El número uno de la Asociación
Empresaria Argentina cree que la agenda pendiente de infraestructura "es
enorme"; confía en la normalización del Indec y en el regreso de las
inversiones que generen empleo "genuino"
Jaime Campos es licenciado en Sociología
por la Universidad Católica y máster en Desarrollo Económico por la
Universidad de Yale. Desde hace siete años lleva en su tarjeta el rol de
presidente de la Asociación Empresaria Argentina (AEA). La entidad
surgió en plena crisis de 2002 con el objetivo de promover los valores
de la iniciativa privada en un país por entonces devastado.
Durante los últimos años sobrevivió a
los embates de funcionarios, que tuvieron en 2010 su punto máximo de
conflictividad con la invitación personalizada del gobierno anterior a
35 socios para que dejaran sin efecto su participación en la entidad.
La AEA tiene hoy 46 miembros a título
personal que dirigen empresas que, en conjunto, facturan $ 200.000
millones, exportan por US$ 10.000 millones y emplean a 300.000 personas.
Luis Pagani (Arcor), Paolo Rocca
(Techint), Héctor Magnetto (Clarín), Sebastián Bagó (Laboratorios Bagó) y
Carlos Miguens (Grupo Miguens), entre otros referentes locales, son
sólo algunos de los empresarios que lo eligieron por unanimidad para
otro año más como titular de la organización en la que se prevén tiempos
de menos batallas.
-¿El resultado de las últimas elecciones colabora con el regreso de la inversión privada ?
-Sí, decididamente. Porque prueba que la democracia republicana argentina está lo suficientemente sólida para que pueda haber un cambio en el signo político de un gobierno a otro. El dato clave es que eso haya ocurrido y que exista la alternancia natural en nuestra democracia.
-Sí, decididamente. Porque prueba que la democracia republicana argentina está lo suficientemente sólida para que pueda haber un cambio en el signo político de un gobierno a otro. El dato clave es que eso haya ocurrido y que exista la alternancia natural en nuestra democracia.
-¿Cuál es hoy la principal preocupación que le genera la economía local?
-Creo que en la Argentina tenemos que
trabajar todos para bajar la inflación. Ése es el gran desafío. Me
parece que el Gobierno empezó muy bien porque primero eliminó el cepo
que era un instrumento que estrangulaba la economía. La mejor prueba de
ello es que no hubo crecimiento del empleo privado en los últimos años.
-¿Lo sorprendió la rapidez de la salida?
-Sabíamos de la capacidad técnica porque
conocemos al equipo económico, pero realmente vimos que el tránsito fue
mucho más sereno de lo que pensábamos.
-¿Le parece competitivo el valor actual del dólar?
-Eso es difícil de responder porque la
economía argentina está muy diversificada. Entonces, lo que es bueno
para un sector tal vez no lo es para otro. Lo importante acá es que
estamos yendo hacia un tipo de cambio sin interferencias que permite
operar tanto en el comercio exterior importando insumos y exportando
bienes producidos en la Argentina, como en el mercado doméstico con
total previsibilidad.
-¿Cree que volverá la inversión privada con el nuevo escenario?
-Hay muchas inversiones que estaban
postergadas por el cepo y por otras restricciones que se están
levantando. Estoy convencido de que este año tendremos más inversiones y
crecerá el empleo privado, que estaba muy postergado. El ministro de la
Producción, Francisco Cabrera, nos anunció que hay inversiones latentes
por unos US$ 10.000 millones en el corto plazo y que están trabajando
para facilitar que se implementen lo antes posible.
-¿Cuánto incide la normalización del Indec para que efectivamente se concreten esos desembolsos?
-Estoy convencido de que es muy
importante normalizar el organismo público de estadísticas porque eso
permite proyectar, y hacerlo es central para la economía. Además, es muy
difícil que haya inversiones genuinas cuando no hay estadísticas que
sean creíbles. La confianza tiene muchos elementos pero sin duda uno de
ellos es que no se modifiquen las mediciones y que sean fidedignas, que
los datos sean reales y comprobables.
-¿Qué importancia le dan a un acuerdo con los holdouts?
-Insertarse en el sistema económico
internacional es clave y se está en la buena senda. De hecho creo que es
muy positivo el esfuerzo serio que se está llevando adelante para hacer
una negociación que termine con el tema de los holdouts. La Argentina
estuvo afuera de los mercados financieros mundiales y eso no es sano.
También creo que otro cambio positivo es el de acercarse a países con
los que teníamos mucha distancia, de la región y fuera de la región, con
políticas económicas normales.
-¿Cómo evalúa la connotación que tiene la palabra "empresario" en la Argentina actual?
-Creo que tenemos todos un rol muy
importante, que es el de transmitirle a la ciudadanía la función
fundamental que cumple el empresariado en la generación de empleo y
riqueza. En los últimos años hubo una mirada bastante despectiva del
mundo empresarial.
-El ministro de Economía y Hacienda, Alfonso Prat-Gay, anticipó una convocatoria a un pacto social...
-Me parece que es muy importante un
pacto social porque es uno de los instrumentos clave para una política
antiinflacionaria. Es imprescindible en la Argentina un diálogo entre
empresas, representantes gremiales y sectores del Gobierno. Hay que
tener presente que la política antiinflacionaria permite incorporar más
empleos y previsibilidad. Además, no hay que olvidar que tenemos una
agenda pendiente de jóvenes desempleados en nuestro país y hay que
pensar cómo incorporarlos al mundo del trabajo.
-Los cortes de luz a las empresas
estuvieron a la orden del día durante los últimos años. ¿Qué análisis
hace de la crisis de infraestructura?
-La agenda pendiente es enorme. Desde
los costos que se generan para traer productos del interior y
despacharlos al exterior hasta los otros tributos internos que son muy
elevados. Hay infinidad de inversiones por encarar para que el sistema
energético recupere su curso.
-¿Qué tan complejo será corregir los niveles de inflación actuales?
-Es un problema que se ha controlado
para la mayoría de los países del mundo. La estrategia puntual estará en
manos de los funcionarios que tienen experiencia pero lo importante es
que haya un objetivo claro para que baje la inflación. Es un círculo
absolutamente virtuoso desde el momento en que el problema se reconoce y
se buscan soluciones.
-¿Por qué aumentaron algunos precios preventivamente?
-Hay situaciones de precios que estaban
totalmente congelados artificialmente producto del gobierno anterior y
tuvieron aumentos, pero es difícil hablar en general. Estamos
convencidos de que lo que importa es el nivel de inflación, que no son
precios sueltos sino el aumento generalizado.
-¿Cómo será el nivel de actividad este año?
-El nivel de actividad va a ser
claramente mejor y estará motorizado por las inversiones. Va a haber
muchas más y varios sectores crecerán muy rápidamente. Es importante
tener en cuenta que existían sectores que no producían como consecuencia
del cepo y que ahora empiezan a revivir.
-Durante muchos años el empresariado hablaba de similitudes entre la Argentina y Venezuela...
-El hecho de que nuestro nuevo gobierno
privilegie a Brasil, Chile, Uruguay, Colombia y países con políticas
macro razonables es una muy buena señal ya que el gobierno de Venezuela
aplicó políticas muy negativas para la actividad productiva.
-¿Cómo evalúa que haya tantos CEO en el Gobierno?
-La sabiduría de un gobierno es integrar
talento político y capacidad de gestión. El Presidente ha elegido bien
al tener los funcionarios estos dos ingredientes. Administrar
correctamente es un rol fundamental, además de tener perspectiva
política. De la combinación surge la mejor fórmula.
-¿Le preocupa la gobernabilidad?
-No. Pero sé que se necesita llegar a consensos en el Congreso y esperamos que haya diálogo y acuerdo.
-¿No cree aquello de "sólo el peronismo puede gobernar"?
-Es una frase que no se corresponde con los tiempos que corren y la realidad actual.