y 75% más de boro y zinc que la soja.
“En el área central de la región pampeana, principalmente hacia el centro y sureste de la provincia de Córdoba, es creciente la observación de cultivos de maíz manifestando síntomas y limitaciones en su producción asociadas a niveles insuficientes de nutrición con zinc”, alertó Martín Díaz Zorita, investigador del Comité Técnico de Fertilizar Asociación Civil, durante el último congreso anual de Aapresid (“Biosapiens”).
Evaluaciones realizadas por el equipo de Gabriel Espósito (Facultad de Agronomía de la Universidad Nacional de Río Cuarto) muestran aumentos de 50% a 55% en la eficiencia agronómica en el uso del nitrógeno y del fósforo al corregir limitaciones de zinc en la zona de Río Cuarto.
Otro estudio coordinado por el investigador del INTA Pergamino, Gustavo Ferraris, detectó que incorporaciones de zinc permiten incrementar significativamente los rendimientos de maíz en la zona norte de Buenos Aires (especialmente a través de un mayor crecimiento vegetativo con impacto en el número de granos).
“En el caso del boro las limitaciones en su disponibilidad están mayormente asociadas a suelos con bajos contenidos de materia orgánica y con alta permeabilidad”, indicó Díaz Zorita.
Aunque, en este caso, las respuestas a la fertilización con boro son de mayor complejidad de diagnosticar que otros nutrientes. “En algunas ocasiones los análisis de suelos suelen ser mentirosos porque pueden aparecer elementos que no están biodisponibles para las plantas. Los análisis de hojas son los más eficientes para determinar deficiencias de micronutrientes”, explicó el director de Nutrifoliar Enrique Ballesteros.