El
mercado local del cereal muestra creciente expectativa ante un posible
cambio en las reglas de juego, especulándose con precios más elevados y
una operatoria más ágil durante los próximos meses. Pasadas las
elecciones nacionales del último domingo los futuros con entrega a
cosecha dieron un importante salto para luego mostrar subas más
moderadas. La posición con entrega en enero sobre Buenos Aires en MATBA
alcanzó el viernes un récord histórico de u$s 161/ton.
Algunos
participantes aprovechan el contexto para tomar coberturas a los
precios actuales, aunque el avance de la comercialización en el físico
sigue siendo escueto. Los precios se acercaron a la capacidad teórica de
pago, lo que debería generar interés de los productores por vender. Sin
embargo, el visible retraso en el tipo de cambio es un factor que
desalienta la concreción de negocios. Ante este escenario, hasta la
tercera semana de octubre el volumen comprometido para entrega en ciclo
2015/16 no llegaba a 300.000 toneladas.
Al
margen de la incertidumbre política, parte de la retracción comercial
que se observa obedece a la falta de certezas en cuanto a la calidad de
los granos que se obtendrán. Si bien esta variable no suele ser una
limitante para la contratación de negocios forward, lo es en un año con
gran disparidad de precios y sustanciales primas por calidad de parte de
los compradores. En algunos casos la exportación puede pagar hasta u$s
10/ton más por trigos de proteína media-alta y buen peso hectolítrico.
Esto hace que el productor busque diferenciar su trigo para potenciar el
precio de venta.
Buena
parte del veredicto en materia de calidad lo tendrán las condiciones
climáticas de las próximas semanas, a medida que los trigos de la zona
central del país se acercan a su maduración y el fenómeno del “Niño”
parece intensificarse. Nuevas lluvias hicieron su aparición en la zona
central del país durante los últimos días, dejando acumulados de hasta
40 mm que favorecieron el llenado de los granos en la zona núcleo. Hasta
el momento el avance de la cosecha es marginal y se limita al extremo
norte de la superficie cubierta en el país. En el NOA se ha recolectado
cerca de una cuarta parte del área proyectada, con rendimientos a partir
de 16 qq/ha y con extremos de hasta 26 qq/ha. La calidad de los granos
va de regular a buena.
De
cara a la nueva campaña la producción de 9,3 M tn que espera obtenerse
se sumará a un stock inicial que se estima cercano a 4 M tn. Se trata de
un volumen de oferta que dejará un saldo exportable significativo si
hay políticas que promuevan una mayor apertura comercial. Esto es una
buena noticia para los compradores brasileños de cara a un ciclo de
comercialización que parece más ajustado que el del último año, por la
caída en la producción del estado de Paraná. De todos modos, las
posibilidades de intercambio comercial tenderán a profundizarse a partir
de marzo y abril, cuando los stocks comiencen a declinar.
El
trigo paranaense se encuentra recolectado en un 85% según datos de la
Secretaría de Agricultura estatal, mientras que el 32% del total
proyectado ya se encuentra comercializado. Los productores esperan una
recuperación del precio hasta niveles cercanos a la paridad de
importación antes de comprometer la entrega de sus lotes. Fuentes del
sector comercial aseguran que alrededor del 20% de la cosecha -unas
700.000 tn- sólo tiene destino forrajero, aunque los participantes son
cautos con este número ya que todavía no se ha podido mensurar
enteramente el impacto de las lluvias en época de cosecha. En Rio Grande
do Sul, por su parte, la colecta asciende al 40% de la superficie, pero
aquí la proporción de trigo forrajero llegaría a dos terceras partes
del total.
En
suma, la producción brasileña de trigo de alta calidad panadera quedará
por debajo de cuatro millones de toneladas, generando una necesidad de
importación cercana a 6 M tn si llegan a cumplirse las actuales
proyecciones de consumo. Pese a ello, las compras del primer tramo de la
campaña muestran un ritmo muy inferior al que cabría esperarse como
promedio para todo el año. Importadores brasileños adquirieron poco más
de 700.000 tn en el bimestre agosto-septiembre, un 40% menos que en el
mismo período del año anterior.
Por
el momento la estrella de la región es el trigo paraguayo, que gracias a
sus buenos parámetros de calidad y precios competitivos está ingresando
de a poco en los molinos del sur de Brasil y también en Uruguay. El
saldo exportable podría agotarse rápidamente y el volumen en juego sería
el más elevado desde el récord de exportaciones alcanzado en la campaña
2011/12. Ante esta situación, en este país ya se especula con una
recuperación de la superficie sembrada de cara a la campaña 2016/17
luego de la considerable reducción de este año.