A
pesar del derrumbe del maíz durante las últimas jornadas en el mercado
externo, los valores negociados en el Mercado Físico de Granos de la BCR
mostraron relativa firmeza, sólo evidenciándose un interés ligeramente
menor en concretar operaciones que respecto a la semana pasada, en
especial en lo que hace al grano de nueva cosecha. El progreso de la
cosecha norteamericana no logra pesar sobre el mercado doméstico y la
comercialización en el ámbito local se mueve con ritmo propio (ver
gráfico de tapa).
La
estabilidad de los valores de la mercadería en condición disponible
aseguró que los negocios sobre dicha base no muestren un decaimiento en
términos de volumen, a pesar de que existiesen un menor número de
compradores interesados en operar sobre esa base. La exportación ofreció
abiertamente referencias de entre $1.030 y $1.050 la tonelada de
acuerdo a diferentes requerimientos de calidad, condiciones de entrega y
pago, e incluso con algunos premiando lotes de mayor tamaño con precios
por encima de esa línea. Sin pasar a territorio de nueva cosecha,
existieron ofertas dispersas de u$s 120 la tonelada por el maíz con
entrega diferida hacia los meses de diciembre y enero.
Las
transacciones sobre la próxima campaña mostraron un leve retroceso con
respecto al efusivo comportamiento que mostraron la semana anterior, a
pesar de que los valores se mantuvieron a raya del desarrollo del
mercado internacional. El runrún con respecto a los cambios en el
esquema que regula la comercialización externa del maíz persiste,
permitiendo acortar la brecha entre los precios del mercado
internacional y la plaza local. Como anticipásemos, las ofertas de
compra por el grano en condición cámara con entrega entre los meses de
marzo y mayo se mantuvieron en el orden de los u$s 130 la tonelada,
siendo la posición del año próximo sobre la cual se realizaron mas
acuerdos. En segundo plano, existían quienes buscaban adquirir el grano
bajo modalidad grado 2 con entrega entre los meses de junio y agosto,
estando dispuestos a pagar entre u$s 132 y u$s 133 la tonelada.
La
aparición del interés sobre la compras del grano de la próxima campaña
se refleja en las estadísticas oficiales. A la semana del 7/10/15, la
exportación había adquirido algo más de 314 mil toneladas de maíz de
cosecha nueva, de las cuales casi 200 tenían un precio fijado. Si bien
este es el registro más bajo desde el preludio de la campaña 2008/09, el
volumen acumulado se encuentra 44 mil toneladas por encima del
registrado la semana pasada, mostrando una leve aceleración de las
compras con respecto al mes pasado.
En
el mercado de Chicago, el proceso de avance de la trilla del ciclo
comercial 2015/16 ha puesto al maíz en terreno negativo durante las
últimas dos semanas, haciendo pesar la oferta del mercado disponible
sobre la plaza de futuros. Las temperaturas cálidas y mayormente secas
actúan como un arma de doble filo para la agricultura norteamericana a
esta altura del año. Si bien generan complicaciones para la implantación
de los cereales de invierno a lo largo de las Planicies, favorecen con
creces la recolección de la cosecha gruesa en el Medio Oeste. A nivel
nacional, la misma se encontraría al domingo pasado mostrando un avance
del 42% en promedio a lo largo del territorio norteamericano, en línea
con lo que se ha registrado para las últimas cinco campañas. Los
primeros relevamientos de rindes resultan auspiciosos, en especial en
las regiones del este, donde si bien la productividad está lejos de su
potencial, no se vio tan mermada por los excesos hídricos de primavera.
De
manera acorde, la base entre el contrato de diciembre y las posiciones
de la época de recolección en Sudamérica, que se debilitaron a lo largo
de la segunda mitad de septiembre, se han fortalecido ligeramente. Ello
no sólo es señal de un diligente progreso de la trilla en los Estados
Unidos, sino de previsiones de una caída en la producción para el año
próximo a lo largo del sur de nuestro continente. Ya no sólo una menor
competitividad relativa con la soja presiona a la baja la producción de
maíz en Brasil, sino que la perpetuación de condiciones climáticas más
secas de la ideal dificulta el avance de la implantación y perjudican la
condición de los cultivos emergentes.
La
situación a nivel local es de público conocimiento y ha sido comentada
reiteradas veces por los técnicos de la Guía Estratégica para el Agro de
la BCR. La proyección de los mismos para la superficie implantada marca
una baja interanual del 23% para la superficie nacional implantada con
maíz, colocándola en un total de 3,3 millones de hectáreas. A pesar de
las condiciones climáticas favorables, la baja rentabilidad prevista ha
pesado sobre las decisiones de hacer maíz de primera, mientras que los
planteos más tardíos sólo responderían a estrategias con agregado de
valor o un cambio en las perspectivas para con el esquema de
comercialización hacia el año que viene, siendo de preferencia bajo el
contexto actual dedicarse de lleno a la siembra de soja.