El déficit argentino con ese país se triplicó en un año
La tormenta es casi perfecta: el feroz
ajuste en Brasil y la devaluación del real sumados al atraso cambiario
del peso y la escasez de dólares en la Argentina. El resultado impacta;
en sólo un año, el déficit comercial con el principal socio del país se
triplicó.
En el acumulado de los primeros siete
meses del año, el rojo llegó a US$ 1240 millones, lo que representó un
incremento de 213% con relación al resultado del mismo período del año
pasado, cuando el déficit comercial con Brasil alcanzó -según informó la
consultora Abeceb- US$ 396 millones.
En ese mismo período, el comercio
bilateral se contrajo un 16,4%. "La caída es notable, teniendo en cuenta
que se parte de una base de comparación baja, ya que en 2014 ya había
caído un 21%", dijeron los especialistas de la consultora privada.
En julio, el comercio entre ambos países
se redujo un 14,7%, siempre en la medida interanual. Las exportaciones
se desplomaron 27,1%, mientras que las importaciones cayeron 2,3%. El
saldo comercial del mes arrojó un déficit para la Argentina de US$ 317
millones.
"A diferencia del año pasado, cuando la
caída del comercio se explicó principalmente por las menores
importaciones, este año se destaca una fuerte caída de las
exportaciones, explicada en un 70% por las menores ventas del sector
automotor", esgrimieron. Las causas hay que buscarlas en la contracción
de la actividad en Brasil, pero también en el empeoramiento de la
competitividad local como consecuencia de la devaluación del real.
"Brasil seguirá dando malas noticias, ya
que reducirá la demanda de productos argentinos y eso impacta en la
industria local, fundamentalmente en el sector automotor. No obstante,
son variables que el sector productivo local ya evaluaba", sostuvo Dante
Sica, director de Abeceb.
Para Jorge Vasconcelos, economista del
Ieral, tras las elecciones la Argentina podría transitar un "ajuste
desordenado" como el de Brasil. Para que esto no sea así, recomendó
múltiples reformas, ordenar las variables fiscal y cambiaria y que
"aparezcan vectores compensadores" para atraer inversiones y volver a
crecer.
LA NACION