Dicen las conclusiones de la
encuestadora Ipsos: "los participantes ubican al campo, como el sector
más importante para el país por su impacto en la actividad económica.
Sin embargo, cuando se evalúa la confianza, el campo argentino no está
dentro de los que genera más confianza, principalmente porque su
objetivo es la rentabilidad a cualquier costo. Así, se observa una
tensión permanente entre un imaginario de la Argentina como "granero del
mundo" y un universo de empresas concentradas con un objetivo de lucro y
foco en la exportación".
La importancia de esta percepción del
campo no reside en si es correcta, justa o si se ajusta a la realidad.
Importa por quién lo piensa: la población urbana del área metropolitana
de Buenos Aires, Rosario, Mendoza, Tucumán y Córdoba. Los resultados de
la encuesta cuali y cuantitativa de Ipsos realizada en 1232 hogares y a
63 personas en 8 focus groups quizás no despierte las mismas ansiedades
entre los productores que los últimos sondeos que miden a Mauricio Macri
y Daniel Scioli para el balotaje, pero puede ser determinante de su
destino en el mediano plazo.
Es que la suerte que corren los
distintos sectores económicos está cada vez más ligada a la imagen que
tenga de ellas el resto de la sociedad, en especial la población urbana.
El agro, las automotrices, las petroleras o las empresas de servicios
son miradas bajo ese lente a veces deformante que es la opinión pública.
Hay obligación de los políticos en tomar nota de los cambios en las
tendencias sociales. Y los representantes de cada sector deben estar
atentos y no se les puede escapar la perdiz. Saben que a la imagen que
tiene un sector termina determinando la política que se aplica. Ir en
contra de un sector con una imagen devaluada es relativamente fácil. Por
el contrario, los políticos tienen que estar dispuestos a pagar un alto
costo político si deciden atacar a personas o actividades que tengan un
buen nivel de aceptación. ¿Cuánto desgaste sufrió Cristina Kirchner en
los primeros meses de su mandato al enfrentar una imagen que no
correspondía al de los piquetes de la abundancia sino a la de pequeños
productores entrerrianos desarrapados que tenían un líder al que le
faltaba un diente?
En opinión de los encuestados por Ipsos,
que no tienen ninguna vinculación con el campo, los sectores mejor
evaluados fueron los trabajadores rurales y las pequeñas empresas de
producción agropecuaria.Las empresas grandes, los semilleros,
fabricantes de agroquímicos y los exportadores, en cambio, son mal
evaluadas. "Son penalizadas por no respetar los derechos de los
trabajadores, su cuidado del medio ambiente y pago de impuestos",
afirman en las conclusiones. Según la encuesta, la población urbana
tiene del campo tanto las mejores opiniones como las peores. En el
imaginario representa un reservorio de riqueza y en todos los segmentos
consultados, tanto los más afines al gobierno como los opositores,
consideran que es el único sector que genera recursos en dólares a
través del comercio exterior.
Pero también se opina que es un ámbito
donde conviven fuertes contrastes sociales. En el trabajo se pregunta a
boca de jarro: ¿Qué es lo primero que se viene a la mente cuando piensan
en el campo argentino? El 81% de las referencias son positivas,
mencionan la productividad y el aporte que realiza a la sociedad. Dicen
que es: "el motor del país", "el principal sostén económico", "la fuente
de empleo", "el futuro". Mientras que el 16% son referencias negativas,
en las que se habla de ganancias extraordinarias y deficiencias de
productividad. Los aspectos negativos del campo que registra la encuesta
están relacionados básicamente a dos cuestiones: a las condiciones de
trabajo y al cuidado del medio ambiente. En Buenos Aires, Rosario y
Mendoza la principal cuestión negativa es el trabajo esclavo. En cambio,
en Tucumán y Córdoba la mayor crítica se refiere a la contaminación
ambiental.
Entre las opiniones se encuentra que la
producción del campo está centrada básicamente en la soja y no mucho
más. Hay un gran desconocimiento de las otras actividades. Por otro
lado, llama la atención que se registre una disociación entre lo que
produce el campo y lo que se consume en la vida cotidiana. Opinan que la
producción del campo no está orientada al mercado interno y que genera
aumentos de precios.
Las percepciones de la población urbana
que registra la encuesta son tanto positivas como negativas. Las más
incómodas no están para esconderlas debajo de la alfombra. Sirven para
detectar las diferencias de valoración, evaluar el nivel de conocimiento
de la actividad y conocer los cuestionamientos que se puedan realizar.
En las sociedades modernas las imágenes suelen ser la antesala de las
políticas. Son relevantes al punto que los gurúes políticos de moda
aconsejan gobernar con las encuestas en la mano. Que, vale aclarar, no
es lo mismo que gobernar para las encuestas.
Invernada. 31,26 Pesos por kilo - El promedio del ternero en el último remate del Rosgan. 9,8% arriba del indicador de octubre
La frase. Dardo Chiesa - Presidente Cra - "El país esta aislado del mundo. Los mercados están sin atender."Fuente: Diario La Nación - Suplemento Campo - Autor: Félix Sammartino.