El
mercado local del cereal continúa operando sin grandes vaivenes, pese a
que aumenta el convencimiento de los participantes de la cadena
comercial en torno a que habrá menos disponibilidad de oferta durante el
año próximo. Mientras que en nuestro país se le presta creciente
atención a la condición de los cultivos y se van trazando distintas
proyecciones de stock final, en Paraguay y Brasil la cosecha ya comenzó y
el interés pasa por indagar en la calidad comercial y aptitud
industrial de los trigos que van ingresando al circuito comercial. El
mercado regional luce cómodo pero se pone tirante pensando en el año
2016.
En
el informe mensual del Ministerio de Agricultura publicado esta semana
se planteó una proyección de inventario físico al 30 de noviembre de 2 M
tn, sujeta a la colocación total de un saldo exportable de 7,2 M tn.
Sin embargo, los embarques acumulados desde diciembre a la fecha
totalizan 3,5 M tn y hay ROE Verde concedidos sólo para unas 500.000
toneladas más. Esto implica que aun suponiendo la concreción de un
programa de embarques por 4,5 M tn, hoy improbable, el stock de cierre
de esta campaña será notablemente más holgado que lo previsto en los
números oficiales, pudiendo superar el volumen consumido por la
industria molinera a lo largo de ocho o nueve meses.
No
obstante, cabe advertir que buena parte del remanente de este año será
mercadería con bajos niveles de proteína y de difícil colocación en el
mercado interno, esperándose una política comercial menos restrictiva
que habilite su salida exportadora. En el Complejo de Laboratorios de la
Bolsa de Comercio de Rosario el 63% de las toneladas recibidas de trigo
2014/15 mostró un contenido proteico promedio inferior a 11%, arrojando
un nivel de gluten cercano a 25% para la industria molinera. Sólo
pensar en un sobrante de cuatro millones de toneladas al final de esta
campaña, suponiendo un precio FOB promedio de u$s 200/ton, significa
unos u$s 750 millones que podrían ingresar al país sin poner en peligro
el abastecimiento local.
Las
perspectivas de cosecha se consolidan en un dígito a medida que avanza
el ciclo de los cultivos. El Ministerio de Agricultura estima
preliminarmente pérdidas de superficie por 130.000 hectáreas,
advirtiendo que en algunas zonas el ambiente predispone la aparición de
enfermedades. La situación de los cultivos es mayormente favorable en el
sudoeste de la provincia de Buenos Aires, siendo el área aledaña a la
cuenca del río Salado la más problemática. En Córdoba el cereal se
acerca a floración y necesita lluvias para asegurar un buen potencial de
rendimientos, mientras que en el sur de Santa Fe y Entre Ríos las
precipitaciones de los últimos días dejaron acumulados de hasta 50
milímetros.
En
la plaza local no parece decirse mucho acerca de los fundamentos
climáticos ni de las perspectivas mayormente pesimistas. Los futuros con
entrega a cosecha han fluctuado en un rango más bien acotado durante
los últimos días, mientras que el mercado disponible mantiene grandes
diferenciales entre lotes en condiciones Cámara frente a aquellos que
reúnen estándares de calidad más exigentes. Los precios de pizarra en la
zona de Rosario volvieron a ubicarse en $ 1.000/ton durante la última
semana, frente a precios de entre $ 1.250 y hasta 1.400/ton en el
mercado de la molinería, dependiendo de los parámetros de calidad
incluidos en los contratos.
La
industria ha incrementado su ritmo de trabajo en los meses centrales
del año, alcanzando en julio el nivel más alto de molienda en lo que va
de la campaña. El Ministerio de Agricultura informó que los molinos
utilizaron 510.229 toneladas de trigo pan durante el mes de julio, cifra
que aumentó por quinto mes consecutivo hasta alcanzar un máximo desde
agosto de 2012. Para la Federación Argentina de la Industria Molinera
(FAIM), en tanto, el volumen de molienda reportado ascendió a 545.339
toneladas.
La
disponibilidad de calidad es un verdadero interrogante de cara al ciclo
2015/16 pensando en el mercado sudamericano. Las heladas que recibió el
trigo brasileño implantado en el estado de Paraná durante la semana
pasada han generado quebrantos de producción que podrían ser
significativos una vez que estén adecuadamente cuantificados. Se estima
que alrededor del 30% de la superficie estatal podría verse involucrada,
aunque las pérdidas no serían totales. Según el último informe semanal
de DERAL, el avance de la trilla llega al 28%. Siendo Paraná el
principal distrito productor del país, seguramente la cosecha brasileña
quedará por debajo de las 7,1 M tn que actualmente estima la CONAB.
Todo
hace pensar que Brasil tendrá una necesidad total de importación de al
menos 5,5 M tn durante el ciclo 2015/16, que se desarrolla entre agosto
de este año y julio del próximo. En el primer mes de la campaña las
compras totalizaron 327.408 toneladas, el volumen más bajo en lo que va
del año actual. De ese total, el 71% fue mercadería argentina, el 20%
norteamericana y lo restante de Paraguay. Las importaciones de agosto
mostraron una caída interanual del 54%, aunque cabe recordar que gran
parte del volumen adquirido en el mismo período de 2014 se había
exceptuado del pago del arancel externo común, con procedencia de
Estados Unidos en más de dos tercios del total.
Sumando
los saldos exportables de Argentina, Paraguay y Uruguay el volumen
disponible difícilmente alcanza para cubrir con regularidad la demanda
brasileña. La suma de los dos últimos arroja un saldo exportable
conjunto de no más de 1,5 M tn, a lo que deben sumarse las ventas
externas que pueda hacer nuestro país. Esto implicará mayores costos de
adquisición de materia prima para la industria de Brasil, aunque el
abaratamiento del trigo norteamericano y de los fletes oceánicos juega a
favor en comparación con los años 2013 y 2014.
El
mercado de trigo duro norteamericano es consciente de que Brasil puede
ser un comprador importante durante los próximos meses, lo que brinda
cierta firmeza en un contexto de amplia competencia a nivel global. Las
estimaciones de cosecha en la Unión Europea y la zona del Mar Negro
continúan ajustándose a la suba, dificultando la inserción externa de la
mercadería que sale desde el golfo de México con destino a los
compradores africanos y asiáticos. Desde junio hasta el momento los
exportadores de Estados Unidos han comprometido con Brasil embarques de
trigo HRW por un total de 150.900 toneladas.