En lo que va del año la soja subió 31% en Brasil al tiempo que cayó 16% en Argentina.

Contrastes en el Mercosur.
Kátia Abreu se mofa de sus vecinos: en lo que va del año la soja subió 31% en Brasil al tiempo que cayó 16% en Argentina
“Tenemos 380.000 millones de dólares en reservas internacionales. La Argentina tiene 26.000 millones. Tenemos poder para reaccionar rápidamente. Vamos a recortar gastos”.
Tal afirmación fue posteada por la ministra de Agricultura brasileña Kátia Abreu en su cuenta personal de Twitter. Dice algo así como si creen que estamos en el horno, miren lo que sucede en la Argentina. La respuesta de los brasileños indignados con el gobierno de Dilma Rousseff no se hizo esperar: la Argentina ya no es una referencia de comparación válida para Brasil.
La realidad es que ambos tienen razón. Brasil está mucho más preparado para enfrentar las crisis que se vienen por la progresiva apreciación del dólar estadounidense (que liquidó la fase de auge de los commodities). Pero las políticas para evitar un estallido económico requieren ir un ajuste.
Las autoridades económicas brasileñas –ante el derrumbe del valor de las materias primas– vienen devaluando el real para garantizar rentabilidad a los fabricantes de divisas (sector agrícola, minero y energético). Pero eso no es gratis: la depreciación del real generó una aceleración de la inflación.
El indicador oficial IPCA (no intervenido como el IPC del Indec argentino) registró una inflación minorista anual del 8,8% cuando la meta de inflación establecida por el Banco Central do Brasil es de 4,5% con un margen adicional de 2,0%.
La cuestión es que en lo que va del presente año el valor de referencia de la soja disponible con entrega en Paranaguá –medido en moneda local– subió un 31% gracias a la devaluación.
En la Argentina, en cambio, la caída del precio internacional de la soja se siente por partida doble porque las autoridades monetarias pisan el tipo de cambio para intentar contener una inflación que, según el IPC Congreso, es del 26,6%.
El resultado: en lo que va de 2015 el precio de referencia de la soja disponible con entrega en Rosario –medido en moneda argentina– descendió un 16% (ver gráfico).
El empobrecimiento de los productores argentinos (principales generadores de divisas en la Argentina), junto con el desdoblamiento cambiario y la prohibición tácita de transferir utilidades al exterior, requieren, en un marco de expansión del gasto público, un uso creciente de la fuerza pública para contener la crisis económica presente en el sector privado.