Reflexiones sobre el accionar de la dirigencia empresaria del campo

Un llamado a participar por Roberto Augusto Ulloa.
 
Soy productor agropecuario desde siempre y en consecuencia conozco por propia experiencia los problemas, angustias y potencialidad del sector.Simultáneamente he incursionado durante casi un cuarto de siglo en la función pública y en la política pues fui Gobernador de facto de Salta, dos veces Diputado de la Nación, Gobernador constitucional y Senador de la Nación de la misma Provincia, de modo que he estado en ambos lados del mostrador.

En mis mandatos como legislador integré siempre las Comisiones de Agricultura del Congreso Nacional, además de otras comisiones.

Hasta donde recuerdo , y ya he cumplido más de noventa años, el campo siempre fue postergado por los distintos gobiernos. Muchos de ustedes recordarán o al menos oyeron hablar del IAPI, Instituto Argentino de Promoción del Intercambio , también de la Junta de Carnes y de la Junta de Granos, que monopolizaban la comercialización de nuestra producción , no siempre, para no generalizar, en beneficio del productor, sino en general todo lo contrario.

Así por ejemplo cuando el precio internacional de la fanega de trigo era de $60 el productor recibía el 20%, o sea $12, y este porcentaje se mantuvo por muchos años y con ese porcentaje mínimo debíamos afrontar la financiación de la producción ,desarrollarnos y vivir.

Si Australia y Nueva Zelanda nos han superado no es porque fueran mejores, sino porque no tuvieron las trabas que nos han frenado a nosotros.

No me extenderé sobre este tema porque ustedes lo conocen mejor que yo y en la actualidad es quizás más grave aún.

La dirigencia empresaria, en defensa del sector, presionó siempre sobre el Poder Ejecutivo y sus Ministros y Secretarios de Estado, no incursionando en general en el Poder Legislativo.

Hemos aplaudido vehementes discursos de los Presidentes de la Sociedad Rural en la inauguración de las Exposiciones, pero estos nos servían sólo de catarsis y para tomar conciencia del valor de nuestro sector, pero no lograban modificar las políticas vigentes.

En mis años de miembro de las Comisiones de Agricultura del Congreso, puede que alguna vez , no lo recuerdo, hayamos recibido pedidos de audiencia, o simple asistencia a las sesiones, que son públicas, de representantes del sector.

Recuerdo haber sugerido a algunas Entidades, sin mucho éxito, que se suscribieran al Boletín de Asuntos Entrados de ambas Cámaras para enterarse con anticipación de los proyectos que podían interesar al sector.

Ignoro como está este tema actualmente.

La reacción del campo ante la Resolución 125 ha hecho surgir diputados “Ruralistas” y este es un tema tremendamente auspicioso pero no es suficiente.

Por supuesto siempre ha habido Legisladores vinculados de alguna manera al sector agropecuario, pero si bien está claro que la banca es del legislador y no del partido, la disciplina de bloque, especialmente en los partidos mayoritarios, ha condicionado fuertemente sus decisiones y sus votos.

De modo que si queremos que “nuestros” Legisladores Ruralistas sean eficaces en la defensa del sector debemos apoyarlos públicamente, incluso ayudando a financiar sus campañas electorales ,siguiéndolos muy de cerca, comprometiéndolos, brindándoles información. Que el Partido al que pertenezcan sepa que ese legislador tiene votos propios que aportar y que si es Legislador no lo es simplemente porque el Partido le concedió graciosamente la posibilidad de integrar la “lista sábana”.

Esto se da naturalmente en los legisladores de origen gremial que pueden aportar votos propios y en consecuencia adquieren peso político.

No está suficientemente instalado en nuestra cultura ciudadana, pero nuestra Constitución Nacional establece que nuestro sistema de gobierno es Representativo, Republicano y Federal , los Legisladores son nuestros “representantes” y tenemos el derechos y el deber de plantearles nuestros problemas y con más razón si lo hacemos institucionalmente a través de la Dirigencia de nuestro sector.

Valga de ejemplo una anécdota tomada de la realidad. Vivía en Salta un Sacerdote Jesuita norteamericano y cuando se desató la guerra de Malvinas se presentó en mi despacho de Gobernador pidiéndome que le prestara el teléfono para hablar con “su” Senador a lo que lógicamente accedí y lo dejé solo . En el debate sobre este tema en el Senado de EE.UU. fue el único Senador que votó a favor de la Argentina.

Es entonces sumamente importante que la Dirigencia Agropecuaria además de su accionar sobre el Ejecutivo tenga una presencia permanente en el Poder Legislativo de donde en definitiva surgen las leyes que condicionan y limitan, o al menos debieran hacerlo, las decisiones del Ejecutivo.

Y una última reflexión. Necesitamos que nuestros productores se involucren en la actividad política, que dejen de lado aquello de que LA POLÍTICA NO ES “PA”MI y se animen a salir a la intemperie de la historia en defensa de nuestra Argentina.

Porque en definitiva LA POLÍTICA SE HACE CON UNO O CONTRA UNOS, NUNCA SIN UNO , debemos ser protagonistas.