Los fondos de inversión condicionan a Chicago. Enrique Erize

La plaza internacional continúa con baja volatilidad en las últimas semanas y el último reporte del USDA no trajo novedades sustantivas. Si bien opinamos que los fundamentos del mercado son claramente tranquilizadores para los precios, creemos que existe una dosis importante de simplificación en los análisis que proliferan al respecto. Muchos mencionan a la “crisis” que atraviesa China. Es innegable que el Gigante Asiático sufre una burbuja especulativa en su sector inmobiliario (sobreoferta de metros cuadrados en las grandes ciudades) que afecta la morosidad en el pago de créditos hipotecarios y que la caída de las reservas en la nación asiática ha sido significativa luego de muchos años de crecimiento espectacular. En consecuencia, los mercados financieros evolucionan con extrema volatilidad y gran incertidumbre. Pero la realidad es que la “crisis” china no muestra impacto alguno en su voracidad como importador de commodities agrícolas. Por su parte, la fortaleza del dólar a nivel global tampoco se presenta como un argumento demasiado contundente como factor bajista para los granos. La reciente devaluación de la moneda china no afecta el poder de compra de la nación asiática en la plaza sojera, toda vez que la oleaginosa ha caído más que el yuan en el último año. En otras palabras, el poroto en yuanes se ubica en el valor más bajo de los últimos siete años (algo similar ocurre en la U.E. con dicho grano expresado en euros). En este contexto, podríamos afirmar que la demanda real por soja y sus derivados no plantea efectos “externos” que la puedan afectar. Es más, a los actuales niveles de precios tendemos a pensar que la misma se va activar. Así las cosas, es nuestra opinión que los factores mencionados nos afectan “indirectamente”, toda vez que los fondos de inversión mutan de un mercado a otro y los flujos financieros que manejan son tremendos. En definitiva, al igual que otras veces los “fondos” nos han ayudado para exacerbar alzas en Chicago, hoy nos juegan en contra. Si se tiene en cuenta el significativo componente especulativo existente en esta plaza, se comprenderá su impacto en la evolución de las cotizaciones.



En el plano local, la proximidad de un cambio de gobierno plantea un horizonte más amigable para el sector agrícola. Gane quien gane, las cosas para el campo mejorarán. La saña de la actual administración para con el sector se termina el 10 de diciembre. Y son tres los factores a monitorear para imaginar escenarios de precios para el 2016. 1) Cambios en Derechos de Exportación; 2) Resolución 543 (Roe´s); y 3) Ajuste cambiario. En nuestra opinión, para trigo y maíz se verificarán novedades positivas en todos ellos. Para soja, en cambio, la cuestión es distinta. Las posibilidades parecieran reducirse a un eventual ajuste en el tipo de cambio y ello sólo plantea mejoras marginales en la ecuación económica del productor. Aun así, aunque buena parte de la misma está expresada en dólares, los fletes y algunos gastos nominados en pesos pueden generar un beneficio (al menos inmediato). La gran ventaja, obviamente, se verificaría en el endeudamiento en pesos. Consejo. Demorar decisiones comerciales.