La
plaza local de comercialización de la oleaginosa fue acumulando
crecientes volúmenes de oferta sin colocar a lo largo de la semana,
hasta que en la rueda del viernes una fuerte suba de los mercados
externos motorizó la realización de un considerable flujo de negocios.
La recuperación de la demanda en Estados Unidos le dio impulso a la
operatoria, favoreciendo las posibilidades de originación de las
fábricas locales, aunque los márgenes de procesamiento se mantuvieron en
el terreno negativo. Dentro del complejo, el aceite se mostró sin dudas
más firme que la harina.
El
ritmo de trabajo de las plantas de la zona de Rosario continúa por
encima de los registros de los últimos años. La molienda nacional de
soja en agosto totalizó 4,25 M tn, marcando un nuevo récord para ese
mes. El procesamiento acumulado en los primeros cinco meses de la
campaña llegó a 21,4 M tn, ubicándose 1,3 M tn por encima del mismo
período del año pasado. En gran medida esto fue posible gracias al mayor
volumen de materia prima adquirido por la industria. El registro hasta
mediados de septiembre es de 26,6 M tn de soja comercializada frente a
23,4 M tn a la misma altura del año 2014. Sin embargo, si dicho avance
se evalúa en forma porcentual, el volumen ingresado al circuito muestra
un pequeño retraso respecto del 75% usual para esta altura del año.
Las
posibilidades de retrasar ventas para los productores, alternativa que
gana atractivo con el escenario de gran inestabilidad macro que
atraviesa el país, se ve limitada por la necesidad de obtener fondos
líquidos ante las restricciones crediticias que se advierten para la
siembra del cultivo. Esto es particularmente preocupante para los
productores de escala pequeña a mediana en campos arrendados, cuya
posición financiera es más débil que con predominio de explotaciones
propias. De todos modos, los planes para la campaña 2015/16 apuntan a
repetir -o quizás disminuir pero muy levemente- la superficie del último
año, en el marco de condiciones climáticas que lucen realmente
favorables en toda la zona central del país.
Donde
se ha visto un gran repunte en los niveles de ventas de productores es
en Brasil, en el marco de un fuerte deslizamiento de la cotización del
real frente al dólar hasta superar la marca de los R$ 4 = u$s 1. El
interés por cerrar precios se focalizó principalmente en el segmento de
cosecha nueva, donde las operaciones se pactan en reales, en su gran
mayoría con pago contra entrega. Con la expectativa de lograr a nivel
nacional una cosecha superior a 100 M tn, en algunos estados el ritmo de
ventas ya se ubica entre el 40 y 50% de las proyecciones de producción
regional. Más aún, algunos traders estimaron durante los últimos días un
ritmo de ventas forward con picos de hasta 800.000-900.000 tn por día
en ese país.
En
este contexto, las bases del mercado FOB brasileño se han debilitado
ligeramente, reforzando la competitividad de este origen frente al
norteamericano. De todos modos, las buenas condiciones climáticas para
la cosecha en Estados Unidos están permitiendo la rápida llegada del
grano al circuito comercial, generando posibilidades de negocio para la
exportación. De hecho, en reuniones diplomáticas en el estado de Iowa,
compradores chinos firmaron el jueves compromisos de importación por un
total de 13,18 M tn de soja norteamericana a cumplirse durante la
campaña actual, más un pequeño volumen para el ciclo 2016/17.
Si
la tendencia externa logra revertirse por un tiempo relativamente
prolongado, el mercado local recuperará la fluidez perdida durante las
próximas semanas, ya que el caudal de oferta que está al aguardo de
mejores precios es verdaderamente significativo. Se estima que el stock
físico del grano que permanece en etapa primaria ronda las 25 millones
de toneladas, pero menos de un tercio de ese total quedaría como
inventario remanente para el próximo año. Para que se cumpla esta
proyección en el próximo semestre deberán venderse en promedio unas
2,5-3 millones de toneladas mensuales de la cosecha actual,
independientemente de cómo avance la fijación de precios para la campaña
2015/16.
Hasta
el momento, la comercialización de soja nueva es muy marginal, con
menos de un millón de toneladas pactadas, casi todo bajo la condición a
fijar precio. Si a lo largo de los últimos meses del año no se acelera
el ritmo de negocios, el mercado hacia 2016 corre serios riesgos de
saturación. Es que de concretarse en 2015/16 una cosecha como la
obtenida en el último año, aparecería un riesgo sistémico en el hecho de
que la oferta se volcaría agresivamente en poco tiempo en la búsqueda
de precios, deprimiendo el mercado.