Fue en un campo alquilado por Cargill en 9 de
Julio; la mercadería está valuada en $ 20 millones; es el segundo ataque
en importancia en el país.
Cuarenta silobolsas que contenían soja fueron destruidos
anteanoche en un predio alquilado que la multinacional cerealera
Cargill tiene en French, un pueblo ubicado a 20 kilómetros de la ciudad
de 9 de Julio, en la provincia de Buenos Aires.
Se
trata del segundo ataque en importancia a estos bolsones conocido en el
país. El ataque más relevante hasta ahora sucedió en Leones, en el
sudeste de Córdoba, donde en mayo pasado fueron destrozados 50
silobolsas.
El hecho en French afectó
a 9000 toneladas de soja, valuadas en casi $ 20 millones. La empresa
tenía la mercadería almacenada en ese lugar para enviarla a una planta
en Punta Alvear, en el sur de Santa Fe. Aunque no sabe con certeza
cuánta mercadería recuperará, la empresa ayer se aprestaba a tratar de
recuperar la soja derramada.
El
ataque ocurrió por la noche, mientras en la zona llovía intensamente, y
quienes lo llevaron adelante actuaron aparentemente conociendo el
predio, ya que para evitar unas cámaras de seguridad apostadas en el
frente ingresaron rompiendo los silobolsas desde el fondo. Además, se
habrían desplazado prácticamente arrastrándose, debido a que hicieron
cortes a muy baja altura de los bolsones.
"No
sabemos de dónde viene esto; no tuvimos problemas como para suponer
esta agresión", expresó a LA NACION Pablo Thurler, del área comercial de
Cargill en lo que la empresa denomina Elevador 9 de Julio.
Recolectar
los granos esparcidos por el suelo podría llevar hasta una semana.
Aunque probablemente no recuperen toda la mercadería, en la firma, que
hizo la denuncia policial, quieren levantarlos antes de que vuelva a
llover.
El Gobierno nacional inició
en los últimos años una cruzada contra los productores que retienen soja
en silobolsas. Incluso le ordenó al Banco Nación quitarles la ayuda
crediticia si se quedan con el grano sin vender. En medio de este clima
contra el campo, en algunas localidades fueron apareciendo pintadas
instando a romper silobolsas.
La rotura en French provocó la condena de la Sociedad Rural de 9 de Julio,
preocupada también por otros hechos delictivos que afectan el ámbito
rural. "Repudiamos esta agresión a la propiedad privada. Es una
barbaridad", señaló Nicolás Capriroli, presidente de la Rural local.
Capriroli
dijo no saber a quién "atribuir" la destrucción, pero reflexionó:
"Cuando desde el Gobierno se ataca la propiedad privada y a los
productores diciendo que no colaboran con la sociedad, se dan ideas para
que sucedan estas cosas".
El
dirigente alertó que también se estaban dando "un poco más" de otros
delitos, como la faena de hacienda en pleno campo. "Hay damnificados
cansados de denunciar", señaló.
En la
zona hay una patrulla rural con tres móviles. Tienen que custodiar
420.000 hectáreas del partido. Según el ruralista, la patrulla "funciona
bien", pero requiere más estructura.
En
una reciente carta al ministro de Seguridad provincial, Alejandro
Granados, los ruralistas solicitaron dos móviles más y el nombramiento
de unos 20 efectivos. A Granados también le advirtieron que un
destacamento en La Niña, a 30 kilómetros de 9 de Julio, estaba "sin
techo y recubierto con bolsas". Además, en otra carta al ministro de
Justicia, Ricardo Casal, pidieron crear en el partido de 9 de Julio una
fiscalía temática referida a delitos rurales y una defensoría.
El
sábado pasado se conoció otro hecho en 9 de Julio. Ladrones entraron en
las oficinas de la empresa del productor Walter Paganti, desconectaron
las alarmas y, con una amoladora, cortaron una caja fuerte y se llevaron
dinero. "Esta ciudad está como arrasada por robos", dijo Paganti, que
denunció también la existencia de una banda de "los roba ruedas" que
lleva sustraídas decenas de cubiertas de camiones a empresas. A Paganti
hace un tiempo le robaron 21 y le dejaron dos camiones apoyados en
tacos.