Tiempo y decisión política para poner la casa en orden. Felix Sanmartino

Pasan las semanas y la dinámica de la crisis se agrava en casi todas las actividades del campo. En la pampa húmeda, en el Norte y por supuesto en las economías regionales. "Se produce a oscuras", dicen los empresarios sin exagerar. No hay señales ni luces que indiquen algún camino de salida de una situación asfixiante.
En el frente externo ocurre un juego de pinzas: nuestros compradores se debilitan, como China y su economía que se desacelera, y los competidores se fortalecen gracias a que devalúan sus monedas; el real se devaluó 25% en lo que va del año. Con los últimos movimientos monetarios, la industria frigorífica exportadora de carne vacuna, por ejemplo, quedó prácticamente afuera de los mercados. El aumento de los costos internos en dólares se refleja en el precio del novillo. La distorsión llega al punto de tener la mayor brecha histórica de precios en dólares de la carne entre Argentina y Brasil. Es del 66% cuando en enero de este año la carne argentina sólo superaba a la brasileña en un 7%. Competir se volvió una misión imposible.