Hacer coincidir el tiempo político con el del agro. Pablo Andreani
Indicadores agrícolas. Mientras algunos candidatos demoran su
plan para el agro, el calendario de siembra avanza. De las señales que
emita el futuro presidente depende el aporte de la producción.
Los tiempos de la política no siempre coinciden con los tiempos del
campo, en los que las decisiones de siembra responden a factores
climáticos, a la elección de la mejor fecha para las labores de
implantación, a la elección del tipo de híbrido de maíz o de la variedad
de soja por utilizar.
Existe un periodo óptimo para ejecutar
las tareas en el campo que puedan asegurar la mejor performance
productiva de cada uno de los cultivos. En este sentido, cuando más
rápido los candidatos a presidente anuncien su plan para el sector
agropecuario más previsible será el futuro para los productores y más
acertadas sus decisiones.
Está claro que asuma quien asuma la
presidencia, va a necesitar un aumento en el ingreso de dólares. Se
proyecta para 2016 una caída en el ingreso de divisas por parte del
sector agropecuario de 3.100 millones de dólares. Y si comparamos el
ingreso de divisas con respecto a 2014, la caída es de 15.000 millones
de dólares. Este es el escenario que encontrara el próximo Presidente:
una fuerte baja en la recaudación de dólares en concepto de
exportaciones agropecuarias. Un sector que ha demostrado con creces y en
sucesivas crisis aportar los dólares suficientes para la recuperación
económica del país.
Luego de la crisis del 2002, salida de la
convertibilidad, fueron los exportadores, con los stocks de granos de
los productores, los que ingresaron al país más de 5.000 millones de
dólares en los meses posteriores. Esta vez no será diferente que en
ocasiones anteriores: el sector podrá ser nuevamente factor clave para
inyectar dólares genuinos al circuito financiero. Solo considerando el
maíz y trigo sin vender, por la no apertura de ROE habrá cerca de 10
millones de toneladas por un equivalente de 2.000 millones de dólares
frescos que el próximo Presidente podrá tener en su primer mes de
mandato.
Se buscan señales
Esta semana circularon versiones que el candidato oficialista Scioli
estaría estudiando, como parte de las medidas a tomar si es elegido
presidente, la eliminación de las retenciones a los productos agrícolas,
y en el caso de la soja su reducción del 35 al 20 por ciento. De esta
forma estaría aplicando una devaluación para los productos de
exportación del campo sin afectar directamente el tipo de cambio
oficial. Y se asegura de esta forma, una inyección de divisas en los
primeros meses de su gestión y un shock productivo exportador para el
primer año de su mandato.
Si este rumor fuera cierto estaríamos
ante una de las medidas más importantes para el sector agropecuario,
con impacto directo en la mejora en los márgenes de todos los cultivos. Y
el candidato debería anunciar este tipo de medidas en forma clara y
concreta; y no dar vueltas con definiciones que en estos momentos son un
factor clave para la futura evolución del negocio agrícola.
En
el caso del maíz, se estaría a tiempo para incentivar la siembra de un
millón de hectáreas en lugar de la baja que se proyecta en la superficie
de siembra, generando 10 millones de toneladas más: equivalente a 1.750
millones de dólares de ingreso adicional de divisas. Y en el caso de la
soja se evitaría la caída de un millón de hectáreas en la superficie de
siembra.
El productor debe tener bien en claro que toda mejora
en el margen de su negocio en el 2016 va a depender más de los cambios
que se produzcan en las políticas internas que en la mejora esperada o
potencial en el precio de las commodities a nivel internacional.
El
candidato oficialista está a tiempo de revertir el camino hacia una
crisis terminal de muchos rubros del sector agropecuario. No es
necesario esperar al 10 de diciembre para hacer los cambios, en el caso
que fuera elegido como presidente. Los tiempos del campo son biológicos
mientras que los tiempos de los candidatos son políticos.