Ya no será una buena estrategia retener los granos. Pablo Andreani

Con la liberación del cepo cambiario se abre un nuevo horizonte para los productores agrícolas; queda atrás la incertidumbre del valor del dólar, que estaba influyendo en los mercados y en cierta forma distorsionando los precios de paridad en algunos casos.

En estos últimos tiempos, el tema excluyente del mercado ha sido la fuerte retención de los productores y el freno total de las ventas, reacción lógica ante el anuncio de la baja de retenciones y la inminente salida del cepo. Ahora bien, estas dos variables, que definen sin ninguna duda el resultado económico de las empresas, ya se han blanqueado y ahora no serán más causa de la falta de oferta de granos.

A partir de ahora, el productor deberá acostumbrarse a operar en un mercado más transparente y tal vez más estable, pero con una influencia cada vez mayor del análisis de los fundamentals y su impacto sobre la tendencia futura de los precios. Ya no será negocio o no será una buena estrategia retener los granos y no vender pensando en una futura devaluación. Si el programa de gobierno tiene éxito, se presupone que habrá cierta estabilidad cambiaria al menos durante todo el 2016.

El mismo día que se anunciaba la liberación del cepo, los mercados reaccionaban con fuertes bajas, principalmente en el caso de la soja disponible, pero la fuerte baja se produjo en las cotizaciones en dólares. Se recodará que hace un par de semanas la soja disponible llegó a cotizar el máximo valor en pesos, de 3.000 por tonelada. Mientras que la misma cotización en dólares se ubicaba en 267, en el mismo día del anuncio de la salida del cepo el mercado de soja disponible bajó a 230 dólares, una baja de 37 dólares, equivalente al 14 por ciento en esa divisa. En cambio, la cotización de la soja disponible en pesos se mantuvo en 3.000. Y es altamente probable que el precio de la soja en dólares posición enero y febrero en el Matba consolide a partir de ahora la tendencia bajista.

Lo que han hecho los exportadores es adelantarse a lo que podía llegar a suceder el día después de la salida del cepo. Si tomamos el tipo de cambio que comenzó a cotizar a 14,5 pesos el primer día posterior al anuncio, los 3.000 pesos equivalen a un precio en dólares de 207. Este precio está muy en línea con el precio FAS teórico, que hoy cotiza a 208 en función del precio FOB de exportación para posición embarque mayo/junio.

En conclusión, los 3.000 pesos por tonelada es el nuevo valor de la soja, considerando los precios de paridad de la nueva cosecha y a partir de un tipo de cambio de 14,5 pesos por dólar. La futura tendencia del precio de la soja disponible va a estar relacionada ahora con dos factores principalmente: el volumen de oferta y el nivel diario del tipo de cambio.

El volumen de oferta de soja disponible se presupone será muy alto en función de la fuerte retención a vender que se consolidó en estos últimos dos meses y las necesidades de los productores por vender.

Desaparecida la incertidumbre del tipo de cambio, no tiene ningún sentido seguir reteniendo con el alto riesgo que los mercados entren en una fuerte tendencia bajista, por la presión de oferta que se espera. Los productores deben tomar conciencia de que a partir de ahora, con estabilidad cambiaria, entramos en un mercado totalmente distinto al que los productores tuvieron en estos últimos ocho años, con atraso cambiario e intervención de las exportaciones.

Ya no será una buena estrategia retener y no vender a la espera de una devaluación. En el futuro por venir, el productor deberá ser más profesional y empresario a la hora de la gestión. Se terminó el modelo de alta productividad agronómica y vamos a un modelo de alta productividad agroeconómica.

Si los productores piensan que por la devaluación y la baja de retenciones tienen su vida solucionada, entonces no han entendido nada de la peor crisis que les tocó vivir, y de la crisis actual que continua impactando en el cultivo de soja en las zonas del NEA y NOA, e incluso en zonas de Córdoba donde los rindes no son suficientes para compensar los costos de producción.