Nicolás Ferrer
Tras
varias semanas de anticipación, finalmente este martes se hizo público
el informe trimestral de inventarios e intenciones de siembra del USDA,
resultando en un rally de la soja en Chicago que se contagió a la plaza
local, donde la operatoria se vio intensificada. El mes pasado finalizó
con los valores más altos en términos corrientes para el mercado local
en lo que va de esta campaña, y en Chicago fue el mes más alcista desde
octubre del año pasado. Entretanto las preocupaciones climáticas en el país del norte que nos trajeron hasta aquí siguen presentes.
La
relativa recuperación presentada por la oleaginosa en el mercado
internacional no fue cosa de un día para el otro. Si bien la acción de
precios alcanzó una masa crítica con la llegada del reporte del
Departamento de Agricultura norteamericano, con una suba de casi un 6%,
los fundamentos de la misma se vienen acumulando en los últimos meses. El
dato más sorpresivo del informe fue la brusca caída de los inventarios
al primero de junio con respecto a los relevamientos de principios de
marzo. En el transcurso del segundo trimestre del año más de 19 millones
de toneladas desaparecieron de los almacenes, reflejando una demanda
más intensa que lo que se venía insinuando.
No está claro que las exportaciones
hayan sido el fuerte de dicha demanda, aunque tal vez el conflicto
aceitero que afectó a nuestra región en mayo pueda haber favorecido a
las ventas de aquel país. El grueso del error de
más de 1 millón de toneladas por parte de los operadores podría estar
justificado por una mayor demanda de la industria. En los últimos tres
meses, los analistas han subestimado sistemáticamente el dato de
procesamiento publicado por la Asociación Nacional de Procesadores de
Oleaginosas (NOPA por sus siglas en inglés). De acuerdo al mismo, dicha
agrupación de industriales habría industrializado poco más de 12,5
millones de toneladas de soja en el trimestre de marzo a mayo, lo cual
explicaría un 65% del consumo del poroto. Si extendemos la comparación
al espectro interanual, veremos que mientras el procesamiento para el
período creció un 11% este año con respecto al 2014, las ventas al
exterior durante el mismo decrecieron un 3%, según datos del USDA.
Por
otro lado, las intenciones de siembra al primero de junio, a pesar de
encontrarse relativamente en línea con lo esperado, representan una gran
incógnita de aquí en adelante. Aún con un aumento de la previsión de
hectareaje, las condiciones climáticas que primaron en otoño a lo largo
del Medio Oeste han saturado a los suelos de humedad, generando un
constante deterioro en las condiciones de los cultivos. En su primer
relevamiento de condiciones a principios de junio, el USDA colocó a un
69% de los cultivos como buenos a excelentes. Al pasado lunes, dicho
valor se había reducido en 6 puntos porcentuales, con 4 de ellos
representando un aumento en el área en condiciones pobres a muy pobres,
la cuales podríamos considerar en riesgo, al igual que aquellas sin
emerger o aún sin sembrar.
En
el mercado físico local, a partir del martes los compradores se
prendieron de la suba en Chicago para empezar a ofrecer abiertamente
valores por encima de los $2000 en condición disponible, mientras que
las entregas diferidas también evidenciaron un aumento de entre 6 y 8
dólares por tonelada con respecto a la semana anterior. De acuerdo a
SIO-Granos el día del informe se habrían acordado operaciones a precio
hecho por alrededor de 350 mil toneladas. La operatoria en el término
también se vio revitalizada con la volatilidad traída por el mercado
externo, con mejoras similares a las de las posiciones a plazo en el
mercado físico y un marcado abaratamiento de los puts que puede hacer
más atractivo el establecimiento de una cobertura con futuros u
opciones.
¿Cuáles
serán las variables a seguir en los próximos meses en lo que respecta a
la oleaginosa? En el ámbito local la cosecha 2014/15 se encuentra
virtualmente finalizada, con lo cual su volumen no peligra. Alrededor de
la mitad de lo obtenido estaría en manos de industriales u
exportadores, de acuerdo a datos oficiales.
En
Chicago claramente el panorama climático del Medio Oeste sigue siendo
el principal foco de atención. Se prevé que la próxima semana inicie con
condiciones más secas, pero cualquier tipo de precipitaciones que
retrasen el drenado de los suelos generará inquietudes acerca de la
condición de los cultivos. La ventana de siembra se encuentra próxima a
terminar en la mayoría de los estados. En Missouri (el más afectado)
bajo condiciones normales la implantación de los terrenos debería estar
totalmente finalizada para la semana próxima, pero a este domingo pasado
tan sólo un 62% de las hectáreas inicialmente previstas lo encuentra
hecho. Parece inevitable que en dicho estado haya un marcado abandono de
los campos considerando que en el transcurso de los últimos siete días
recibió precipitaciones de hasta más de 100 mm en algunas áreas.
El
Departamento de Agricultura norteamericano declaró que hará un nuevo
relevamiento en las áreas más afectadas por el exceso de precipitaciones
y los anegamientos, cuyos resultados se harían públicos llegado agosto.
Más cercano en el tiempo se encuentra el nuevo reporte de oferta y
demanda mensual, a publicarse el viernes que viene, y donde podríamos
encontrar un ajuste en el tamaño de la próxima cosecha norteamericana
que se refleje en el movimiento de precios.