El gremialismo rural, con nuevos aires para febrero. Carlos Petroli

Sin hacer ruido, las entidades del agro cordobés mantienen contactos con otras cámaras e instituciones con la idea de ensayar una fuerte apertura.
Con una plataforma que, en sus inicios, reconocería sólo una pata cordobesa, las gremiales del agro están gestando sin demasiado ruido el día después de lo que fue la Mesa de Enlace, el nucleamiento que cobijó a los productores durante los álgidos tiempos del kirchnerismo en el poder.
Los dirigentes locales prefieren por el momento mantener los pasos venideros detrás de las paredes de la discreción. Pero ya ubican una fecha cierta en el calendario para hacer pública una estrategia que, entienden, buscará amoldarse a los nuevos aires y tiempos políticos: a mediados de febrero harían la presentación en sociedad de una red que aglutinará a las entidades gremiales agropecuarias cordobesas con otras cámaras e instituciones que actúan en la vida empresarial y de la producción.
No bien asumieron las autoridades del Gobierno nacional y en el Ministerio de Agroindustria, su titular Ricardo Buryaile –un funcionario que proviene de las filas rurales– se expidió sobre la nueva etapa: “El conflicto Gobierno-campo ya terminó; tendremos un diálogo productivo con todos los sectores”, anunció.
Fuera de cualquier retórica, y basados en la experiencia reciente, los dirigentes mediterráneos razonan que llegó el momento de instalar una bisagra. En reuniones y gestiones, concluyen que será necesario agregar masa crítica, ideas, dirigentes, recursos. Y esto no sólo para interactuar con los poderes de turno. “La sociedad exige otra visión, no tan sectorial”, diagnostican para observar que las cadenas del agro conforman un peldaño fundamental en la administración de recursos para la producción de alimentos y la salud del planeta. Una verdad de Perogrullo, pero que vuelve a estar en foco debido a sus implicancias económicas, sociales y ambientales. “Las circunstancias políticas, económicas y sociales que siguieron al conflicto desencadenado por la denominada Resolución 125 (casi ocho años atrás) provocaron una crisis de representatividad que afectó a las entidades gremiales del agro”, reconocía y alertaba Cartez en la previa del último cambio en la mesa directiva de CRA. Lo que se está gestando ahora en las tratativas cordobesas es que la mesa agroindustrial tomará aires y volverá en febrero para mostrarse con nuevos fueros e integrantes. Antecedentes no faltan, como los de la Comunidad Agroalimentaria u otros ensayos nacionales como el Foro de la Cadena Agroindustrial o el Foro de Convergencia Empresarial, que en 2015 expuso lineamientos para una plataforma de gobierno ante los candidatos en la carrera presidencial.
Pese a que reconocen que trabajan en otro armado, en la dirigencia rural cordobesa prefieren no dar nómina de las instituciones participantes. Querrían, antes que nada, prodigarse un pie de igualdad y no colgarse paternidades en la iniciativa. Pero prometen un lanzamiento y una presentación en sociedad en firme, a mediados del mes próximo.