Los
mercados externos del cereal tocaron fondo durante la semana pasada y
en los últimos días consolidaron su recuperación, yendo de menor a mayor
hasta la rueda del viernes, que finalizó con los futuros de Chicago en
su nivel más alto desde mediados de agosto. El impulso provino de la
firmeza del consumo interno norteamericano -en particular, del sector de
producción de etanol- y la ralentización en las ventas de los
productores, a lo que se sumaron las cifras del USDA conocidas el
viernes. El organismo ajustó en baja sus estimaciones de producción y
rendimientos, acercándose a las proyecciones de los privados y en línea
con las primeras evidencias de productividad que se van
conociendo a medida que avanza la cosecha en los distritos del sur. En
Europa las previsiones de oferta también se recortaron fuertemente.
Esta
situación se combina con un panorama mayormente pesimista de cara a la
siembra sudamericana, lo que se traduce en precios en escalera para las
posiciones abiertas con vencimiento en el próximo año. Tras el cierre
del viernes, los futuros con entrega en diciembre cotizaron un 5,6% por
debajo de los contratos a julio de 2016. Lo anterior implica que la
mayoría de los analistas advierte mayor potencial de recuperación del
precio en el maíz que en otros cultivos, como la soja o el trigo. Esto
podría señalizar que las estrategias comerciales de los productores
podrían concentrarse primero en otros productos, quedando el maíz a la
espera de valores más atractivos.
A
nivel local los precios siguieron una tendencia mayormente bajista a lo
largo de la semana. Dificultades de logística en algunas terminales
motivaron el retiro de los exportadores de la búsqueda del cereal con
descarga inmediata, pasando en su mayoría a posiciones con entrega
diferida. El ingreso de camiones a los puertos por la mañana promedió
unas 900 unidades durante los últimos días, buena parte del cual
correspondió a negocios comprometidos hace varias semanas que sólo
recientemente recibieron cupo para la entrega.
El
atractivo para cerrar negocios cayó notablemente. El segmento
disponible operó por momentos debajo de $ 900/ton, alcanzando mínimos de
las últimas seis semanas. Si bien se concertaron negocios puntuales, el
grueso de la oferta aguarda una recuperación. No son pocos los
operadores que advierten que en poco tiempo más el mercado debería
empezar a descontar la menor disponibilidad de oferta que se espera el
próximo año. No obstante, cabe recordar que una caída de la producción
no necesariamente elevará los precios si se restringen todavía más las
exportaciones.
En
este sentido, la estimación mensual que publicó esta semana GEA - Guía
Estratégica para el Agro de la Bolsa de Comercio de Rosario dejó en
claro que las perspectivas distan de ser favorables y pese a que el
clima podría ser una variable que juegue a favor, se avizora una
pronunciada disminución en la superficie implantada. A nivel nacional el
cereal podría perder cerca de un millón de hectáreas respecto de la
campaña 2014/15, con una marcada reducción en la zona núcleo -donde el
maíz se destina mayormente a la exportación- y una caída menos
pronunciada en zonas de consumo. No obstante, incluso en una provincia
típicamente maicera como Córdoba, los productores se muestran poco
propensos a apostar al cultivo, principalmente debido a la elevada
inversión por hectárea que conlleva y los cómodos stocks remanentes de
la campaña pasada.
Las
condiciones climáticas de las próximas semanas serán cruciales para
definir los primeros pasos del cultivo. El avance de la siembra es muy
lento, aunque cobrará fuerza después de las últimas lluvias. Los suelos
de la zona núcleo cuentan con amplia disponibilidad de reservas en
profundidad, lo que permitirá cubrir los períodos de alta demanda de
comienzos del verano. Esto indica que los diferenciales de rendimiento
entre siembras tempranas y tardías podrían hacerse más evidentes este
año, quitando gran parte del justificativo al corrimiento de la fecha de
siembra. Sin embargo, este año los maíces tardíos parecen partir con la
ventaja de brindar un mayor horizonte de decisión en un año de alta
incertidumbre y con una preeminencia de los aspectos financieros por
sobre los productivos.
Los
valores referenciales de negocios forward a cosecha finalizaron la
semana en niveles de u$s 115/ton, en caída respecto de los u$s
118-120/ton ofrecidos durante el mes de agosto. Estos precios muestran
un diferencial cercano al 20% respecto del mercado disponible,
resultando en una tasa anual implícita del 40%. Ante esta estructura de
precios se destaca la conveniencia de aquellas estrategias comerciales
orientadas a la entrega diferida, aunque esto sólo será ventajoso si
para retrasar la venta puede obtenerse financiamiento a tasas más bajas.
Aquí entran en juego el límite de la capacidad prestable de los
proveedores de insumo para la siembra y los niveles de morosidad del
sector.