Guillermo Rossi | |
Las
pronunciadas subas y bajas de la soja en Chicago desorientaron a los
operadores locales a lo largo de la semana, en momentos en que se
empieza a percibir un gradual vaciamiento de la plaza después del
aluvión de negocios que siguió al período de cosecha. Si bien queda aún
mucha mercadería para negociar, el escenario ya no luce tan favorable
como hace algunas semanas atrás. De hecho, los futuros con vencimiento
en septiembre en el mercado referente externo finalizaron julio con
caídas cercanas al 9%, en el marco de una fuerte presión vendedora de
parte de los administradores de carteras de fondos de inversión. Esta
baja de los precios fue acompañada por un descenso del interés abierto
en poco más de tres millones de toneladas, reflejando el retroceso de
algunos jugadores.
La
alta volatilidad de los mercados financieros en China y las cambiantes
perspectivas climáticas en Estados Unidos a poco del comienzo del
período crítico de los cultivos marcaron el rumbo de la semana. Los
fundamentos bajistas fueron predominantes, aunque los especuladores
prefirieron contenerse de armar nuevas posiciones cortas a la espera de
las proyecciones de producción y consumo del USDA en el mes de agosto.
Si bien hay gran expectativa por los ajustes en la superficie y las
primeras evidencias de rendimiento por hectárea, números negativos
podrían compensarse con un panorama menos optimista por el lado de la
demanda.
Brasil
y Argentina siguen siendo grandes competidores de los exportadores
norteamericanos en posiciones con embarque diferido, lo que condiciona
el tradicional papel de formador de precios que tiene Estados Unidos en
los últimos meses del año. Los valores FOB en el puerto de Paranaguá
para septiembre se ubicaron a mediados de la semana en torno a u$s 385
por tonelada, cayendo hasta u$s 375 en zona Up River para el mes de
octubre. Sobre el Golfo de México el día jueves los exportadores
cotizaron octubre a unos u$s 380 por tonelada, prácticamente en paridad o
concediendo una diferencia muy poco significativa teniendo en cuenta la
contra-estacionalidad con la que trabajan ambos mercados.
Este
factor presiona a la baja, aunque los precios encuentran sostén en la
firmeza que muestra el consumo doméstico de harina y cierta
ralentización en el ritmo de ventas de los productores del medio oeste,
que hacen valer su disponibilidad de oferta cuando restan todavía varias
semanas para el comienzo de los trabajos de recolección. Ante esta
situación el spread entre futuros con entrega en agosto y noviembre en
el CME se agrandó considerablemente durante los últimos días, pasando de
un rango de entre u$s 4 y 5 a casi u$s 15 por tonelada.
A
nivel local el mercado experimentó sus vaivenes, aunque los precios no
terminaron de acoplarse a las referencias externas. El margen de las
fábricas en Up River continuó debilitándose en el segmento disponible y
muestra cifras en rojo en las posiciones de entrega que van desde
octubre hasta diciembre. La Bolsa de Rosario estimó el viernes la
capacidad teórica de pago de la industria en u$s 225,7/ton con crushing y
embarque cercano, subiendo hasta u$s 230,9/ton hacia el último
trimestre del año. Estas referencias se ubicaron por debajo de los
futuros de soja fábrica en ROFEX, que ajustaron a u$s 227,5 y 236,8 por
tonelada en los vencimientos de agosto y noviembre, respectivamente.
El
mercado a término local sigue mostrando una empinada tendencia a la
suba en su curva de futuros de soja, que se refuerza al considerar las
expectativas de depreciación de la moneda local. Sobre finales de la
semana el tipo de cambio esperado para noviembre se operó en la
plataforma de ROFEX a $ 9,75 por dólar, arrojando un valor orientativo
para la soja de $ 2.300 por tonelada hacia dicho mes, utilizando una
estrategia que combine futuros agrícolas y financieros. No obstante,
esta estructura de precios tenderá a aplanarse si se produce una mayor
ralentización en el ritmo de ventas en el mercado local, ya que los
compradores buscarán quitarle gradualmente los premios a las posiciones
diferidas.
La
menor actividad de la plaza se traduce directamente en una caída de los
negocios en el mercado FOB. Las emisiones de ROE Verde de soja y
subproductos en la última semana cayeron por debajo del promedio
reciente, reflejando el menor ritmo de colocación de la industria
aceitera en los mercados externos. Para los exportadores del grano sin
procesar, la última semana de julio fue la peor desde el comienzo del
ciclo de comercialización, puesto que obtuvieron licencias por apenas
76.728 toneladas. En todo el período las emisiones del grano acumulan
11,2 millones de toneladas, superando largamente a los registros de los
últimos años.
La
situación anterior ha quedado plasmada también en SIO-granos. El
volumen de soja a nivel nacional ingresado al sistema durante la semana
pasada totalizó 1,4 millones de toneladas entre operaciones de
compraventa y canje, estimándose preliminarmente un volumen cercano al
millón de toneladas durante la semana en curso. Los negocios en el
segmento disponible y en plaza Rosario volvieron a concentrar el grueso
de la operatoria. Los valores abiertos del mercado fluctuaron entre $
2.000 y 2.100 por tonelada, aunque hubo negocios a $ 2.150/ton en casos
puntuales y en momentos de fuertes subas externas.
|