Reacomodamiento temporario. Diego de la Puente



La “liberación” del cepo y posterior reacomodamiento cambiario tiene pocos días desde su implementación y, en este nuevo escenario, pareciera que los precios de los granos tampoco han terminado de acomodarse del todo. Evidentemente, la eliminación de los derechos de exportación sumado al salto cambiario, muestran toda la incertidumbre en los precios en Pesos ofrecidos por estos días. En estos tiempos de tantos cambios internos, poca importancia se le está dando a la sequía que comienza a profundizarse en el Norte de Brasil, como a la suba de un 0,25% que la Reserva Federal de los Estados Unidos anunció para las tasas de interés hacia fines de la semana pasada. Si bien estos factores resultan antagónicos para las cotizaciones de los principales cereales, son de suma importancia en el devenir futuro del mercado, ahora que el comercio de estos productos comienza -tibiamente- a vincularse un poco más con los valores internaciones.

En el corto plazo, el tiempo pareciera ser el mejor consejero. Hasta que el actual “reacomodamiento temporario” vaya dando espacio a una consolidación más definitiva en la formación de las cotizaciones, esperar con atención resultará -sin duda alguna- determinante. Hoy, muchas son las dudas respecto a cuánto deberían estar los precios de los granos en Dólares como así también en Pesos. Y, cabe aclarar, que la respuesta no es sencilla. En primer lugar, porque al momento de redactarse el actual informe todavía nada se había informado sobre la eliminación de la Resolución 543 de los Roe´s Verde. Sin este tema resuelto, la distorsión de los valores continúa siendo importante. Además, en el caso del trigo, se suman en desconocimiento sobre los valores que resultan competitivos de acuerdo a la calidad del cereal. En este sentido, los cerca de 190 Dólares por tonelada que cotiza el trigo Enero FOB y que equivalen a algo más de 170 FAS (en condiciones Cámara), ¿es factible de colocación a precios competitivos fuera de Brasil? Estas y otras preguntas son las que rondan la cabeza, tanto de compradores como de vendedores.

En el caso de la soja, los productores se preguntan por qué con una caída del 5% en las retenciones, sostenimiento o inclusive leve suba en las cotizaciones internacionales y la consabida mejora en el tipo de cambio, la soja vale igual en Pesos o hasta algo menos de lo que se ofrecía antes que todo esto aconteciera. Por supuesto que aquí la respuesta tiene un sinnúmero de acontecimientos que la encuadran. Quizá el más importante tiene que ver con la cantidad de soja de la vieja cosecha que, estando “A Fijar” precio, todavía no ha sido fijado su valor. Se estima que cerca de 3,2 millones de toneladas restarían fijar desde ahora y hasta fines de Diciembre próximo. Ello, mantendría las cotizaciones “frenadas”, para que después se genere un sinceramiento de las mismas. Por otro lado, las fábricas productoras de aceite y harina venían previamente abonando la oleaginosa por encima de su capacidad teórica de Pago (CTP). En algún momento antes de la liberación del cepo y posterior devaluación, las empresas molturadoras llegaron a pagar casi 40 Dólares por tonelada por encima de la CTP. Con la devaluación y la mantención de los valores en Pesos, se achica la brecha antes comentada. De cualquier forma, pocos eran los negocios que se efectivizaban antes y pocos son los negocios que se realizan ahora.

En el mientras tanto y dentro del propio “calor” de los acontecimientos cortoplacistas, existen ciertas cosas que, no por estructurales, son menos importantes. En este sentido, la posibilidad de volver a tener Mercados de Futuros y Opciones internacionales y locales a donde los productores puedan concurrir para realizar sus coberturas de precio, no es un tema menor. Porque en definitiva, el análisis del mercado es sumamente importante, pero no redunda en un resultado económico para el hombre de campo. La estrategia comercial, en cambio, sí. Felicidades en estas fiestas y buenas cosechas