Pica en punta el trigo de cosecha nueva. Guillermo Rossi

A pesar de la gran incertidumbre por la que transita el mercado del cereal, los operadores siguen anticipando la llegada de una política comercial más flexible y una virtual eliminación –o sustancial reducción- de los derechos de exportación. Por este motivo, durante los últimos días los valores a cosecha reforzaron su tendencia positiva y alcanzaron nuevos máximos en lo que va del año, con varios compradores posicionados en la operatoria y mayor participación de especuladores en el mercado a término.
En la zona de Rosario el trigo en condiciones cámara se pagó u$s 140/ton con entrega en diciembre, cifra que mejoraba hasta el rango de u$s 145 a 150 por tonelada en posiciones con descarga diferida desde febrero hasta marzo. Por trigos con proteína 10,5% y PH 78 los valores llegaron hasta u$s 160/ton en enero sobre Timbúes. Las primas por calidad podrían sostenerse por algún tiempo más ya que buena parte del stock sobrante del último año presenta parámetros muy alejados de las exigencias tanto del sector molinero como de los mercados de exportación.
Si bien el volumen de negocios experimentó cierta recuperación en la última semana, el grueso de los oferentes es cauto para cerrar operaciones a la espera de mayores certezas en materia económica. En particular, un movimiento del tipo de cambio durante las próximas semanas contribuiría a despegar el potencial de ingresos por ventas respecto de los costos de producción ya incurridos, aumentando el potencial de ganancias. En el nuevo escenario el cultivo recuperaría rentabilidad, generando mayor entusiasmo de cara a la campaña 2016/17.
El mercado regional se insinúa favorable para Argentina, con una rápida salida del trigo paraguayo y de cara a los mayores requerimientos de importación que tendrá Brasil durante lo que resta de esta campaña. En este país se estima una necesidad de 6 M tn de trigo extranjero entre agosto y julio, ecuación en la que nuestro país aparece como el principal jugador con volumen suficiente, conocimiento en los compradores y precios competitivos por la ventaja que significa el flete y el AEC.
En Brasil los precios internos iniciaron una tendencia a la suba en el marco de temores por la calidad de la materia prima disponible para molienda y la distancia entre las cifras locales y la paridad de importación. En este contexto, los molinos del sur compraron recientemente en Paraguay y Uruguay. En el estado de Paraná las cotizaciones treparon por encima de R$ 720/tn, mientras que en Rio Grande do Sul la tonelada ronda los R$ 640. En ambos casos la suba acompañó cierta revalorización del real frente al dólar, lo que encareció los valores en término del billete norteamericano. En estos distritos la trilla se ubica en 90 y 50% de la superficie proyectada, respectivamente.
En tanto, en Argentina el avance de la cosecha todavía es marginal y se limita al extremo norte del área agrícola. En algunas zonas se detectan mermas en los rindes y bajos niveles de proteína, aunque la situación general del norte se considera aceptable en función de los resultados de años anteriores. Llegando a zona núcleo las expectativas son mejores, ya que los lotes han tenido una buena evolución y lograron desarrollarse sin restricciones hídricas. En el sur de Santa Fe una amplia superficie acabará promediando entre 35 y 40 qq/ha.
Las estimaciones de cosecha se consolidan por debajo de 10 M tn, aunque los números todavía pueden ajustarse en función de correcciones en la superficie. El Ministerio de Agricultura ajustó su proyección nacional a 4,1 M ha, aunque relevamientos privados encuentran un área menor. La principal disparidad se encuentra en el extremo sur de la provincia de Buenos Aires, donde en los últimos años ha crecido la dificultad para realizar estimaciones.
Nuestro país podría salir con fuerza al mercado internacional en 2016, por lo que los vaivenes externos comienzan a tener relevancia para la formación de los precios domésticos. Entre lo más relevante de lo sucedido en el exterior se destaca el nerviosismo por las perspectivas adversas de cosecha nueva en Ucrania y Rusia y los problemas climáticos adjudicados al “Niño” en Australia. Los parámetros de calidad de la cosecha norteamericana siguen jugando un papel crucial. Los inconvenientes que sufrió la cosecha de trigo blando llevaron los futuros de Chicago bien por encima de los contratos de Kansas, generando un diferencial entre ambos que recientemente alcanzó máximos en ocho años.