Trigo y un mercado tirante hacia el 2016 Guillermo Rossi

El mercado local del cereal continúa operando sin grandes vaivenes, pese a que aumenta el convencimiento de los participantes de la cadena comercial en torno a que habrá menos disponibilidad de oferta durante el año próximo. Mientras que en nuestro país se le presta creciente atención a la condición de los cultivos y se van trazando distintas proyecciones de stock final, en Paraguay y Brasil la cosecha ya comenzó y el interés pasa por indagar en la calidad comercial y aptitud industrial de los trigos que van ingresando al circuito comercial. El mercado regional luce cómodo pero se pone tirante pensando en el año 2016.
En el informe mensual del Ministerio de Agricultura publicado esta semana se planteó una proyección de inventario físico al 30 de noviembre de 2 M tn, sujeta a la colocación total de un saldo exportable de 7,2 M tn. Sin embargo, los embarques acumulados desde diciembre a la fecha totalizan 3,5 M tn y hay ROE Verde concedidos sólo para unas 500.000 toneladas más. Esto implica que aun suponiendo la concreción de un programa de embarques por 4,5 M tn, hoy improbable, el stock de cierre de esta campaña será notablemente más holgado que lo previsto en los números oficiales, pudiendo superar el volumen consumido por la industria molinera a lo largo de ocho o nueve meses.
No obstante, cabe advertir que buena parte del remanente de este año será mercadería con bajos niveles de proteína y de difícil colocación en el mercado interno, esperándose una política comercial menos restrictiva que habilite su salida exportadora. En el Complejo de Laboratorios de la Bolsa de Comercio de Rosario el 63% de las toneladas recibidas de trigo 2014/15 mostró un contenido proteico promedio inferior a 11%, arrojando un nivel de gluten cercano a 25% para la industria molinera. Sólo pensar en un sobrante de cuatro millones de toneladas al final de esta campaña, suponiendo un precio FOB promedio de u$s 200/ton, significa unos u$s 750 millones que podrían ingresar al país sin poner en peligro el abastecimiento local.
Las perspectivas de cosecha se consolidan en un dígito a medida que avanza el ciclo de los cultivos. El Ministerio de Agricultura estima preliminarmente pérdidas de superficie por 130.000 hectáreas, advirtiendo que en algunas zonas el ambiente predispone la aparición de enfermedades. La situación de los cultivos es mayormente favorable en el sudoeste de la provincia de Buenos Aires, siendo el área aledaña a la cuenca del río Salado la más problemática. En Córdoba el cereal se acerca a floración y necesita lluvias para asegurar un buen potencial de rendimientos, mientras que en el sur de Santa Fe y Entre Ríos las precipitaciones de los últimos días dejaron acumulados de hasta 50 milímetros.
En la plaza local no parece decirse mucho acerca de los fundamentos climáticos ni de las perspectivas mayormente pesimistas. Los futuros con entrega a cosecha han fluctuado en un rango más bien acotado durante los últimos días, mientras que el mercado disponible mantiene grandes diferenciales entre lotes en condiciones Cámara frente a aquellos que reúnen estándares de calidad más exigentes. Los precios de pizarra en la zona de Rosario volvieron a ubicarse en $ 1.000/ton durante la última semana, frente a precios de entre $ 1.250 y hasta 1.400/ton en el mercado de la molinería, dependiendo de los parámetros de calidad incluidos en los contratos.
La industria ha incrementado su ritmo de trabajo en los meses centrales del año, alcanzando en julio el nivel más alto de molienda en lo que va de la campaña. El Ministerio de Agricultura informó que los molinos utilizaron 510.229 toneladas de trigo pan durante el mes de julio, cifra que aumentó por quinto mes consecutivo hasta alcanzar un máximo desde agosto de 2012. Para la Federación Argentina de la Industria Molinera (FAIM), en tanto, el volumen de molienda reportado ascendió a 545.339 toneladas.
La disponibilidad de calidad es un verdadero interrogante de cara al ciclo 2015/16 pensando en el mercado sudamericano. Las heladas que recibió el trigo brasileño implantado en el estado de Paraná durante la semana pasada han generado quebrantos de producción que podrían ser significativos una vez que estén adecuadamente cuantificados. Se estima que alrededor del 30% de la superficie estatal podría verse involucrada, aunque las pérdidas no serían totales. Según el último informe semanal de DERAL, el avance de la trilla llega al 28%. Siendo Paraná el principal distrito productor del país, seguramente la cosecha brasileña quedará por debajo de las 7,1 M tn que actualmente estima la CONAB.
Todo hace pensar que Brasil tendrá una necesidad total de importación de al menos 5,5 M tn durante el ciclo 2015/16, que se desarrolla entre agosto de este año y julio del próximo. En el primer mes de la campaña las compras totalizaron 327.408 toneladas, el volumen más bajo en lo que va del año actual. De ese total, el 71% fue mercadería argentina, el 20% norteamericana y lo restante de Paraguay. Las importaciones de agosto mostraron una caída interanual del 54%, aunque cabe recordar que gran parte del volumen adquirido en el mismo período de 2014 se había exceptuado del pago del arancel externo común, con procedencia de Estados Unidos en más de dos tercios del total.
Sumando los saldos exportables de Argentina, Paraguay y Uruguay el volumen disponible difícilmente alcanza para cubrir con regularidad la demanda brasileña. La suma de los dos últimos arroja un saldo exportable conjunto de no más de 1,5 M tn, a lo que deben sumarse las ventas externas que pueda hacer nuestro país. Esto implicará mayores costos de adquisición de materia prima para la industria de Brasil, aunque el abaratamiento del trigo norteamericano y de los fletes oceánicos juega a favor en comparación con los años 2013 y 2014.
El mercado de trigo duro norteamericano es consciente de que Brasil puede ser un comprador importante durante los próximos meses, lo que brinda cierta firmeza en un contexto de amplia competencia a nivel global. Las estimaciones de cosecha en la Unión Europea y la zona del Mar Negro continúan ajustándose a la suba, dificultando la inserción externa de la mercadería que sale desde el golfo de México con destino a los compradores africanos y asiáticos. Desde junio hasta el momento los exportadores de Estados Unidos han comprometido con Brasil embarques de trigo HRW por un total de 150.900 toneladas.